12/10/2009


No debieron estar privados de libertad ni siquiera un segundo

ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
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El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón de Quesada, dijo anoche que los Cinco no debieron estar privados de libertad ni siquiera un segundo, y que lo ocurrido con la resentencia a tres de ellos (Ramón Labañino, Fernando González y Antonio Guerrero, este último en octubre pasado) es un argumento adicional para continuar e intensificar la lucha por la liberación inmediata de Gerardo y sus cuatro compañeros.

Conocidas las resentencias, que impusieron a Ramón 30 años a cambio de la cadena perpetua que cumplía, y 17 años y nueve meses a Fernando, que purgaba una sentencia de 19 años, Alarcón se refirió a que mientras se imponen grandes penas a nuestros compañeros, terroristas confesos como Luis Posada Carriles están sueltos porque el gobierno de Estados Unidos sigue violando la ley y los tratados internacionales.

El presidente Obama tiene la obligación de entregar a Posada a la justicia para que lo envíen a Venezuela o para juzgarlo por un tribunal norteamericano por crímenes. No hay otra acción legal, argumentó el miembro del Buró Político.

AHORA LE TOCA A OBAMA ACTUAR

En el programa televisivo Mesa Redonda, el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular enfatizó en el hecho de que en el caso de los Cinco, no se imagine el Gobierno norteamericano —que tiene que reconocer que la presión internacional crece, que siente ese fuego— que nos va a contentar con reducciones de prisión a 30 años, que es una vida.

Insistió en que ahora le toca a Obama, "él sabe que fueron sentenciados injustamente", y afirmó que también conoce que ni el gobierno de Bush pudo probar el cargo más infame contra Gerardo.

Recordó que este ha sido un juicio plagado de irregularidades, desde la acusación inicial hasta la sentencia, y que el gobierno de Estados Unidos sabe que estos compañeros no hicieron daño a nadie. No hicieron otra cosa que una contribución a la paz, la seguridad y la libertad de su pueblo y del norteamericano también.

Explicó que en el caso de Ramón Labañino la condena de 30 años de privación de libertad es el mínimo, según las guías de sentencia que allí se aplican, si hubiera sido culpable de los delitos que se le imputan.

Expresó, además, que aunque cualquier sanción a estos hombres es injusta, no deja de ser importante la reducción del castigo, pues ello debe cambiar las condiciones carcelarias para ellos.

Destacó que lo más importante es que hoy no solamente es la Defensa la que dice que el juicio estuvo plagado de errores, sino que lo reconoce el actual gobierno de EE.UU.

Todo esto se produce dentro de un cuadro injusto, por cuanto nunca debieron ser sancionados, concluyó.

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