Madrid, 20. Jun. 2011. AmecoPress. Salen de sus casas a veces con lo puesto, dejan atrás una vida entera huyendo de la violencia, la miseria, el hambre, las guerras, las persecuciones o precarias condiciones de vida; llegan a otros países buscando la oportunidad que se les ha negado en sus lugares de origen, viven intentando adaptarse y ser aceptadas. Son las personas refugiadas, personas que pierden su estatus de ciudadanía y eligen vivir en una especie de limbo porque no les queda otra alternativa. El cincuenta por ciento de estas personas son mujeres según estadísticas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados ACNUR.
Según Naciones Unidas, en su reporte anual, para finales de 2010 había en el mundo 43,7 millones de personas desplazados aproximadamente; para 2009 eran 43,3 millones, de ellos 15,4 millones dejaron sus países y se dirigieron a naciones vecinas, mientras 27,5 millones fueron desplazadas de sus hogares y 850 mil personas solicitaron asilo. A medida que crecen los conflictos en diferentes países, estos números van en aumento.
Pero no se trata de números solamente, se trata de personas que se ven obligadas a veces a salir de sus países, de su medio, con solo lo puesto, a veces en cuestión de horas; que dejan atrás una vida entera, que cambian de estatus y en algunos casos hasta de nombre, porque se ven obligadas y que llegan a otras latitudes en la búsqueda de un mejor futuro, tanto para ellas como para sus familias.
Valientes
La característica que distingue a las personas que dejan su país y que huyen de situaciones infrahumanas, en diferentes aspectos, no es precisamente la cobardía. Pasar meses en una balsa en medio del océano, en algunos casos, donde la única garantía segura es la muerte; llegar a otro país sin saber si le permitirán entrar y sin tener adonde ir; correr el riesgo de sufrir más vejaciones, es un acto de valentía desde el momento en que se decide salir.
No todas llegan a su destino, no todos logran llegar a una nueva vida. Muchas de estas personas solicitan refugio en los países a los que llegan, mientras se cumple el largo proceso que esto supone, viven entre la incertidumbre y el miedo de que su solicitud no sea aceptada, luego deben hacer acopio de fuerzas para reconstruir la vida que han perdido.
Ellas, como siempre
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR, dentro del universo de personas refugiadas el mundo, el 50 por ciento de las personas desarraigadas son mujeres y niñas.
En su mayoría, estas mujeres no cuentan con la protección de sus gobiernos, de sus hogares ni de sus estructuras familiares en gran medida, es decir, viven en constante situación de vulnerabilidad.
No obstante, deciden enfrentarse a lo que supone la larga jornada al exilio, a la indiferencia de funcionarios gubernamentales y muchas de las veces al abuso sexual aunque hayan llegado a lugar seguro. Aunado a ello, las mujeres refugiadas se encargan del bienestar, la salud y la supervivencia de sus familias. Las mujeres que huyen de sus países deben afrontar con frecuencia diversas preocupaciones, que varían según su contexto.
El peligro que corren no se queda en su país de origen, hay problemas generales que deben afrontar, la salud materna y reproductiva, la discriminación por motivos de género, la violencia sexual y de género son solo parte de la lista de los riesgos a los que se exponen.
Un derecho universal
El derecho a asilo y refugio es un derecho universal establecido por Naciones Unidas en la Convención de Ginebra de 1951 y ratificado en el Protocolo de Nueva York de 1967. Asimismo ambos documentos establecen deberes a ser cumplidos por los refugiados en los países donde son recibidos.
En España, según el último informe de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado CEAR, durante el año 2010 2.738 personas tuvieron acceso al procedimiento de solicitud de asilo, la cifra más baja en 21 años y un 6 por ciento menos que el año anterior, mientras en países como Francia y Alemania la cifra ha ido en aumento, 47.790 y 41.330 personas respectivamente.
La Declaración Internacional de Derechos Humanos establece en su Artículo 14 que “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país”. Asimismo del informe de CEAR se desprende que de las 2.738 personas que solicitaron el derecho en España, este le fue concedido a 620 personas, 371 recibieron “otras formas de protección internacional”; 351 recibieron protección subsidiaria y 20 fueron acogidas por razones humanitarias. Fueron denegadas 1.816 peticiones lo cual representa un 56,6 por ciento por encima del 50 por ciento de denegaciones registradas en 2009.
El 20 de junio fue decretado, hace 10 años, como el Día Mundial del Refugiado, por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR. Un refugiado o refugiada es un ser humano que por razones extremas ha tenido que abandonar su país. Quizá sea el nuevo vecino o la nueva vecina, o cualquiera de las caras que se ven en los vagones del metro. Un refugiado o refugiada es una persona como cualquier otra que nunca imaginó que iba a llegar a serlo y que se merece una segunda oportunidad.
Fotos archivo AmecoPress, cedidas por ACNUR, Urblog. Org y Worldvision.es
-----Pies de Foto: 1) Mujeres desplazadas de Sudán 2) Campos de refugiados 4) Pateras;
---Internacional - Derechos humanos - Mujeres inmigrantes; 20 junio (11)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario