Se debe garantizar a las mujeres mejores condiciones de vida, dicen en conferencia de Malasia
Ángeles Cruz Martínez
Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 31 de mayo de 2013, p. 39
Kuala Lumpur, 30 de mayo.
Los abortos inseguros y los que no se realizan debido a leyes
restrictivas amenazan la vida de las mujeres. Cada año se practican
alrededor de 4.4 millones de interrupciones de embarazos en América
Latina, de las cuales, 98 por ciento carece de condiciones mínimas de
higiene y seguridad. Y hay otros casos, como el de Beatriz, en El Salvador, quien está enferma de lupus y lleva 25 semanas de gestación de un bebé que no tiene cerebro (anencefalia).
El embarazo pone en riesgo la salud y la vida de la joven de 22
años, y aunque el producto no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir,
la Corte Suprema de Justicia de El Salvador le niega la posibilidad de
acceder a un aborto terapéutico.
El tema llegó a esta ciudad, donde se realiza la tercera Conferencia
Global de Women Deliver. Activistas latinoamericanas señalaron que
casos como el de Beatriz dan cuenta de las desigualdades que todavía afectan al sector.
La conferencia concluyó hoy con la determinación de mirar más allá
de 2015 –año fijado por el mundo para revisar el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)–, a fin de mantener la mira
puesta en asegurar a las mujeres las mejores condiciones de vida
posibles.
Ministros de Salud, líderes políticos y organizaciones civiles
también resaltaron la importancia de que la agenda de las naciones
mantenga la atención en la salud sexual y reproductiva y se incorporen
las necesidades de adolescentes y adultos menores de 30 años.
En la última sesión plenaria, Ban Ki-moon, secretario general de la
Organización de Naciones Unidas, dirigió un videomensaje, en el cual
resaltó que faltan menos de mil días para que se cumpla el plazo fijado
para los ODM.
Es momento de acelerar el ritmo, a fin de mejorar el acceso de las mujeres a los métodos de planificación familiar, garantizar servicios de salud de calidad y abatir la mortalidad materna.
Debemos estar seguros de que los derechos sexuales y reproductivos están en el centro. Esto es lo más inteligente y se puede hacer en beneficio del futuro de la humanidad, señaló.
La
lucha del sector femenino por estos temas ya es larga y hay logros,
sobre todo a partir de los acuerdos de la Conferencia Internacional de
Población y Desarrollo de El Cairo (1994).
Sin embargo, Helen Clark, directora del Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), resaltó que la persistente desigualdad es
obstáculo para el progreso de las naciones. Señaló que en el actual
proceso de consultas que realizan expertos para el diseño de la agenda
posterior a 2015, es fundamental que los temas de salud de las mujeres
estén en el centro y que las nuevas metas también incluyan la
eliminación de la violencia en contra de este sector.
A lo largo de los años de lucha de las mujeres se han sumado nuevos
actores, como la princesa Mary, de Dinamarca, quien planteó que los
temas económicos y del cambio climático son relevantes para el
desarrollo global, pero sin la certeza sobre la salud sexual y
reproductiva, están incompletos, y el ejercicio de derechos en esta
materia incluye la interrupción legal del embarazo, apuntó.
La organización civil Ipas presentó en conferencia los resultados de
la investigación realizada entre 2011 y 2013 sobre las leyes que
criminalizan a quienes abortan en Bolivia, Brasil y Argentina. El
estudio concluye que políticas de este tipo violan la autonomía
reproductiva de las mujeres, las ponen en riesgo de ir a prisión y
obliga a los prestadores de servicios de salud a incurrir en prácticas
alejadas de la ética profesional, pues ellos mismos denuncian a sus
pacientes ante las autoridades.
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