Mirra Lanchón (DEUTSCHE WELLE)
Francia vive una jornada de huelgas y manifestaciones contra la política del presidente Nicolás Sarkozy.
Lo caldeado de los ánimos hace temer una radicalización de los movimientos sociales.Este jueves (19 de marzo) los sindicatos franceses convocarón a huelgas y concentraciones masivas contra la política del presidente Nicolás Sarkozy frente a la crisis económica. La red de transportes suburbanos se vió afectada en muchas ciudades del país; numerosas escuelas han permanecido cerradas, a pesar de las disposiciones gubernamentales para que Francia no se paralice y los niños cuenten con maestros suplentes.
Puntualmente para la cumbre en la que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea van a abordar el tema de la crisis, el presidente galo tiene que abandonar la casa en desorden. El primer ministro francés, Francois Fillon, renunció a participar -debido a la jornada de protesta- en la cumbre de Bruselas.Protestas no huelgasLa acogida a este llamamiento mancomunado de siete sindicatos se espera que sea semejante a la que tuvo el “jueves negro”, el 29 de enero de este año; se calcula que unos 2,5 millones de personas participaron en esa huelga general, que paralizó parcialmente el país. Contrariamente a lo que acordado en jornadas de protestas anteriores, los sindicatos hicieron hincapié en llevar a cabo esta vez manifestaciones en vez de una gran huelga; muchos empleados a tiempo parcial no se pueden permitir una merma de sus ingresos.
A lo largo del día se espera que millones de personas se manifiesten en todo el país.Empresas cierranDespués de que la alemana Continental –fabricante de neumáticos- anunció que cerrará su planta en Clairoix, dejando sin trabajo a 1120 empleados, los trabajadores montaron en cólera. Debido a los huevos que les lanzaron a ejecutivos de Continental Francia, se suspendió una reunión entre la gerencia y los sindicalistas. La decisión de cerrar la fábrica a pesar de las aparentes garantías dadas por la compañía de que la mantendría abierta hasta 2012 provoca ira, también en el gobierno.La ministra francesa de Hacienda, Christine Lagarde, declaró estar conmocionada por la decisión.
Poco antes le había tocado a ella misma la desagradable tarea de dar a conocer datos económicos: el crecimiento se reduce en un 1,5 por ciento, habrá 300.000 desempleados más y la deuda pública crecerá este año en 100 mil millones de euros.Por otro lado, el gigante petrolero francés Total dio a conocer la semana pasada que eliminaría unos 555 puestos de trabajo antes de 2013; justo una semana había anunciado ganancias récord de casi 14 mil millones de euros en 2008. El fabricante de mostaza Amora-Maille anuncia el cierre de su tradicional planta de Dijon, también la de la Appoigny; 265 puestos de trabajo se perderían con su cierre el 31 de enero de 2009.
El creciente enojo entre los trabajadores franceses amenaza ahora con transformar las protestas en un movimiento antigubernamental más radical. Un sondeo del instituto BVA revela que en opinión de los franceses el líder del Nuevo Partido Anticapitalista, Olivier Besancenot, es tan creíble como Sakorzy para resolver los temas económicos y está bastante más preocupado que el presidente por sus problemas.El ex primer ministro Laurent Fabius, socialista, expresó la ansiedad general que se vive en el país al decir: "Si la política del gobierno no cambia, me temo que en la primavera, a raíz de esta situación desesperante habrá movimientos amplios y radicales de revuelta".
Franceses apoyan la huelga
Según expertos franceses consultados por la agencia dpa, se teme que los sindicatos puedan difícilmente canalizar estas olas de ira; en ese caso, una radicalización de las protestas no se excluye. Según el diario Le Figaro, cercano al presidente Sarkozy, una nueva encuesta mostró que un 62 por ciento de los franceses cree que la respuesta del gobierno a la crisis económica es mala. Además, casi tres de cada cuatro consultados consideran que las huelgas y protestas del jueves están justificadas.“La furia está en el orden del día”, declara a dpa el sindicalista Antonio da Costa; “Francia bulle”, dice por su parte Burkhard Birke, corresponsal de la emisora alemana Deutschlanfunk. Ante esa emisora el sociólogo francés Denis Muzet Kassandra había aseverado: “Todas las condiciones para una revuelta social están dadas: estamos sentados sobre el volcán. Una medida desatinada bastaría para la explosión”.
Un artículo de
DW-World, la página web de la Deutsche Welle.
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