En
un arrebato de circunstancia deportiva, uno de los hombres más
poderosos del país llevó su emotividad al extremo descuadrado de
quitarse la camisa, hincarse frente a una parte de la tribuna ocupada
por los seguidores de su equipo, el América, y hacer reverencias con
ambos brazos en alto llevados luego en señal de sumisión hacia el
césped del estadio Azteca (para ilustrar el caso, http://bit.ly/173dCzT,
aunque esas y otras escenas fueron difundidas ampliamente en su momento
por los propios canales de Televisa que transmitieron el partido).
Aun cuando fue más grotesca la celebración del director técnico de la escuadra (Miguel Herrera, apodado El piojo,
gesticulando y moviéndose como si hubiera ganado un torneo
intergaláctico del que dependiera la sobrevivencia de la especie
humana: http://bit.ly/1115c3H )
que de manera muy meritoria ganó uno de los campeonatos anuales de la
controlada, mercantilizada y mediana liga mexicana de balompié
profesional, los excesos de Emilio Azcárraga Jean tuvieron mayores
resonancia y crítica en función del destacado papel que juega en la
conformación del poder político nacional, como promotor y defensor que
ha sido del peñismo en campaña y ya en el gobierno, desde las pantallas
que controla; como parte de una elite que se especializa en dar
espectáculos de juniorismo excesivo y prepotente y como beneficiario
ofensivo de privilegios y ganancias que lesionan el interés colectivo.
Azcárraga no supo moderar su explicable júbilo deportivo e incluso llegó a tomar una de las frases del americanismo,
ódiame más, con las que se pretende confrontar con aires de altivez a quienes repelen al equipo de Televisa por sus pretensiones de supremacía fundada sobre todo en el desmesurado gasto para la compra de jugadores y en el manejo tendencioso de los micrófonos y pantallas de sus diversos canales de comunicación para favorecer los intereses de casa. “Esto es el ‘ódiame más’, y espero que mañana nos odien un poquito más”, dijo el multimillonario mexicano en un tramo de su accidentado festejo dominical.
No odio, sino justicia, y no el descamisar, pero sí el
transparentar, es lo que se necesita en referencia a la empresa que
entre sus logros recientes ha tenido el de la condonación de pago de
impuestos hasta por 3 mil millones de pesos, en una maniobra con
fundamento legal que ha servido para escamotear a la administración
pública fondos que ésta podría haber utilizado en obras y servicios que
por su ausencia son denunciados por la
justicieratelevisora que luego extrae otros dineros públicos de los gobiernos federal y estatales para tareas filantrópicas como el famoso Teletón.
Astillas
Miguel Ángel Mancera y Rosario Robles se han metido en
un denotativo duelo de vanidades. La secretaria de desarrollo electoral
de la administración peñista no asistió recientemente a una reunión con
cuatro delegados porque a ella no acudiría el jefe del Gobierno
capitalino, aunque oficialmente la ex perredista dijo haber avisado con
tiempo de su ausencia. Ayer, para avivar el punto, Mancera justificó no
haber estado en la sesión de la discordia, que finalmente se canceló,
porque había enviado en su lugar a un funcionario
del mismo nivelque Robles. El fondo del asunto está en lo electoral: Mancera no desea abrir las puertas a lo que llaman el Caballo de Troya (con despensas) del asistencialismo rosarista sino manejar a través de su estructura, o bajo supervisión de ella, el reparto de bienes que genera agradecimiento clientelar a la hora de las urnas. Ayer mismo, por ejemplo, el GDF anunció su plan de atención alimentaria... La venganza del segundo salinismo en el poder va directa contra Ernesto Zedillo, el forzado sucesor de Luis Donaldo Colosio que llegado a Los Pinos se sacudió a quien aspiraba al maximato y lo mantuvo en una suerte de exilio, con el hermano Raúl como rehén. Ayer, un tribunal estadunidense rechazó la pretensión calderonista de que a Zedillo se le otorgara inmunidad ante la demanda presentada allá por el caso de los asesinatos de Acteal (asunto que salpica al actual secretario de Educación, Emilio Chuayffet, aunque éste goza actualmente de protección sexenal)... Que dice el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, puede contar con la más completa seguridad de que se le ayudará en la búsqueda y detención del priísta Andrés Granier, a quien se ha citado a declarar como indiciado en el ámbito estatal, luego del descubrimiento de fajos de billetes en una finca tropical... Cambios de temperatura: Gustavo Madero y Jesús Zambrano van mudando de ropaje conforme el termómetro político se mueve. De las cálidas cercanías con el PRI (que seguirá siendo el clima rector) están pasando a las apariencias distantes, dejando por allí el piyama y montándose prendas de presunta pelea. El panista ya tuvo sesión de ensayos bélicos a la hora de presentar una propuesta de reformas electorales, cuando criticó excesos priístas en varios estados de la República, contando con las réplicas adecuadas de César Camacho y Miguel Ángel Osorio Chong, para dar visos de credibilidad a la escena. Ahora ha tocado el turno a Zambrano, quien advierte que podría
congelarla participación del sol azteca en el Pacto por México si no se cumplen algunas promesas de que el tigre asistencialista-electoral de tres colores se volvería vegetariano y haría meditación antes de las elecciones en 14 entidades del país... Y, mientras el sistema nacional de alertas, que propuso ayer Enrique Peña Nieto al instalar un consejo de protección civil, incluye las de tipo social, ante tantos focos rojos en el país (hasta golpes en el aeropuerto, por enojos contra la casi siempre impuntual y desatenta VivaAerobús: bit.ly/1aveSsJ), ¡hasta mañana, con el apagón analógico provocando protestas en Tijuana, donde hubo quienes se manifestaron irritados porque amanecieron sin servicio televisivo!
La
gente que vive en los lomeríos de Tijuana pudo ver ayer sus telenovelas
sin dificultad, a pesar del apagón. En su gran mayoría ya habían
recibido sus cajitas decodificadoras. Fue el gran cambio tecnológico
que tanto polvo levantó en los últimos tiempos. La Cofetel se fue por
el camino fácil al escoger a Tijuana. Hay 430 mil hogares y calculó que
menos de la mitad necesitarían un decodificador. Es un mercado
segmentado. Muchos usuarios prefieren los canales de televisión (en
español e inglés) de la vecina ciudad de San Diego. Otros son clientes
de cable o de satélite. Así que había pocas posibilidades de dejar a
oscuras a la clientela de la televisión gratuita. En noviembre de 2012,
Cofetel había anunciado que eligió a la empresa Teletec México para que
realizara los servicios de entrega e instalación de los aparatos. El
pasado fin de semana, según la comisión, había cumplido con 98 por
ciento de la meta. El contrato adjudicado a Teletec fue por 309
millones de pesos. Un precio muy alto, pero ya sabemos cómo se las
gasta con el gasto Mony de Swaan. Una de las lecciones de Tijuana es
que no se necesitarán los servicios de entrega a domicilio de los
equipos cuando las siguientes ciudades sean digitalizadas; una campaña
de medios bien dirigida a los usuarios, invitándolos a que ellos mismos
pasen a recogerlos, daría el mismo resultado.
La productividad
Es una paradoja que al mismo tiempo que el presidente
Peña Nieto convoca a los mexicanos –gobierno, empresas, trabajadores,
universidades– a ser más productivos, la clase política, o al menos el
atomizado PAN, convoque a pactar una nueva reforma política-electoral.
Un caso clarísimo de improductividad. Ya son varias, han resultado
incompletas, ¡y lo que han costado! Según Peña Nieto, ‘‘ser más
productivo no significa trabajar más, significa trabajar mejor’’. Y
‘‘un trabajador más productivo no necesariamente es el que trabaja más
horas. Es el que obtiene mejores resultados y, en consecuencia, va a
ganar más por su trabajo’’. La realidad es otra. Los mexicanos son los
ciudadanos de la zona OCDE, que agrupa a 34 de las principales
economías, que más horas trabajan al año en promedio: más de 2 mil 200,
casi 500 horas más que el resto. Y ganan menos, mucho menos, que un
francés, un alemán o un italiano. Pero volviendo al tema de una nueva
reforma política, una que sería bien vista por los ciudadanos tendría
que incluir la desaparición de los diputados plurinominales, la
disminución de los subsidios a los partidos políticos y bajar el
presupuesto del IFE.
Red de lavado de dinero
Liberty Reserve, un servicio de Internet para transferir
fondos prácticamente a cualquier lugar del mundo, está siendo
investigado por lavado de dinero. Las autoridades de Estados Unidos
sospechan que oculta tras su fachada a una red de criminales que
trafican con todo, desde tarjetas de identidad hasta pornografía
infantil. Calculan que en los últimos siete años lavó 6 mil millones de
dólares alrededor del mundo. Las autoridades de 17 países han lanzado
la mayor persecución de la historia para descubrir y detener a todos
los eslabones de la red. Ya apresaron a uno de los fundadores, Vladimir
Kats, en Brooklyn. En España fueron arrestados Arthur Budovsky, también
fundador, y Azzeddine El Amine, uno de jefes. Allan Esteban Hidalgo
Jiménez y Ahmed Yassine Abdelghani, encargados de las operaciones
diarias, son buscados en Costa Rica. De acuerdo con información
colectada de páginas web archivadas de Liberty Reserve, la compañía
tuvo relaciones con al menos 35 empresas, algunas de las cuales utilizó
para hacer las transferencias: PayPal, Western Union, MoneyGram, Visa,
Mastercard, American Express y CitiBank Global Money Transfer. En
México tienen a un representante, Mi-billetera.com. Le pregunté en
Twitter sobre su relación con Liberty y el estatus con que operan en
nuestro país.
Hola @galvanochoa. Éramos exchangers de Liberty Reserve, al igual que somos exchangers de #Perfectmoney #egopay y merchants #uKash
Hola @galvanochoa: estamos legalmente constituidos en México, lo invitamos a verificar nuestro registro, ya que es documento público.
Le pregunté si tiene registro de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y no recibí respuesta.
El mensaje presidencial fue más claro que el agua:
trabajen ahora, cobren después. Los destinatarios fueron los mexicanos de a pie, quienes a duras penas sobreviven luego de tres décadas al hilo de un modelo económico, amén de fallido, salvaje, excluyente y voraz, cuyo logro más notorio tiene dos caras: fortunas de ensueño para los menos, pobreza para los más.
Sin embargo, para el inquilino de Los Pinos el responsable de tan
aterradora situación no es el modelo económico, sino la falta de
productividad en el país. Lo resumió así:
si en los últimos años los índices de productividad hubiesen sido similares a los que ha tenido Corea, nuestro producto interno bruto sería cuatro veces mayor al que hoy tenemos. Y el número, y éste es el dato más importante, el número de mexicanos en pobreza sería 86 por ciento menor. Este es un dato para tenerlo ahí, para encontrar en ello respuesta de por qué no hemos logrado, no obstante, tener una condición macroeconómica sólida. El que estemos teniendo crecimiento, pero no a tasas mayores, por qué no hemos logrado revertir de manera real y no sólo con paliativos, la pobreza de nuestro país. La respuesta es muy simple. Porque no hemos sido suficientemente productivos, porque esta variable, la forma de medir la productividad en los últimos 30 años, ha decrecido.
He allí la razón, a los ojos del inquilino de Los Pinos. Fuera de su
registro quedó el hecho de que la sistemática reducción de los niveles
salariales ha sido, a lo largo de esas tres décadas fallidas, la
política más notoria del gobierno federal y de la clase empresarial
para lograr, el primero, reducir a un dígito el índice inflacionario y,
la segunda, para bajar los costos de producción, aumentar la
competitividadde sus negocios y hacer crecer sus fortunas como la espuma. Así, la tan presumida
solidezmacroeconómica no es resultado más que del permanente deterioro del ingreso de los mexicanos, de sus derechos constitucionales y, por ende, de su bienestar.
Dejó a un lado, también, el hecho de que las empresas han
institucionalizado la contratación de mano de obra cada vez más barata
(allí está el vertiginoso crecimiento del outsourcing, a la
vista de la autoridad laboral), algo facilitado por la existencia de un
nutrido cuan creciente ejército de desocupados, subocupados e
informales, a los que –creen ellas– se les puede ofrecer migajas como
ingreso, sin prestación alguna. No es gratuito que más de 65 por ciento
de los mexicanos ocupados (31.5 millones de personas) obtenga un
ingreso máximo de tres salarios mínimos, aunque el grueso va de cero a
dos mini salarios.
No ha sucedido lo mismo en el caso de las ganancias del capital
(depende del sapo, la pedrada). Diez mega empresarios concentran algo
así como 15 por ciento del producto interno bruto; de esa proporción,
la mitad corresponde sólo a uno de ellos, y en los últimos 30
improductivos años (versión oficial) sus respectivas fortunas han
crecido vertiginosamente, al punto que nadie –cuando menos en América
Latina– los alcanza.
Como ayuda de memoria vale mencionar que en 1980 (en vísperas de la
imposición del nuevo modelo económico y cuando la economía creció a una
tasa de 9.23 por ciento) la participación de los salarios en el
producto interno bruto representó 36.04 por ciento del total, mientras
la tajada para el capital fue cercana a 47.7 por ciento. Tres décadas
después (2011, con información del Inegi), con una productividad
decreciente y una tasa promedio anual de crecimiento económico de 2 por
ciento, dicha relación fue de 27.6 y 62.4 por ciento, respectivamente.
Es decir, la participación de los salarios se desplomó casi 24 por
ciento, mientras el capital prácticamente se quedó con el pastel, pues
su rebanada creció 73 por ciento. Y la productividad –de acuerdo con la
versión oficial– fue de más a menos en el mismo periodo.
El presidente Peña Nieto dijo que
después de una expansión considerable que México tuviera en los años 50, entre 1950 y 1980, la productividad desde entonces ha venido cayendo en las últimas tres décadas. Y, con ello, la posibilidad de elevar la calidad de vida de las familias mexicanas. Bien, pero se supone que paralelamente debió descender la calidad de vida de empresarios y empresas, algo que ni de lejos sucedió entre los integrantes del círculo dorado.
Así, para el inquilino de Los Pinos, “la fórmula es muy sencilla: a
mayor productividad mayor prosperidad, y esto aplica para un individuo,
para una empresa o para toda una nación. Con más productividad, yo
estoy seguro que vamos a mover, pero lo más importante, estaremos
transformando a México y, a partir de ahí, estaremos transformando la
realidad en la que viven millones de familias mexicanas para ser más
prósperas, para tener mejores ingresos y para lograr que su ingreso les
alcance para más… eso a final de cuentas va a permitir que cada
trabajador, insisto, no importando en el ámbito donde despliegue su
actividad, tenga un mejor ingreso... Y esto va a ocurrir en el
transcurso del tiempo”.
Entonces, la nueva directriz es
trabajen ahora, cobren después, sean productivos y ya veremos, pero como bien plantea el editorial de La Jornada,
difícilmente podrá resultar exitosa una estrategia de impulso a la productividad que no aliente en primer lugar las condiciones y la calidad de vida de la fuerza laboral nacional, condenada durante décadas a una depauperación sostenida e implacable. En esta perspectiva, la idea de esperar a que la productividad mejore para entonces elevar el nivel de vida de los trabajadores conlleva una aceptación implícita de una pobreza permanente e invariable y, lo más grave, de la perpetuación de una desigualdad social ofensiva y peligrosa de cara a la estabilidad institucional. Si, por el contrario, se empieza por el impulso a políticas de redistribución del ingreso, bienestar, seguridad laboral y social, educación de calidad gratuita y para todos y fortalecimiento del poder adquisitivo de los salarios, el incremento de la productividad será una consecuencia tan factible como virtuosa.
Las rebanadas del pastel
La OCDE asegura que los mexicanos son los que más horas
laboran al año en promedio (2 dos mil 250) entre los trabajadores de
los países que conforman esa organización, y quienes obtienen, también
en promedio, salarios 3.5 veces menores al de los integrantes de esa
institución, y así comparativos por el estilo que no ayudan mucho. Pero
el dato más revelador –según la misma fuente– es que, a pesar de todo,
los habitantes de este país
están entre los ciudadanos más felices de la OCDE. ¿Será que, aparte de mudos, son ciegos y sordos?
El
inicio de la transición de televisión analógica a digital, ayer en
Tijuana, Baja California, provocó afectaciones a miles de televidentes
de dicha localidad fronteriza. A la manifiesta falta de información
sobre la medida –avalada por un polémico decreto presidencial en
tiempos de Felipe Calderón Hinojosa– se sumó la manifiesta
desorganización en que incurrieron las autoridades encargadas de
ejecutarla, así como una actitud presumiblemente discriminatoria en su
aplicación: muestra de ello son las denuncias de que más de un centenar
de colonias tijuanenses –ubicadas en las zonas más marginales de la
urbe– se quedarán sin señales de televisión a consecuencia del llamado
apagón analógico.
También es indispensable democratizar sindicatos, opinan
Democratizar la productividad
mediante un acuerdo cupular –patrones, líderes sindicales y gobierno–
para que los trabajadores sólo lo apliquen es antidemocrático, por
decir lo menos.
Hay veces en que una realidad es tan atroz que no dan ganas más que de darle la espalda (
pastelero a tus pasteles). Me gustaría al menos tratar de dar cuenta de ese sentimiento.
Miniencuesta
para subrayar las opciones que le parezcan razonables. Sugerencia:
trate de evitar las medias tintas (no sé/no responde/quién sabe).
La
forma priísta de ejercer el poder se ha filtrado a todo el entramado
político partidista del país. Como la humedad, se mete por todas
partes, en ocasiones de forma evidente y otras veces tan
imperceptiblemente hasta que de súbito es visible.
José
María Pérez Gay, el amigo querido de una larga vida fue un esforzado
receptáculo de incontables y arraigados miedos. Fue, a vista del vasto
mundo que lo rodeó, un miedoso que nunca pretendió disfrazar tal
condición. Mantuvo, frente a esos demonios, un aguerrido y permanente
pleito vital. Los sufrió y los llevó hasta con la galanura de un ágil
bailarín de tap, oficio que siempre soñó ejecutar. Le dieron distintivo
propio, inimitable y, en ocasiones, incomprendido. Con seguridad, sus
miedos fueron un acicate básico a sus trabajos creativos. Al
enfrentarlos, dio forma y sustancia a la obra que levantó para bien de
muchos. Pero, al mismo tiempo, el acoso le sirvió de trampolín para sus
variadas aventuras amorosas, filiales, políticas, filosóficas o
literarias.
Hemos
recibido muchas solicitudes de explicaciones más detalladas sobre el
tema de las operaciones de los bancos. Esta expresión de interés es
buena: un pensamiento político de oposición al neoliberalismo no podrá
ofrecer alternativas sin una comprensión cabal del funcionamiento de
una economía monetaria en el capitalismo contemporáneo.
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