12/25/2010

Recobra libertad una mujer indígena y 74 hombres en Oaxaca


Forman parte del programa de preliberación de Navidad

Por Nadia Altamirano Díaz, corresponsal

Oaxaca, Oax. 24 dic. 10 (CIMAC).
-Tuvieron que transcurrir dos años y seis meses para que Laura Santiago, de 24 años de edad, fuera liberada porque no tuvo el dinero suficiente para pagar un abogado que probara que fue acusada injustamente de robar un negocio al que ese día ni siquiera entró. Ya en libertad un día antes de Nochebuena recuerda: “nos acusaron del robo de una tienda de ropa, los policías nomás me detuvieron así porque sí, en parque El Llano, estaba con una amiga cuando vi a unas personas que sí robaron la tienda, “en un tsuru blanco y a esos si no los detuvieron”.

Mientras habla Laura entrega a Alexia -su hija de año y medio-, a Alan Alexis Morales, la pareja sentimental que conoció en reclusión en el penal de Santa María Ixcotel, en la ciudad de Oaxaca. El también alcanzó ayer su preliberación. La dureza de su estancia en el penal no se borra con la alegría de estar libre de nuevo: “No hay espacio suficiente para más de 100 mujeres, lo peor es la comida y que no hay fuente de trabajo.

Yo hacía bordados, manualidades”.
“Es muy duro, muy feo no tener tu libertad por el maltrato que te dan los celadores, hay un encargado de los presos que nos trata mal, se supone que no debe haber un líder pero un preso manda a todos los demás”, cuenta. La falta de ingresos fue más severa cuando su hija Alexia nació: “A veces no teníamos dinero para la leche, hay otros niños dentro del penal y cuando se enferman no hay dinero para sacarlos al doctor.

Dos meses antes Alexia enfermó de bronquitis y tardaron una semana en autorizar que saliera a una consulta médica.
Junto con el hacinamiento, la falta de atención médica son las peores circunstancias que se tienen que enfrentar en la cárcel. Alan, la pareja de Laura, recuerda que al acercarse el momento del parto todo se complicó: “No había una autorización para sacarla, entonces ya se estaba pasando mi nena, la llevaron al Hospital Civil Aurelio Valdivieso pero al no haber lugar ahí la llevaron a una clínica particular”. Ambos por fin obtuvieron su libertad antes de Navidad, fueron de los 75 presos de escasos recursos e indígenas que cada año lo consiguen en esta fecha.

Entre los liberados, Laura era la única mujer. A ella se acercó el gobernador Gabino Cué, presente en la preliberación; ella pudo decirle que ahora la libertad no basta si no tiene empleo, a lo que le prometió que sus colaboradores la buscarían para ofrecerle una opción laboral, al igual que a su pareja. La procuradora para la Defensa del Indígena, Bertha Ruth Arreola, calcula que el 30 por ciento de las 4 mil personas recluidas en los distintos penales de Oaxaca son indígenas, pero ignora cuántas son mujeres, la mayoría “alejadas de su lugar de origen, sin saber hablar español” y detenidas porque “discutieron, se pelearon o provocaron daños a otras personas”.

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