Un analista político, como cualquier otro especialista que colabora en un medio, escribe para compartir sus certezas. Pero en ocasiones como esta quiero aprovechar el espacio para compartir algunas dudas. ¿Debemos los medios difundir la supuesta fotografía y la carta del secuestrado Diego Fernández de Cevallos? Una mirada a los principales portales de noticias - EL UNIVERSAL, Reforma, CNN México y múltiples diarios estatales -muestra que no tienen la menor duda: se trata de una noticia y por tanto debe ser publicada.
No obstante esta contudencia compartí mi inquietud - vía twitter y telefónica - con algunos colegas a los que respeto mucho y cuyas respuestas aclararon parte de mi duda: debe ser publicado porque se trata de una nueva imagen, un nuevo texto y la historia se refiere a una figura de interés público. Así que evidentemente es publicable. Y desde esa perspectiva creo que tienen razón.
No obstante me quedan otras interrogantes. Por ejemplo, ¿por qué difundir una información sin confirmar? Hasta el momento de escribir esta entrada no hay ninguna de las notas publicadas que tenga declaraciones de la familia o sus representantes validando la letra de Fernández de Cevallos, así como no hay opiniones de expertos que confirmen la autenticidad de la imagen. Lo único que tenemos es el correo recibido por José Cárdenas en el que además de las supuestas foto y carta, recibió un mensaje de quienes dicen ser los secuestradores del Jefe Diego; mensaje, por cierto, con el que parecen responder a columnas anteriores del periodista en las que había hecho afirmaciones que ahora son desmentidas.
Pero más allá del debate sobre la autencididad del documento -que no es poca cosa al tratarse del primer punto en el periodismo- me sorprende la facilidad con la que los medios en general prestamos los espacios para la reproducción de los recados del crimen organizado, ya sean los narcos o ahora unos presuntos secuestradores.
En particular a la hora de transmitirlos sin contexto ni elementos críticos. No lo hacemos con legisladores, partidos políticos o funcionarios. ¿por qué hacerlo entonces con lo que parecen ser estrategias de comunicación del crimen organizado? En particular en este caso cuando - de ser cierta- la carta habría sido envíada a los medios para presionar a las autoridades y a la familia de Fernández de Cevallos .
¿A quién servimos los periodistas cuando difundimos este tipo de información? ¿a los lectores? ¿a los radioescuchas o televidentes?, ¿a los secuestradores?, ¿a la víctima y su familia?
A veces en el ejercicio del día a día del periodismo parece ocioso hacerse estas preguntas. Sin embargo, cuando lo que está en juego es la vida de una persona, tal vez valga la pena tomarse unos minutos para reflexionar.
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