Migración
Buscan empleo o huyen de la guerra y la violencia
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.- A nivel global, las mujeres migrantes son cada vez más jóvenes: niñas y adolescentes a partir de los 10 años abandonan su lugar de origen en busca de trabajo u oportunidades de estudio, y en algunos países representan el 30 por ciento del total de la población femenina migrante.
El informe “Las jóvenes en movimiento: Mujeres adolescentes y migración en el mundo en desarrollo”, publicado recientemente por la organización internacional Consejo de Población, presenta un esbozo de las condiciones y obstáculos que enfrenta la población femenina que decide –o se ve obligada– a emigrar a temprana edad.
Realizado por Miriam Temin, Mark R. Montgomery, Sarah Engebretsen y Kathryn M. Barker, el estudio expone que hoy más mujeres adolescentes emigran por la falta de oportunidades en sus lugares de origen –comúnmente rurales–, ya que “quieren trabajar, aprender, adquirir habilidades y recursos”, mientras que otras huyen de la pobreza, la guerra o los matrimonios tempranos.
De las niñas entre 10 y 14 años, el 40 por ciento emigra por razones relacionadas con la educación, y el 22 por ciento para buscar empleo o por cuestiones laborales de su familia.
De las adolescentes entre 15 y 19 años de edad, 30 por ciento emigra para estudiar; 33 por ciento por trabajo, y 25 por ciento por la muerte de un familiar que las cuidaba.
En el estudio se advierte que muchas adolescentes que emigran combinan sus aspiraciones educacionales con sus planes de trabajo. En Ghana, por ejemplo, 20 por ciento de ellas dijeron aceptar un empleo como trabajadoras del hogar porque sus patrones les prometieron ayudarlas a estudiar.
Otra de las metas de las adolescentes es conseguir su independencia económica y “empoderamiento”, o abandonar su lugar de origen con el fin de “madurar”.
Sobre los riesgos que corren las adolescentes en los trayectos, el informe destaca que las que emigran para escapar de circunstancias difíciles están más expuestas a sufrir algún tipo de agresión, ya que viajan sin el apoyo de sus familias y se ven forzadas a tratar con personas desconocidas durante sus traslados.
Sin embargo, también las adolescentes migrantes que viajan acompañadas son vulnerables a robos, maltratos, violaciones sexuales, y a caer en redes de trata de personas.
Al llegar al país de destino, las adolescentes enfrentan condiciones laborales restrictivas, es decir, las migrantes entran al mercado laboral a edades más jóvenes y con menos educación en comparación con las jóvenes locales.
Esta circunstancia las ubica en condiciones de trabajo más precarias. Por ejemplo, en Uganda, el 60 por ciento de las niñas en el sector informal son migrantes.
Según el estudio, las jóvenes migrantes trabajan regularmente en bares, restaurantes, en labores domésticas, así como en maquiladoras, aunque también son sexualmente explotadas.
El reporte concluye que urgen políticas públicas y acciones a niveles nacionales e internacionales, enfocadas en las necesidades de las niñas y las adolescentes migrantes.
Entre estas acciones se propone informar a las menores de edad sobre los riesgos e implicaciones de la migración, y crear estancias con redes de apoyo para las jóvenes migrantes, y servicios de migración “amigables” para ellas.
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