3/21/2009

Periodistas pal café...........




Felipe Calderón fijó el próximo 15 de abril como fecha límite para que la Secretaría de Energía y Petróleos Mexicanos determinen dónde se construirá la nueva refinería que su gobierno (o como se llame) anunció hace un año, en respuesta a la movilización nacional encabezada por Andrés Manuel López Obrador contra la privatización de Pemex. ¿Por qué perdió tanto tiempo en tomar una decisión de extrema urgencia?
No hay que organizar paneles de debate, simposios de adivinos o rifas entre gobernadores para darse cuenta de que hay tres lugares idóneos para la nueva refinería. El mejor, sin duda, es Tuxpan, Veracruz, en el norte del Golfo de México, porque ahí llegan todas las gasolinas que compramos en el exterior y desde ahí se distribuyen al resto del país mediante una red de ductos creada para tal propósito. Lo lógico, por tanto, sería instalar la planta en ese sitio, pues su costo sería el más bajo comparado con el de las otras dos opciones ideales: Minatitlán y Salina Cruz.
Minatitlán, Veracruz, cuenta ya con una refinería que está en proceso de reconfiguración desde hace cinco años. Quienes saben de esto recomiendan aprovecharla y añadirle un segundo tren de refinación para duplicar de este modo su capacidad de generar gasolinas, diesel, turbosina, combustóleo y otros derivados del petróleo. El tren de refinación que ya tiene es, digamos en palabras sencillas, la sección de acabado final del producto. A México, en consecuencia, le saldría mucho más barato añadirle a la planta de Minatitlán ese segundo tren de refinación que edificar en cualquier otro punto una refinería completa de principio a fin.
Tal sería, por ejemplo, el caso de la tercera alternativa: Salina Cruz, Oaxaca, un lugar escogido por los expertos gracias a su ubicación estratégica, ya que las gasolinas y demás combustibles que allí se fabricaran podrían abastecer a toda la costa mexicana del Pacífico y contribuir al ahorro interno en la medida en que disminuirían los gastos de envío desde la costa del Golfo.
¿Por qué, se preguntan los sabios, Calderón se ha tardado tanto en iniciar la obra de la nueva refinería o, más aún, por qué se negó desde el principio a montar las tres refinerías que México requiere para dejar de importar gasolinas totalmente? La respuesta es obvia: aunque represente una inmensa sangría económica para el país, la compra de combustibles en el extranjero es un fantástico negocio para la mafia incrustada en el gobierno, en la industria paraestatal y en las empresas que a ésta sirven en la materia.
Desde los más altos niveles del Ejecutivo, pasando por Pemex y terminando en los contratistas que lo surten, la desaparición de la compra de gasolinas importadas significaría la pérdida de jugosas comisiones y mordidas que van a dar a cuentas secretas y multimillonarias en dólares.
Lo mismo sucede con el gas natural. Cada 24 horas Pemex quema un millón de pies cúbicos de este combustible en el megayacimiento de Cantarel y, en ese mismo lapso, adquiere 750 mil pies cúbicos en Altamira, Tamaulipas, y cerca de Tijuana, Baja California, a las empresas British y Sempra. La razón por la cual quema ese gas en el mar de Campeche es que, durante el sexenio de Marta Sahagún de Fox, Pemex inyectó nitrógeno en Cantarel para aumentar la presión en el fondo de los pozos de modo que el petróleo saliera más rápido. Sin embargo, el nitrógeno contaminó el gas natural, y los tecnócratas a las órdenes de la mafia panista, en vez de instalar una planta que separe el gas del nitrógeno, resolvieron simplemente quemar el gas… y comprarlo en la frontera norte. ¿Por qué? Porque para ellos también es un gran negocio, igual que el de las gasolinas importadas.
Si el principal derivado del petróleo en el mundo es la guerra, como decía Fontanarrosa, en México lo es la corrupción. Véase el caso del yacimiento de Chicontepec, donde el ingeniero Francisco Garaicochea, premio nacional de Ingeniería Petrolera, descubrió el siguiente absurdo que, el pasado miércoles, durante la conmemoración del 71 aniversario de la nacionalización de la industria, denunció Octavio Romero Oropeza, secretario para la austeridad republicana del gobierno legítimo de López Obrador.
Garaicochea demostró que, en 2007, el costo de producción de cada barril de petróleo extraído en Chicontepec era de 134 dólares, mientras su precio de venta era apenas de 62, lo que ocasionaba una pérdida de 72 dólares por barril. Vaya negocio, ¿no? Los únicos que obtuvieron fortunas con tales contratos fueron los ricos empresarios extranjeros, que cobraron por la perforación y extracción, y sus socios metidos en la industria nacional, dijo Romero Oropeza.
El gobierno (o lo que sea) de Calderón acaba de revelarnos que el paleocanal de Chicontepec es un yacimiento mucho mayor que Cantarel, pero tiene un problema: el petróleo que contiene se encuentra a una profundidad tal que ninguna tecnología existente en el mundo puede alcanzarlo y, según cálculos conservadores, pasarán varias décadas antes de que inventen los popotes capaces de succionarlo y traerlo a la superficie.
No obstante, ese campo ya fue concesionado a diversas firmas foráneas, que seguirán cobrando por chupar lo que puedan, a sabiendas de que cada pozo de Chicontepec tiene una producción inicial de 150 barriles diarios que, a los pocos meses, se reduce a 15. Por ello, Calderón y su director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles, han puesto en marcha un programa para perforar 16 mil pozos, a razón de mil 200 por año, durante 14 años, y lo harán, cueste lo que cueste, aun teniendo en cuenta que, cada día, 750 pozos de Chicontepec producen lo mismo que dos de Cantarel.
Como salta a la vista, mientras esta banda de asaltantes de las riquezas públicas se mantenga en el poder, el país no podrá comenzar a levantar cabeza. Hay que echarlos. Urge, es obvio…
Mañana, todos al Zócalo
El problema es quiénes y cómo van a sacar a Calderón del poder para propiciar el surgimiento de la cuarta República. No serán los panistas ni los priístas, cuyos líderes nacionales protagonizaron una vergonsoza reyerta en el cónclave de los banqueros en Acapulco. Tampoco los perredistas, cuyas elecciones internas del domingo pasado resultaron tan asquerosas como si las hubiera organizado el PRI de Salinas de Gortari, aunque en el DF los chuchos perdieran 14 de 16 delegaciones, tragando ríos de sopa de su propio chocolante mediante la compra de votos y el reparto de despensas. Sin partidos políticos confiables y con el instituto de la felación electrónica (ife) de rodillas ante Televisa, la vía electoral está cancelada por el momento y el abstencionismo del 5 de julio será histórico. Para colmo, Estados Unidos continúa acumulando tropas en la frontera norte y el narco sigue siendo el rey. La única salida viable que tiene México –y el que sepa de otra que avise– es el movimiento de López Obrador, que mañana se reúne otra vez en el Zócalo para definir nuevas acciones.
Para comunicarse con esta columna
jamastu@gmail.com

Gloria Arenas Agis y Jacobo Silva Nogales, pareja de ex guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), fueron encarcelados hace nueve años y cinco meses por delitos que no cometieron. El pasado 11 de marzo les fue concedido un amparo, liso y llano, por la causa penal radicada en Guerrero, con el que obtendrían por fin su liberad. No fue así; las argucias jurídicas del Estado los harán enfrentar otro proceso penal por asociación delictuosa, con sentencia de cinco años en Toluca, estado de México.
Por ahora sólo quiero decir que Jacobo y yo estábamos conscientes de que iba a surgir un nuevo impedimento jurídico para nuestra libertad y estamos listos para lo que venga. Vivimos en un país donde las leyes se aplican de acuerdo con los intereses de los poderosos. Es por eso que tenemos que seguir luchando para exigir nuestra libertad y la de todas y todos los presos políticos, escribió Gloria Arenas desde su celda en el penal de Chiconautla.
Las vidas de Gloria y Jacobo, ex alias Aurora y Antonio, no son las de cualquiera. Pertenecen a una generación de luchadores que lo han dejado todo por defender sus pensamientos revolucionarios. Se puede estar de acuerdo o no con el camino que eligieron, pero no son terroristas, asesinos, narcotraficantes, secuestradores o rateros. Al momento de su detención pertenecían a las filas del ERPI, escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Su encarcelamiento los saca de la clandestinidad, rompen vínculos con el grupo guerrillero y recuperan sus nombres originales. Pasan así, desde la cárcel, a la lucha pacífica y abierta. En 2005 se integran a la iniciativa política zapatista denominada la otra campaña.
Gloria y Jacobo son pareja desde 1986 y tienen una hija. Ninguno de los tres ha vuelto a verse desde su detención, en octubre de 1999. Elizabeth Silva Nogales, hermana de Jacobo y una de las más fervientes activistas que luchan por la libertad de la pareja, afirma que durante casi una década a ninguno de los dos los ha visto “tristes ni deprimidos, y se estaban preparando mentalmente para un revés jurídico que les impidiera la excarcelación…”
Al conocerse los rumores de que podrían ser dejados en libertad y de inmediato ser detenidos otra vez, diversas organizaciones sociales y de derechos humanos se trasladaron al penal de alta seguridad del Altiplano, donde se encuentra Jacobo, y al de Chiconaulta, en el que permanece Gloria. Hoy seguimos injustamente presos, pero vamos a salir. Y desde donde estemos, fuera o dentro de estas prisiones que nos separan, seguiremos intentando construir un mundo distinto y mejor, afirma Gloria, a nombre de los dos, en un mensaje de agradecimiento por la solidaridad.
losylasdeabajo@yahoo.com.mx

n el dorado puerto de Acapulco los chicos del coro organizaron el performance. Micrófono en mano, y al ritmo de un, dos, tres, la trinca infernal estrenó estribillo: “el fondo ya se está viendo… la economía está cerca de tocar fondo… está pasando lo peor de la crisis… la recuperación de la economía se podría dar en la última parte del año… hacia 2010 tendremos una recuperación más franca…”
Es la trinca (Hacienda, Banco de México y Asociación de Bancos de –en– México) que en el paradisiaco rincón turístico del Pacífico mexicano públicamente se pavonea por un logro que muy pocos en el país pueden presumir: una destartalada credibilidad aún inferior a la que, con coraje, decisión y cotidianeidad, se han ganado los devaluados legisladores y la ineficiente policía.
¡Felicidades! Diagnosticó catarrito y gripa, para después, ya con el agua hasta el cuello y el puñal clavado en la espalda de los mexicanos, reconocer que en realidad se trataba de un tsunami financiero. Incapaz de prevenir la crisis y actuar en consecuencia, la trinca jura que no se enteró de nada ni vio nada, porque nadie imaginó la profundidad de la crisis y todos se quedaron cortos con las expectativas de crecimiento, pero ahora ya determina que estamos tocando fondo y que en 2010 tendremos una recuperación más franca. Presumió que la crisis es externa, que aquí ni siquiera nos despeinaría, que la economía es sólida, de gran calado, que las cifras de empleo son históricas y que no hay elementos para una devaluación. Pero, ¡sorpresa!: la economía se desplomó, el empleo formal se fue a la lona y el tipo de cambio se disparó hasta 16 pesos por billete verde. Que no había problema con la cartera vencida de los bancos, y ésta se duplicó. Y etcétera, etcétera
Nada vio, nada previó y la crisis la agarró papando moscas, pero ahora la trinca tiene la capacidad visual y analítica –bola de cristal incluida– para asegurar que ya tocamos fondo y que a partir de 2010 México tiene garantizado un futuro venturoso (una duda: ¿por recuperación franca los mexicanos deben entender que la economía regresará a un crecimiento de 2 o 3 por ciento como máximo, la cobertura de tan sólo 25 por ciento de la demanda laboral, cada vez con menores prestaciones y salarios de hambre, y demás gracias de “antes?).
Lo mejor del espectáculo es que el performance acapulqueño de la trinca se da justo cuando el Fondo Monetario Internacional advierte que la economía mexicana entrará en franca recesión y el crecimiento económico latinoamericano será arrastrado por la mayor astringencia de las condiciones financieras y una demanda externa más débil. En las economías emergentes y en desarrollo (la mexicana entre ellas), y en los países de bajos ingresos, el crecimiento seguirá obstruido por restricciones financieras, bajos precios de materias primas, debilidad de demanda externa, y efectos asociados vertidos sobre la demanda doméstica, apunta el organismo.
Así es. Para una misma circunstancia, dos escenarios diametralmente distintos: uno de franca recuperación, el de la trinca, y otro de franca recesión, el del organismo financiero, aunque en el juego de las apuestas sobre la extensión y profundidad de la crisis la bola de cristal del FMI ha dado mayores resultados que la utilizada por los siempre optimistas muchachos de Hacienda, Banco de México y ABM, quienes según su propia confesión no vieron nada y nada registraron.
No obstante lo anterior, la cara dura es una de las virtudes de la sagrada famiglia financiera del país, y en este sentido una de las voces de la trinca, la del abucheado doctor catarrito, Agustín Carstens, cínicamente exige: “¡nadie puede culpar a esta administración (la de Calderón) de indolencia!… No somos dueños ni conductores de los acontecimientos externos, como es esta tormenta global insólita, pero tenemos en nuestras manos el timón y todos los implementos para garantizar una venturosa travesía a puerto seguro” (Fox también hablaba de puerto seguro, de timón y de barco de gran calado, y allí están los resultados. Y a Martita le fascinaba referirse a su marido como capitán de gran navío, cuando nunca pasó de marinero de agua seca).
Y si de sensibles justificaciones de cara dura se trata, allí está el inquilino de Los Pinos, presume que te presume que “no es grave la pérdida de 8 mil empleos en la primera quincena de marzo… pese a la magnitud de la crisis económica mundial (en México no existe), en la primera quincena de marzo se perdieron 8 mil empleos, cuando se esperaba una pérdida significativa… era predecible que tuviéramos una pérdida significativa de empleo, pero la variación de la primera quincena de marzo es de 8 mil puestos de trabajo; cada uno es importante, desde luego, pero me parece que vale la pena ponerlo en contexto”.
Como siempre, las cifras y los resultados que ellas documentan son acomodadas a discreción por el indolente presidente del (des) empleo. Pues bien, pongámoslo en contexto: en los últimos cuatro meses y medio, según cifras oficiales –las mismas que utiliza el inquilino de Los Pinos para minimizar lo que a todas luces es un gravísimo problema económico y social–, se han cancelado más de 605 mil empleos formales registrados en el IMSS, un monto 76 veces superior al que en Acapulco celebró Felipe Calderón, para quien, todo indica, la crisis externa arrancó el primer día de marzo de 2009, de allí que su contabilidad se limite a los primeros quince días del tercer mes de 2009.
Las rebanadas del pastel
Y ahora con ustedes otra muestra del cínico reciclaje de personajes que se caen para arriba, protegidos por el divino manto de Los Pinos: Luis Téllez, ex secretario de Comunicaciones y Transportes de Felipe Calderón, es candidato a presidir la Bolsa Mexicana de Valores en sustitución de Guillermo Prieto, aseguró este viernes Carlos Gómez y Gómez, presidente del Consejo de Administración de Santander. De acuerdo con el directivo del banco español, tras renunciar a la SCT en medio del escándalo por las llamadas telefónicas en las que acusó a Salinas de Gortari de robarse la mitad de la partida secreta, Téllez ingresó a la lista de aspirantes a dirigir la BMV, en la que también se encuentran, entre otros, Jonathan Davis, ex presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de la Tesorería de la Federación (con indeleble sello Fobaproa) y Manuel González Sordo, ex directivo de Lehman Brothers, el banco que entre las patas se llevó a medio mundo (La Jornada).
cfvmexico_sa@hotmail.com mexicosa@infinitum.com.mx

Destrucción del patrimonio histórico
Desde el fin de semana pasado, la zona arqueológica del Tajín, en Veracruz, ha sufrido notables daños como consecuencia de la instalación de un espectáculo de iluminación que forma parte de las actividades de la denominada Cumbre Tajín. Dichos trabajos, según afirman custodios del lugar –opuestos al uso de la zona con fines comerciales–, han causado la destrucción de un bajorrelieve milenario y, de acuerdo con trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), han provocado la extensión de una grieta de casi 30 metros en la Pirámide de los Nichos, originada hace cinco años como consecuencia de una instalación similar.
El hecho que se comenta es el más reciente de una serie de episodios de destrucción del patrimonio histórico del país, que ha contado, en la mayoría de los casos, con la anuencia de las autoridades de todos los niveles. La semana pasada se informó en estas mismas páginas que la instalación de nuevas luminarias en la zona arqueológica de Uxmal, en Yucatán, como parte de los trabajos de adecuación y actualización técnica de la zona, ha derivado en un severo daño a las estructuras arquitectónicas de ese sitio maya (La Jornada, 12/03/09). Desde diciembre del año pasado, amplios sectores de la sociedad han manifestado su inconformidad y descontento por el espectáculo multimedia Resplandor teotihuacano, proyecto que las autoridades mexiquenses se han empeñado en avanzar, a pesar del ostensible daño causado en las estructuras piramidales –más de 6 mil perforaciones–, de carecer de guión académico y de violentar las normativas vigentes en materia de preservación de los monumentos históricos.
La proliferación de otros proyectos similares –en zonas como Tulum, en Quintana Roo, y Tula, en Hidalgo– da cuenta, en primer lugar, de que la riqueza histórica del país se encuentra a merced de los intereses y las ambiciones de empresas privadas, para las cuales las zonas arqueológicas no son más que mercancías que deben ser explotadas y generar ganancias económicas. Adicionalmente, la permisividad con que hasta ahora han actuado los gobiernos de todos los niveles ante estos espectáculos hace ver que las autoridades se conducen con una lógica especulativa y mercantilista, y que sus intereses se encuentran orientados a potenciar la explotación turística de los monumentos históricos, incluso a costa de su destrucción. Es particularmente reprochable la actitud que han asumido los altos funcionarios del INAH, entidad encargada de la custodia de estos centros, quienes parecen haberse erigido en defensores de los intereses políticos y económicos que se hallan detrás de los proyectos que se comentan, e incluso han descalificado a los trabajadores de ese mismo instituto que se oponen al usufructo.
La rapiña a la que ha sido sometido el patrimonio nacional da cuenta, por lo demás, de la ausencia de políticas culturales y educativas que promuevan en la población el cuidado del legado histórico, el valor de la herencia milenaria y el respeto a las culturas ancestrales: si la propia autoridad se encarga de vejar los monumentos históricos, no es de extrañar que algunos de los visitantes a los centros arqueológicos hagan lo propio, como ocurrió en enero pasado en el Parque-Museo de La Venta, en Tabasco, donde dos ciudadanos mexicanos y una estadunidense provocaron severos daños a un monumento olmeca.
Es necesario, en suma, que las autoridades frenen cuanto antes los programas de destrucción del patrimonio histórico. Porque, contrariamente a lo que dicta la lógica empresarial, encargada de fijar un precio a todo en términos monetarios, el valor de la memoria histórica de nuestro país es incalculable y debe ser defendida, protegida y preservada.

Opinión
Miguel Concha: Contra el Foro Mundial del Agua

Como priístas impusieron en 1995 en el IMSS el sistema de cuentas individuales a los trabajadores del apartado A (Ernesto Zedillo). Como priístas conformaron en 1999 desde el Senado las Instituciones de Seguros Especializadas en Salud (Samuel Aguilar). Como priístas apoyaron en 2003 la aprobación parlamentaria del fraude sanitario más escandaloso del México moderno: el Seguro Popular (Kumate).
Como priístas operaron en 2004, desde el Poder Legislativo, pisoteando un ordenamiento laboral, el primer mazazo al contrato colectivo de trabajo más completo de América Latina: el del IMSS, al sustentar el deliberadamente equívoco diagnóstico de Santiago Levy, que se tradujo en la reforma a los artículos 277D y 286K de la ley del IMSS (Manlio Fabio Beltrones).
Como priístas consumaron con el PAN en 2007 la nueva ley del ISSSTE, que reduce las pensiones y ajusta a la baja las prestaciones de los trabajadores del apartado B (Emilio Gamboa, Samuel Aguilar, Beatriz Paredes, Jorge Estefan Chidiac) y, luego, en contubernio con las dirigencias sindicales del SNTSS (Valdemar Gutiérrez Fragoso) y del SUTERM (Víctor Fuentes), como priístas extendieron en 2008 el fallido esquema mexicano de capitalización individual a los trabajadores de nuevo ingreso del IMSS y la CFE.
Como priísta, el senador (plurinominal) Beltrones escribió: los legisladores nos propusimos reforzar la certidumbre económica y financiera del país, atendiendo un problema severo del sistema de pensiones. Hicimos modificaciones que no se pensaban posibles, para consolidar el ahorro interno y darle a los trabajadores del Estado nuevas reglas para que ellos puedan realmente vigilar y controlar sus cuentas para el retiro, así como resolver un hoyo negro de las finanzas públicas. Hicimos lo que no se hizo en 1997.
Como priístas aprobaron –en la reunión que celebró la Conago en Metepec el 25 de abril de 2008– preparar el foro Federalismo y descentralización en materia de salud. En él (11 de agosto), Juan Molinar Horcasitas, entonces director del IMSS, propuso la creación de un mercado interinstitucional de servicios de salud entre IMSS-ISSSTE y la Ssa. Por su parte, el secretario de Salud, José Ángel Córdova, postuló la conformación de un sistema único de salud, mientras los panistas presidentes de las comisiones de Salud de las cámaras de Senadores y Diputados (legislatura 60), Ernesto Saro Boardman y Éctor Jaime Ramírez, respectivamente, anunciaban una reforma de ley general de salud para introducir al IMSS y al ISSSTE una universalidad de servicios básicos de salud como la del fraudulento Seguro Popular foxista y su modalidad petit calderonista: el seguro para los recién nacidos.
Como priístas, ¿pueden realmente declararse listos para recuperar el timón del país y pretender evitar que zozobre?
Desde la presidencia del PRI, el 16 de enero de 2009, Beatriz Paredes acusó a Fox y Calderón de no aplicar lo que el país reclama. Pero, ¿dónde consta lo que ha propuesto ella?
Además de reprobar la política social que aprovecha la circunstancia adversa de la gente, Paredes descarta el asistencialismo, porque es una distorsión de la verdadera política social. Pero, ¿dónde está su verdadera alternativa?
Porque las evidencias muestran que, como priístas, apoyan casi lo mismo que el PAN. Por ejemplo, el 4 de marzo de 2008, Paredes demandó la revisión integral de la política del Seguro Popular, así como que se garantice el abasto y la creación de plazas acordes con la correcta operatividad. Porque es muy grave, dijo, que la infraestructura del IMSS y del ISSSTE, establecida a través de lustros de esfuerzos, se deteriore y degrade por incapacidad o por dolo intencionado para justificar su desmantelamiento (PRI-Reconstrucción XXI).
Pero apenas unos meses después, en la agenda legislativa de los diputados priístas del 30 de agosto de 2008, se contemplaba revisar el Seguro Popular, justo en los exactos mismos términos que lo planteaba el presidente panista de la Comisión de Salud: el senador Ernesto Saro Boardman (Canal del Congreso, 3/7/08).
Este maridaje programático se confirmó en la 20 Asamblea Nacional priísta, celebrada el 23 de agosto de 2008 en Aguascalientes, donde más de 4 mil delegados de todo el país votaron (en 25 minutos, sin discusión y a mano alzada) que, aunque se le definía como un partido socialdemócrata, era un instituto político que eliminaba de su declaración de principios el rechazo a la privatización. Por su parte, el programa de acción reculaba de revisar el Seguro Popular a cambio de incorporar medicamentos contra el sida y el cáncer, y los estatutos ya facultaban al Consejo Político para modificar documentos básicos.
Así que, como priístas, parece que no pueden declararse listos. Si realmente quisieran estarlo, primero tendrían que señalar (más allá del episodio Madrazo) a los responsables de su política de maridaje estratégico (reforma calderonista del ISSSTE) con el panismo foxista-calderonista, garantizando los debidos deslindes, ajustes y sanciones.
Seguiría, entonces, adecuar efectivamente su plataforma con ofertas alternativas viables, a la altura del electorado que convocan a que apoye su opción (más allá del poco ágil equilibrismo declarativo de Beatriz Paredes).
Como gustaba recalcar Darío Fo: estoy seguro de que no se puede ganar ni gobernar si no se tienen ideales elevados y fuertes. En cambio, los políticos profesionales sólo piensan en gestionar su poder con desenfado y avidez. La fractura entre ellos y la gente aumenta cada vez más, particularmente con los jóvenes, habría que agregar.
*Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco

Ilán Semo: Descifrando a Obama

Las semejanzas entre la depresión de 1929 y la de 2009 son tan visibles como sus diferencias. El colapso del 29 tuvo su epicentro en Estados Unidos, aunque las sociedades europeas, cuyas economías se encontraban en crisis desde 1925, lo padecieron con igual intensidad. En cambio, la implosión que se inició el año pasado no parece tener centro alguno. Es casi iconográfico atribuirla a ese hoyo negro en que se ha convertido el sistema hipotecario estadunidense, pero la crisis de Islandia, la histeria petrolera de 2008 y el dumping bancario europeo parecen ser igual de relevantes al respecto. Tal vez, en un futuro, los historiadores resuelvan el enigma. Pero lo que resulta hoy cada vez más paradigmático es que el sistema se ha vuelto aún más opaco ante sí mismo. En otras palabras: en un mundo saturado por la información, los reportes de los especialistas, la sapiencia de los analistas, el sistema ha perdido toda capacidad para detectar el centro de sus disfuncionalidades.
Otra diferencia: en 1929, meses antes de la catástrofe, Herbert Hoover decidió emprender ajustes drásticos para equilibrar el presupuesto federal, mientras que en 2008, el déficit contraído por la administración de George Bush ascendía ya a cifras seguidas por un número de ceros ya incontables. Dicho de otra manera: en 2007 y 2008, el gobierno estadunidense seguía financiando, mediante la adquisición de préstamos, bancos que seguramente ya habían perdido su capacidad de funcionar. Todo ello, por supuesto, para preservar la confianza en ese fantasma que se ha vuelto el consenso.
En 1929, el gobierno de Hoover, según la costumbre no interventora que le precedía, se quedó impávido frente a las quiebras bancarias; por el contrario, en 2008, la primera reacción del Departamento del Tesoro frente a la caída de la bolsa de Nueva York fue llenar las vacías cajas de los bancos con más de 200 billones de dólares y acudir así a su rescate.
La palabra rescate es, por supuesto, la menos capitalista de las palabras. Significa la interrupción flagrante de la libre competencia y de las leyes donde el más hábil debe demostrar sus propias capacidades. Pero eso no importó demasiado a los defensores de esa utopía (o mejor dicho: distopía) llamada mercado libre.
Pero acaso el contraste más notable entre 1929 y 2009 reside en el hecho de que Roosevelt llegó a la Casa Blanca en 1933, cuatro años después del colapso; mientras Obama acaso fue llevado a la presidencia por la crisis misma. Los seis años que transcurrieron entre la debacle de Wall Street y las primeras medidas del New Deal en los 30 pusieron a la economía estadunidense de rodillas. Obama, a dos meses de haber llegado a Washington, ha emprendido una serie de medidas drásticas para estimular a ese cuerpo caído mucho antes de que eso suceda. Si en la política, como en la vida, el timing lo es todo, el que ha adoptado el presidente afroamericano es, por su rapidez y contundencia, realmente asombroso. Está por verse, claro, si las medidas logran efectivamente su cometido.
Por lo pronto, y antes de que esas medidas hayan empezado a implementarse, la estrategia de Obama ya enfrenta ácidas críticas desde dos franjas extremas del mundo político. Los conservadores lo acusan de querer socialdemocratizar (o europeizar) a la sociedad estadunidense, y la izquierda más radical le achaca que su estrategia se reduce tan sólo a reformar el capitalismo: un capitalismo con rostro humano es el eslogan en turno.
Visto con más detalle, el ambicioso plan de gasto público que fue aprobado hace un par de semanas por el Congreso cuenta con un vasto espectro de directrices y propuestas que ponen en práctica demandas centrales que la izquierda vindicó durante las últimas dos décadas: aumentar el gasto en educación pública, impulsar la investigación básica, crear un nuevo sistema de salud civil y controlar los gastos médicos, promover iniciativas ecológicas, reducir el gasto militar, trasladar fondos y decisiones al orden municipal, etcétera. Y sin embargo, al menos así lo ven sus críticos, la estrategia de Obama aparece más como un esfuerzo por restituir lo que colapsó que como una política para superar o transformar al sistema mismo.
Aquí cabría reflexionar si realmente, después de la sucesión de espejismos e incendios que fue el siglo XX, contamos hoy con las nociones básicas que nos permiten entender la compleja relación que existe entre la reforma y la ruptura de un sistema social.
Lo único que acaso podemos derivar de la experiencia del siglo XX es que las transformaciones del capitalismo no sucedieron ni sucederán probablemente por arte del incendio de la sociedad misma, como algún día lo vaticinó esa izquierda bombástica que se niega a despertar de la pesadilla que trajo consigo la experiencia soviética y su equivalente en China. Esa izquierda que no logra despertar del duelo causado por el crepúsculo del concepto y de la épica de la revolución.
Del otro lado, habría acaso que subrayar que el destino que aguarda al colapso actual es prácticamente impredecible y depende de los conflictos sociales y nacionales que ya está desatando.
Pero sostener que el Estado de bienestar –que fue resultado de la crisis de 1929 y las conmociones políticas y sociales que desató– no marca una diferencia con respecto al capitalismo salvaje que produjo esa crisis es una de las mayores irresponsabilidades de un amplio sector de la izquierda del siglo XX y de la actual.
No es lo mismo contar con salario de desempleo que no contar con él. No es lo mismo la equidad educativa que sistemas educativos en donde destacan sólo los que tienen dinero para acudir a ciertas universidades. No es lo mismo que las mujeres ganen (como en Estados Unidos) 28 por ciento menos que los hombres a que ganen lo mismo, como lo prevé la reciente ley signada por el mismo Obama. La izquierda necesita un poco más de humildad en sus ilusiones y mucho más radicalidad en sus logros efectivos. Tal vez esa sea una de las soluciones a su marasmo actual.

Nos estamos acostumbrando a toda suerte de rompimientos de tabúes. La prensa mundial se llena de discusiones acerca de si sería buena la idea de nacionalizar los bancos. Ni más ni menos que Alan Greenspan, discípulo del profeta superlibertario del capitalismo del mercado puro, Ayn Rand, dijo recientemente que deberíamos nacionalizar los bancos cada cien años, y que éste podría ser el momento. El senador republicano y conservador Lindsay Graham estuvo de acuerdo con él. El keynesiano de izquierda Alan Blinder discutió los pros y los contras de esta idea. Y aunque piensa que los contras son un poco mayores que los pros, fue propenso a gastar energía intelectual pública en escribir acerca de ello en el New York Times.
Bueno, tras escuchar las propuestas de nacionalización por parte de archiconservadores notables, ahora oímos discusiones serias acerca de las posibilidades de una guerra civil en Estados Unidos. Zbigniew Brzezinski, apóstol de la ideología anticomunista y asesor en Seguridad Nacional del presidente Carter, apareció en un programa de televisión matutino de entrevistas, el 17 de febrero, donde le pidieron que discutiera algo que había mencionado previamente: la posibilidad de un conflicto de clase en Estados Unidos como secuela del colapso económico mundial.
Brzezinski dijo que el asunto le preocupaba por la perspectiva de que millones y millones de desempleados enfrentaran serias dificultades, gente que se ha vuelto consciente de que la extraordinaria riqueza transferida a unos cuantos individuos no tiene precedente en Estados Unidos.
Le recordó al público que, cuando ocurrió la crisis bancaria masiva en 1907, el gran financiero J. P. Morgan invitó a un grupo de acaudalados financieros a su casa, los encerró en su biblioteca y no los dejó salir hasta que pusieran dinero para un fondo que estabilizara los bancos. Brzezinski dijo: “¿Dónde está la clase adinerada de hoy? ¿Por qué no están haciendo algo si son la gente que ganó miles de millones?
Si no hacen algo sobre una base voluntaria, dijo Brzezinski, va a ocurrir un conflicto creciente entre las clases y si la gente está desempleada y realmente sufriendo, ¡puede incluso haber motines!
Casi simultáneamente, una agencia europea llamada LEAP-Europe que publica boletines europeos globales confidenciales para sus clientes –políticos, servidores públicos, hombres de negocios e inversionistas– dedicó su número de febrero a la dislocación geopolítica global. El informe no pinta un retrato agradable. Discutió la posibilidad de una guerra civil en Europa, en Estados Unidos y en Japón. Previó una estampida generalizada que puede conducir a choques, a semiguerras civiles.
Los expertos dan algunos consejos: “Si su país o región es una zona donde hay una disponibilidad masiva de armas, lo mejor que puede usted hacer es… abandonar la región, si eso es posible”. El único de estos países que concuerda con la descripción de disponibilidad masiva de armas es Estados Unidos. El director de LEAP-Europe, Franck Biancheri, apuntó que hay 200 millones de armas en circulación en Estados Unidos, y la violencia social ya es manifiesta a través de las pandillas. Los expertos que escribieron el informe aseguran que ya existe una emigración de estadunidenses hacia Europa, porque es ahí donde el peligro físico se mantendrá marginal.
Si Brzezinski confía en que emerja otro J. P. Morgan en Estados Unidos que haga entrar en razón a la clase adinerada, el informe de LEAP-Europe ve una última oportunidad en la sesión del 2 de abril del G-20 en Londres, siempre y cuando los participantes lleguen con un plan convincente y audaz.
Estos análisis no provienen de intelectuales de izquierda o de movimientos sociales radicales. Son la expresión abierta de los miedos de analistas serios que son parte del establishment existente en Estados Unidos y Europa. Los tabúes verbales se quiebran únicamente cuando tales personas están en verdad atemorizadas. El punto de romper tabúes es intentar una acción rápida que sea significativa –el equivalente a cuando J. P. Morgan encerró a los financieros en su casa, en 1907.
Era más fácil en 1907.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein

Bernardo Bátiz V.: La ciudad y el futuro

a ciudad de México, constitucionalmente identificada con el Distrito Federal, dividida para su administración en 16 demarcaciones territoriales gobernadas individualmente por un jefe delegacional y con un gobierno central con sus tres poderes clásicos –Legislativo, Ejecutivo y Judicial–, es por sí sola una metrópoli gigantesca, con cerca de nueve millones de habitantes.
Tomando en cuenta su área conurbada, es el conglomerado humano más grande del mundo; y sigue extendiéndose. Hace más de 100 años, Manuel Gutiérrez Nájera, en el ingenioso cuento La novela del tranvía, describía la capital porfiriana como una gran tortuga que lentamente estiraba sus patas fuera del caparazón, sobre un gran lodazal en el que solía asolearse; así describía el crecimiento de la entonces pequeña población, que empezaba a extenderse hacia la calzada de Guadalupe por el norte, después de Cuauhtemoctzin en el sur, a los llanos de Balbuena por el oriente y apenas más allá de los ejidos de la ciudad por el poniente.
Actualmente, el lodazal se ha convertido en una plancha gigantesca de cemento y construcciones diversas, y la metáfora de la tortuga sería ya inadecuada pues el crecimiento es tal, que va abarcando cada vez extensiones más lejanas y poco conectadas con el punto fundacional de la gran Tenochtitlán.
El crecimiento, el aumento de la población, el número cada vez mayor de vehículos circulando a todas horas y en forma desesperante, en las horas pico, nos ha hecho ver que un colapso de la ciudad no sería un escenario demasiado remoto; sin embargo, hemos visto también que se han tomado medidas que disminuyen el impacto del crecimiento; en el gobierno anterior, además de que se ordenó una buena parte del centro histórico, se construyeron muy largos tramos de segundos pisos en el Periférico, así como puentes y pasos deprimidos que han facilitado en algunas zonas el tránsito de vehículos.
Circulan ya en dos largas rutas los metrobuses, que transportan por carriles restringidos a un buen número de viajeros, con el impulso de un solo motor y a muy buena velocidad; vienen a sumarse a la transportación en el tren urbano que conocemos como Metro y también a las cada vez más obsoletas líneas de microbuses. El esfuerzo ha sido, sin duda, loable y prometedor si se sigue por ese camino.
Otros mecanismos y medidas que alientan la esperanza de que el futuro no nos alcanzará en forma de catástrofe, es que, aun con timidez, pero ya hay en el centro, en algunas colonias de la periferia y algunas avenidas importantes, ciclopistas y lugares donde se pueden conseguir bicicletas proporcionadas por el gobierno de la ciudad, para transitar en tramos cortos y sin riesgos excesivos. El gobierno capitalino, recientemente, puso en circulación los modernos bicitaxis que mueven a pasajeros sin otro combustible que la fibra de los ciclistas, que pedalean para mover con agilidad los pequeños y verdes vehículos ecológicos; pero también acumulan electricidad que se emplea en tramos más difíciles o algunas pendientes.
Me recuerdan estos vehículos, las dínamos de las bicicletas de antaño, que producían unos cuantos vatios, con el rose de la rueda de la bicicleta sobre una minúscula turbina generadora de electricidad, que servía para el diminuto faro del vehículo.
Estas medidas y otras parecidas, estudios sobre la recuperación del agua que se están haciendo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, el cuidado de parques, jardines y otras áreas de recargo de agua, nos hacen alentar confianza en que el futuro de la ciudad no sea tan negro como algunos lo quieren ver.
Hace un cuarto de siglo, El Club de Roma hablaba de los límites del progreso, a los que ahora nos estamos acercando peligrosamente, pero con menos riesgos que otros espacios y otras entidades, en la medida en que las autoridades citadinas desarrollen programas y trabajos concretos encaminados a volver a poner el horizonte del desastre lejos de nosotros.
jusbbv@hotmail.com

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