Las
autoras son las impulsoras de algunos de los exponentes más
transgresores del feminismo en las redes sociales. Tratan temas como la
gordura, el sexo o la violencia, para tejer redes, dejar rastro, agitar
conciencias, suscitar emociones o inspirar reflexiones
Madrid,
29 may. 13. Pikara Magacine/AmecoPress.- Aunque tenga una relación
estrecha con lo que pasa en la calle, la red se rige por lógicas
propias: en el cibermundo se negocia, se crea, se critica… se mueven
cosas. Diferentes colectivas, plataformas e individualidades con
importante presencia y actividad en la red a las que hemos
entrevistado* dan cuenta de ello. Tienen en común, sin duda, el
feminismo y la lucha en Internet. Pero diferentes elementos las hacen
únicas, las diferencian e incluso las hacen entrar en constructivo
conflicto.
Sus campos de
batalla son la gordura, la sexualidad, la violencia o el humor; sus
objetivos se centran en tejer redes, dejar rastro, agitar conciencias,
suscitar emociones o inspirar reflexiones; la gestión de los acosos
machistas de las que la mayoría son objeto también varía entre ellas:
desde el caso omiso hasta el enfrentamiento “cuerpo a cuerpo” pasando
por un montón de maneras intermedias; el modo en el que entienden la
red o el uso estratégico de los instrumentos disponibles las
diferencian.
Asimismo,
encontramos páginas y blogs gestionados por una sola persona, por un
grupo de amigas, por una agrupación surgida en la red y compuesta por
personas residentes en diferentes puntos geográficos, o por colectivos
existentes previamente a su llegada al ciberespacio.
Lo que mueve, remueve y conmueve a las activistas feministas en Internet
En
cuanto a las temáticas, motivaciones y objetivos que mueven a las
feministas a organizarse y moverse en el mundo virtual, encontramos que
la página Gorda Zine en facebook y en tumblr -que Laura, su creadora y
administradora, define como “feminista, femmeinista, queer,
autogestionado, punk, dark, post-estructuralista, gordx y sudaka”-
aunque no destaca por su número de seguidorxs, es de una importancia
notable al visibilizar cuestiones no tan trabajadas en el mundo
hispanohablante. El llamado “fat activism”, la normalidad corporal como
eje de ordenación social y las reivindicaciones de las gordas son sus
leitmotivs.
Laura,
quien nos cuenta que su proyecto surgió “como una inquietud personal
que necesitaba desesperadamente espacio entre tanto activismo
comprometido que a veces descuida los cuerpos reales”, dirige su
proyecto, con sede física en Buenos Aires, a “compartir experiencias y
saberes y armar red con otrxs”.
Esta
inquietud personal también fue la que movió a Alicia Murillo y Filósofa
Frívola, dos activistas independientes con importante actividad en la
red. Alicia, artista multidisciplinar y activista feminista de Sevilla,
comenzó su blog hace 6 años pero nos cuenta que “sólo en los últimos 4
está dedicado de verdad al activismo”, un blog de “expresión de la
experiencia personal donde el feminismo tiene una gran cabida”. Hoy en
día, sobre todo a raíz de su proyecto ‘El cazador cazado’, tiene un
gran número de seguidorxs y detractorxs que han hecho que a pocas
feministas se les haya pasado por alto esta creativa estrategia de
respuesta al acoso callejero.
Filósofa
Frívola es Lucía Muñoz, madrileña “licenciada en filosofía que trabaja
en el mundillo de la indumentaria, escribe y lucha contra el machismo
en internerrrr” quien, con mucho humor, pone en jaque al patriarcado
con diferentes herramientas: facebook, blog y, sobre todo, twitter,
donde cuenta con casi 6500 seguidorxs y alrededor de 50000 tweets. “Mi
blog solía ser un blog de moda y chorradinas. Luego empecé a volcar
inquietudes políticas porque me lo pedía el cuerpo y al final se ha
convertido en una amalgama extraña de cosas, porque luego me volví
super feminazi y también puse la bitácora al servicio de esta noble
causa”, declara.
La
finalidad personal fue con el tiempo, asimismo, identificada con lo
político: “Fue creado para satisfacer mi ego, pero ahora soy consciente
de la responsabilidad que conlleva tener un proyecto ciberfeminista.
Como Spiderman. Hay gente que me escribe mails con consultas, o
agradeciéndome que les haya abierto los ojos. Un gran poder”.
Las
carencias identificadas en la red también son motivaciones de muchas
activistas para generar espacios feministas on line. Por ejemplo,
Irene, única administradora de Feministas Ácidas, página archiconocida
en facebook, con más de 33000 fans, nos cuenta: “Decidí dar el salto a
fb cuando descubrí el buenismo que había en esta red: los colectivos
feministas dedicados a fb que seguía eran todos del palo ‘las
feministas no somos hembristas, ni peludas, ni lesbianas…’ Me pareció
una mierda y pensé en subir el contenido que a mí me gustaría ver,
bruto y crudo”.
Irene,
activista madrileña que junto con algunas amigas acaba de montar la
completa web del proyecto, pretende “remover, suscitar emociones,
ascos, risas, y preocupaciones”; pero, además, “se ha ido creando una
red de mujeres que nos mantenemos en contacto y compartimos mucho, a
través de la página o la forma privada”.
De
igual manera, Memes Feministas, un proyecto de humor feminista en la
web, surge porque “estábamos hartas del humor sexista que circulaba por
la red, especialmente a través de los memes. Pensamos que se trataba de
una herramienta que podíamos utilizar con fines subversivos, así que
tres amigas, dos residentes en Málaga y una en Barcelona, nos pusimos a
darle al memegenerator como locas”. Los memes, con más de 7000 ‘me
gusta’ en facebook con tan solo 3 meses de vida, son todo un éxito y
dan cuenta de la necesidad de la risa, la parodia y la ironía para
articular nuestras luchas que, según ‘las memeras’, además, “a veces
están teñidas de un carácter seriote que no nos gusta nada, o al menos
no en todos los casos. ¡Llevemos a la práctica aquello de “si no se
puede bailar esta no es mi revolución”! ¡Partámonos la caja mientras
dinamitamos el patriarcado!”.
En
la misma línea, Pólvora y Señorita, de Granada, y Srta. Vinagreta, de
Cantabria, nos cuentan que el proyecto Coño armado, coño liberado
“comienza a gestarse en una noche de sororidad y cervezas. Nos
preguntábamos sobre la cantidad de páginas que había sobre feminismo en
la red, pero la falta o al menos nosotras desconocíamos la existencia,
de páginas que generaran genealogía y pensamiento femenino. Algo que
según nuestro punto de vista, es básico y esencial”.
También
las dos creadoras de Norma Jean Magazine, definida por alguien como
“esa revista que dice que es de chicas y parece que no aunque luego sí”
decidieron crear la revista hace 2 años desde Zaragoza y Barcelona
respectivamente porque “no conocíamos ninguna publicación en castellano
que combinara temas de género con otros así más frívolos. Nosotras
queríamos un espacio que tratara temas serios pero también los mismos
asuntos que te puedes encontrar en cualquier publicación para mujeres
mainstream, pero desde un punto de vista más crítico y diferente al que
estamos acostumbradas”.
La
pedagogía y la difusión de ideas feministas se entremezclan con las
motivaciones ya nombradas para accionar en el ciberespacio. La página
Clítoris rebeldes e insumisos, administrada por 5 chicxs de México,
Venezuela y Argentina, que se definen como “un grupo de personas con
diferentes perspectivas acerca del feminismo”, fue creada con la
intención de “dar a conocer ideas feministas” y con el propósito de
“abrir mentes”.
Del
mismo modo, Bicharraca, página de camisetas y pegatinas con diseños
“que nunca te pondrías para una cena con tus suegros” gestionada por
Bicharraca y Mejillón Suicida, se dedica a “hacer difusión del
proyecto, generar debate, compartir experiencias y hacer pedagogía con
nuestros diseños, fotos, post”. Estxs dos activistas, tuiterxs
incansables “de la periferia, del gueto”, se definen como “femiputas,
transfeministas, desobedientes, estamos hasta el coño del patriarcado y
hartas de ser precarias” y, aunque llevan ya unos años dando la lata en
internet, decidieron crear la página de facebook, el tumblr y la web
tras juntarse a hacer una tirada de camisetas.
Féminas
Festivas, “colectiva de saberes feministas desde miradas invertidas” o
“una red de parceras sin jerarquía, sin límites espaciales”, según nos
cuentan dos de sus componentes, está ubicada físicamente en Cali,
Colombia, pero tienen una de sus muchas casas en el Internet:
“[Pensábamos que] el material que nació de nosotras debía tener su
propio hogar y pues creo que ahí intervino el mundo cyborg con todas
sus herramientas y avenidas”. A través de su página, pretenden
“difundir, comunicar, invitar, convocar, hacer memoria, dejar rastros,
agitar”.
Nuevos modelos de organización y activismo
La
gestión de los espacios en el mundo virtual, la toma de decisiones, la
elección de contenidos, o la apertura o no a la colaboración externa
son aspectos clave que requieren un análisis específico para entender
qué y cómo se cuece en la red. Aunque no pretendemos aquí hacer una
lectura pormenorizada, sí apuntamos algunos elementos que nos permitan
comprender estos nuevos y no tan nuevos activismos.
Evidentemente,
las páginas y blogs personales como los de Filósofa o Alicia son
gestionados por ellas mismas y se expresan cuando y como les viene en
gana. Sin embargo, páginas más globales cuya gestión permanece en el
anonimato son también obras de una sola persona, y cada una de ellas se
vuelve bajo su nombre u otra rúbrica, un medio de comunicación y
activismo en sí mismo. Ése es el caso de Feministas Ácidas, Gorda Zine,
The Feminazi Crew is coming for you o No puedo ser la mujer de tu vida
porque lo soy de la mía, página que tiene cerca de 88000 seguidorxs
pero cuya autora nos cuenta que la gente le da al ‘me gusta’ por el
título, no profundiza más, siendo este uno de los peligros de la red.
También
es interesante ver cómo otros están gestionados por un grupo
relativamente pequeño de amigas que no necesitan pasar por asambleas,
ni físicas ni virtuales para publicar: “La página funciona de manera
autónoma [porque] con el tiempo de conocernos las afinidades hacen su
propio trabajo”, nos cuenta Marciana, de Féminas Festivas.
Nos
llaman especialmente la atención las experiencias que han brotado en el
propio ciberespacio de manera espontánea, proyectos generados y
desarrollados por personas que ni siquiera residen en los mismos
lugares físicos. Es el caso de Memes Feministas, un grupo de amigas que
“nos conocíamos por facebook, por sugerencia de un amigo. Nos habíamos
visto en persona sólo un par de veces, pero ya habíamos detectado
afinidad política y habíamos hecho manada en la red. Cuando empezó lo
de los memes como un juego por parte de una de nosotras, de Málaga,
otra compa de Barcelona se puso a hacer y así, por chat, decidimos
crear la página y gestionarla entre todas”.
Como
Bicharraca, las decisiones se basan en la confianza en las otras
gestoras y, cuando hay dudas, un chat, una viodeoconferencia o, como
mucho, una llamada telefónica facilita el diálogo.
¿Pero
cómo se relacionan estos lugares virtuales con la calle? Según Alicia
Murillo, al comentar la violencia que se sufre en internet, nos dice
que ésta “no es más que un reflejo de la vida de ‘carne y hueso’ y por
tanto el machismo se ve reflejado en las agresiones, en el lenguaje, en
la repartición de espacios, en la actitudes…”. Con respecto al propio
activismo on line, Feministas Ácidas, por su parte, aclara que “jamás
puede ser un sustituto del activismo callejero. Pero es necesario
gritar y reivindicar en las herramientas de comunicación del amo”.
En
relación a la vida off line de las feministas entrevistadas, la gran
mayoría cuenta con espacios físicos, colectivas y/o redes con las que
se hacen visibles, agitan y transforman. Por ejemplo, muchas de las
Féminas Festivas participaron o participan en la Escuela Política de
Mujeres de Cali o en el Cineclub feminista Cinematria, además de en el
propio colectivo, desde el que realizan vídeos, radionovelas
feministas, teatro experimental, etc. Irene, de Feministas Ácidas,
participa en colectivos y asambleas feministas que abarcan desde el 15M
hasta centros sociales okupados. Bicharraca participó en experiencias
como la plataforma de acción directa Sangre Menstrual. Las componentes
de Memes Feministas hacen desde radio hasta agitación feminista por
medio de Feministes Indignades o Feministas en Movimiento.
Potencialidades y limitaciones del trabajo y presencia en red
Aunque
no todo el mundo tiene a su pleno alcance las redes, Filósofa Frívola o
las Norma Jean nos transmiten bastante emoción al pensar que ellas son
“capaces de llegar a gente a la que de otro modo no llegarías” y casi
todos los proyectos consultados coinciden, como Bicharraca, en la
importancia de la visibilización como “primer paso para el cambio […]
para que dejen de matar, violar, pegar, insultar, acosar, excluir y
despreciar a las mujeres, lxs transmaricabollxs, etc”.
Los
espacios virtuales facilitan muchísimo el conectarse, componerse y
tejer redes y afinidades, con individuxs que se encuentran a cientos y
miles de kilómetros de distancia con sólo un clic. Para las Féminas
Festivas entraña un potente valor el “intercambiar miradas y materiales
que alimenten las diferentes coordenadas de este mundo
real-ciborg-estelar”. Por su lado, Alicia Murillo, piensa que Internet
“es un espacio inseguro para las mujeres y solo nosotras podemos
cambiar esa realidad”, así que hay que estar ahí, “al pie del cañón,
reapropiándonos de las herramientas del amo y creando otras nuevas,
estando en todos los frentes para lograr lo que queremos, ¡el fin del
heteropatriarcado!”, como nos cuentan las Memes Feministas.
¿Pero
es la red un paraíso? No todo son ventajas a la hora de trabajar en
comunidades virtuales, es evidente que la red tiene aspectos negativos,
que algunas experiencias, acciones o activismos virtuales pueden
convertirse en un problema que incluso llegue a afectar a nuestra vida
personal, y es que la represión también está presente en la red.
Las
limitaciones son otro aspecto negativo del ciberactivismo feminista.
Como nos recuerdan desde de Gorda Zine, “no todo el mundo tiene acceso”
a estos canales de difusión, lo que supone un handicap a la hora de
valorar el alcance del trabajo en red. Además, algunas ciberactivistas
expresan nostalgia y critican la carencia de las posibilidades de los
espacios tradicionales de lucha y enunciación, el cara a cara, la
comunicación oral o incluso el papel. En palabras de Bicharraca y
Mejillón suicida, “no sabemos expresarnos emocionalmente, o más bien es
imposible, solo vemos letras en una pantalla, no hay lenguaje gestual,
no escuchamos el tono de la voz al otro lado, el olor, el tacto” o,
como dice Filósofa, “el énfasis y la emoción que puedes poner al
transmitir algo con gestos y de viva voz se pierden en la red de redes.
Y que servidora gana mucho en el face to face”.
Otras
compañeras, como las de Feminismo Tocapelotas, coinciden en advertir
que si bien la difusión vía internet y el activismo en red es en estos
momentos de efervescencia de movimientos sociales, convocatorias y
estallidos diversos vía internet, como ocurrió con las revueltas árabes
o con el propio 15M, es un arma crucial, el activismo callejero no debe
perderse, porque puede ocurrir que la saturación de información influya
a la hora de “enfrentar los problemas y las luchas en la calle” con la
misma intensidad con la que cierta parte del público lo hace mediante
el uso de las herramientas 2.0.
Otro
de las limitaciones identificadas es la censura a la hora compartir
contenido considerado pornográfico (torsos desnudos de mujeres, por
ejemplo) por redes como Facebook o la arbitrariedad de los contenidos
denunciables. De este modo, la censura por denuncias de algunas
imágenes tildadas de violentas o cuyo contenido incita al odio las han
sufrido algunas compañeras, entre las cuales las Memes Feministas con
sus famosos y polémicos “ZAS!”.
Más
allá de todo ello, las propias políticas de privacidad a las que nos
enfrentamos, la falta de transparencia informativa en los contratos de
registro, el tráfico de datos personales de lxs usuarixs y el control
que ejercen, en ocasiones, sobre nuestra propia intimidad, son
elementos que nos generan reparos a la hora de usar estas
multinacionales de las comunicaciones. Frente a ello, y sin obviar la
necesaria crítica sin concesiones, Irene, de Feministas Ácidas propone
la necesidad y legitimidad de reapropiación de “las herramientas de
comunicación del amo” como estrategia para la para la reivindicación y
la insumisión: “No me puedo ir a quejar a mi rinconcito seguro de N-1,
en el que la mayoría estará de acuerdo”. Igualmente, lxs activistas
consultadxs no dudan en manifestar la necesidad de generar servidores
propios, redes y otros instrumentos de seguridad feminista que
posibiliten una vida tranquila -y revuelta- en manada.
Acoso cibernético: alimentar o no alimentar al troll
La
inmensa mayoría de las comunidades y grupos entrevistados han recibido
la visita de los indeseables trolls machistas; decimos indeseables por
lo cansino de la dinámica, pero reconociendo que cuando la página que
administras recibe tu primera incursión machirula, una especie de halo
de satisfacción nos suele recorrer el cuerpo a algunas, aunque nos dure
una milésima de segundo. Nos damos cuenta de que precisamente cuando
aparecen y denuncian, cuando rascan, significa que el feminismo les
pica, se sienten interpelados y cuestionados, lo cual, de una manera u
otra, quiere decir que lo estamos haciendo bien.
Como
afirma Bicharraca, “es llamativo cómo cuanto más visibles hacemos el
feminismo, más trolls aparecen, más se revuelve la caverna machista”.
Muchas compañeras como Alicia Murillo, que el año pasado se enfrentó a
una agresiva campaña de acoso machista por las redes (mensajes,
difamaciones, montajes, insultos, denuncias, censura, amenazas
personales…) expresan, no siempre con ironía, agradecimiento por la
labor de su séquito de machirulos difundiendo su labor y su nombre, lo
que ha contribuido en el caso de Alicia de manera decisiva a la
proyección de su trabajo: “Tengo un potentísimo club de machitrols, uno
de los más potentes de España. Puedo presumir de ello. Siempre son
anónimos, son muy cobardes, nos tienen miedo [...] Me han ayudado mucho
con la difusión de El Cazador Cazado”.
Como
ocurriera con el caso de Alicia, algunas de las páginas con las que
hemos charlado se muestran contrarias al famoso lema cibernético “Don’t
feed de troll”, sobre todo cuando de ataques organizados desde una
plataforma machista concreta como Meristation, Forocoches o Ministerio
del Equilibrio se está tratando. Mejillón Suicida lo llama, como se ha
popularizado en estos últimos meses “llamar a la manada y hacer una
escabechina”, lo que consiste básicamente en responder al trolleo
machista con trolleo antipatriarcal en grupo y repeler el ataque
cibernético, en muchas ocasiones, con bastante éxito, y en otras,
optando por el bloqueo al machirulo.
Y
es que la política es clara: “mi cuerpo, mis reglas, mi casa, mis
reglas”, como nos dice Laura de Gorda Zine, o “tu libertad de expresión
termina donde empieza mi cansancio de escuchar pelotudeces”, como reza
uno de los Memes
Feministas.
¿Y ahora qué?
En
la mayoría de los casos nos hemos encontrado con la sorpresa que
suscita, fruto del alcance de las redes, la rápida acogida que muchos
proyectos han tenido por parte del público virtual, normalmente
sobrepasando la intención primera de sus creadorxs, como ocurre en el
caso de la página No puedo Ser La Mujer De Tu Vida Porque Soy La Mujer
De La Mía o la más reciente experiencia de Memes Feministas, que en 48
horas de vida contaban con un total de 400 seguidorxs que no dejaban de
enviar ideas, propuestas, memes, mensajes de apoyo o de compartir el
contenido que fluía por las redes con trepidante velocidad.
Alicia
Murillo nos habla de la buena aceptación que su proyecto tiene en
países latinoamericanos y en la motivación que supone este hecho para
querer exportar sus talleres a otros espacios geográficos, tal y como
ocurre con el Gorda Zine, que desde Argentina pretende salirse de los
espacios poco convencionales en red y volver al papel y a la voz, la
charla y el encuentro para difundir la información por canales
tradicionales, por ejemplo, en nuestros países.
Feministas
Ácidas cada vez resuena con más fuerza a través de su potente página
web en la que se hace posible expandir el proyecto y dar voz y
visibilidad a todas las experiencias que aglutinan, y Norma Jean
Magazine organiza, ilusionada, una gran fiesta de lectorxs, seguidorxs
y colaboradoras donde ponerse cara, tocarse y olerse en vivo y en
directo.
Se avecinan
tiempos muy buenos para el feminismo en general, y puede que el
activismo en red tenga sus contras, pero parece que las ventajas de
alcance, colaboración, participación colectiva y conexión transcultural
e internacional que nos ofrece Internet no hacen sino fortalecer la
lucha feminista. La sororidad cibernética es más intensa que nunca. Y
que siga así todo el tiempo posible es nuestro deseo. Nos vemos en las
calles… ¡y en las redes!
* Otros
proyectos a los que, por diversas circunstancias no hemos podido
entrevistar pero creemos que tienen que ser visibles aquí son: Revista
Vozal, Lobas Furiosas, The anarcho-feminist.
Nota: Este
texto surge de la necesidad de las autoras de completar el artículo ‘El
feminismo que se cuece en la red’, de Andrea Momoitio, publicado en
Pikara Magazine a principios de abril de 2013. Nuestro artículo, como
no podría ser de otra manera, es una selección interesada, parcial y no
exhaustiva de otros feminismos que se cuecen en la red, así que
agradecemos que se complete o cuestione en los comentarios.
Fotos: Pikara Magazine
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