La fuerza de la razón: decisión de mujeres
Clara Scherer
Ellas no permitirán que dos partidos políticos, el PRI y el PAN, continúen con la costumbre de tratarlas como eternas menores de edad.
El pasado fin de semana, muchas mujeres se reunieron en un foro para debatir sobre la normativa constitucional modificada en 17 estados de la República, que limita el derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida. Puesto en duda una vez más, no debiera siquiera ponerse a debate; pero, en fin, las diputadas y los diputados de esas entidades lo han hecho. En la reunión estuvieron mujeres de diversas edades, condición social, religión y procedentes de muchos estados. Así, esas voces plurales han decidido decir basta a quienes pretenden controlar su vida. No permitirán que dos partidos políticos, el PRI y el PAN, continúen con la costumbre de tratarlas como eternas menores de edad.
La vida de las mujeres sigue sin ser considerada valiosa, se les sigue viendo como úteros ambulantes. Las maltratan, las matan y, el Estado mexicano, simplemente cierra los ojos y nombra procurador federal a quien no le importó la muerte de muchas niñas, muchachas y mujeres.
Ni por violación permiten en esos estados interrumpir el embarazo. Esto es un decir, porque las autoridades saben bien de los cientos o miles de lugares clandestinos donde, por falta de opciones, acuden las mujeres y, ahora, además de saber que pondrán en riesgo su vida, están amenazadas con la cárcel.
¿Por qué no se hacen programas educativos para que la masculinidad deje de pararse sobre la violencia y el sometimiento de otras/otros? ¿Por qué a las diputadas y los diputados no se les da un curso intensivo de derechos humanos, con capítulo especial sobre los derechos de las humanas?
En el foro, las mujeres acordaron un pacto. Una alianza para defender sus derechos en todo México, y se darán a la tarea de exigir respeto a su cuerpo, a sus decisiones, a su vida. En la larga historia por defender su derecho a la autonomía —más de cien años documentados—, por primera vez acuerdan acciones conjuntas a favor del derecho a interrumpir el embarazo. Ir más allá de las gestiones jurídico-legales, aunque éstas se conserven; ir más allá de la denuncia aislada o las movilizaciones estatales. Porque será necesario ir a toda la población y explicarle que tener un derecho no obliga a nadie a abortar, porque nadie promueve el aborto, pero, cuando es necesario y urgente, debe ser protegido por el Estado, para garantizar la vida de las mujeres.
Dijo el procurador de Justicia de Morelos que las mujeres deberíamos tener cuidado y no provocar a los hombres, porque ellos son más fuertes. Es decir, las mujeres somos las culpables de que nos maten, nos violen, nos golpeen. No hay que provocar al fuerte. ¡Uf! A este señor habría que mandarlo de regreso al primer semestre de la carrera de derecho, porque es sabido que la ley se hace precisamente para que prive la fuerza de la razón y no la violencia en contra de quien no piensa como nosotros o, peor, de quien no nos obedece.
Respetar las formas de vivir de las mujeres implica entender que nadie tiene derecho de decidir sobre la vida de otras.
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