Escrito por Ricardo Baruch
Hoy se conmemora el Día Internacional
de Acción por la Salud de las Mujeres, día para recordar que hay muchos
pendientes para lograr que el derecho a la salud se ejerza
adecuadamente, particularmente entre las adolescentes y jóvenes.
En pleno 2013, sólo la mitad de las
mujeres de los países de ingresos medios y bajos atienden sus partos
en instalaciones profesionales de salud, de acuerdo a una reciente investigación del Instituto Guttmacher. Por otro lado, una de cada tres mujeres en América Latina no puede acceder a métodos anticonceptivos aunque quieran.
En México
la situación también es complicada: durante los sexenios panistas los
programas de planificación familiar vieron reducidos sus presupuestos y
sus alcances; el gobierno de Felipe Calderón atacó abiertamente la
reforma que despenalizó el aborto en la Ciudad de México; la atención a
la salud mental de las mujeres víctimas de violencia ha sido un tema
despreciado por instituciones en los diferentes niveles de gobierno; la
prevención del cáncer de mama y cérvico-uterino ha sido de los pocos
programas al que se le ha dado gran relevancia.
Sin embargo, hay quien ve con optimismo
que la Dra. Mercedes Juan esté al frente de la Secretaría de Salud para
avanzar en la agenda de las mujeres. Con experiencia en algunas de las
instituciones de salud pública más importantes del país y, siendo la
primera mujer en ocupar el cargo, se ve con buenos ojos que haya tomado
una posición fuerte respecto a la necesidad de mejorar el acceso y la
calidad de los servicios que se otorgan en México.
Sin duda el tema más urgente es el de
la despenalización de la interrupción del embarazo, particularmente por
razones de salud. Hay que recordar que en 19 estados se modificaron las
leyes o las constituciones locales para establecer que el aborto se
prohibe bajo cualquier circunstancia, incluso cuando la salud o la vida
de la madre están en peligro. En los últimos 3 años se ha hablado muy
poco al respecto pero con un nuevo gobierno federal y varios gobiernos
estatales recientes, es imperativo que se vuelva a discutir la
interrupción del embarazo como un asunto de salud pública, pero también
como un asunto de derechos humanos.
No hay que olvidar que la salud de las
mujeres no es lo mismo que la salud materna. Los sistemas de atención
tienden a privilegiar la atención de las mujeres cuando están
embarazadas o cuando tienen hijos pequeños, pero el trato debería ser
siempre el mismo sin importar si son o no mamás, e incluso si son
lesbianas o mujeres trans.
Este Día por la Salud de las Mujeres no
puede quedarse en los temas “sencillos”. Hay que desenterrar
discusiones incómodas, como el por qué la educación sexual para las
niñas es de tan mala calidad, por qué las adolescentes no pueden
acceder a condones femeninos que las protejan de infecciones de
transmisión sexual, por qué las jóvenes no pueden tener un aborto ni
aun cuando llevar a término el embarazo represente un riesgo para
ellas, e inclusive, por qué las lesbianas no pueden afiliar a sus
cónyuges del mismo sexo al IMSS o al ISSSTE.
Este es un momento clave del sexenio
con la creación del Plan Nacional de Desarrollo y el de Salud. Ya es
hora de que se haga justicia a las mujeres en materia de salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario