Migración
Detallan las extorsiones que padecen en la frontera sur
CIMACFoto: César Martínez López
Por: Lizandra Hernández, corresponsal
Cimacnoticias | Villahermosa.-El pasado fin de semana defensores de Derechos Humanos (DH) recorrieron cinco de los siete tramos previstos por visitar en su Misión de Observación, sobre los actos criminales contra las personas migrantes en tránsito por México.
Cosoleacaque, La Patrona y Amatlán de los Reyes, en Veracruz, fueron los primeros sitios donde el grupo de activistas realizó recorridos por las vías del tren, acompañado por personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
El sábado por la mañana los defensores estuvieron en Coatzacoalcos, en la comunidad de Las Barrancas, donde el pasado 1 de mayo, decenas de migrantes centroamericanos resultaron heridos luego de ser arrojados del tren de carga conocido como “La Bestia” por no pagar una cuota a criminales.
“Fue un acto inhumano… jamás habíamos sido testigos de un acto tan sangriento; recuerdo que eran unas 200 personas, mujeres y hombres, hasta niños. Yo estaba recostado en la sala de mi casa, cuando el escándalo interrumpió la paz de mi hogar; la mayoría de migrantes agredidos buscó refugio en el poblado de Las Barrancas”, recordó una vecina del lugar.
Una joven estudiante universitaria explicó: “No nos dimos abasto. Don Julio, que tiene un sistema de sonido en bicicleta, anduvo voceando el incidente; todo mundo salió y dio su apoyo; vinieron también los evangélicos para dar café y tamales de cenar. Mucha gente les donó ropa y del municipio recibimos agua y colchonetas para ellos”.
Héctor Jara, encargado de la capilla de Nuestra Señora del Carmen en el poblado de Las Barrancas, mencionó que a las tres de la mañana agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) arribaron al poblado con cuatro camiones vacíos para llamar a las y los migrantes a que regresaran a sus países.
“Sólo dijeron que quienes quisieran regresar o refugiarse en el albergue de Acayucan, ahí estaban los autobuses. Y los cuatro se los llevaron llenos, con unos 200 migrantes”.
Para el domingo, el grupo de activistas se concentró en Las Choapas, Veracruz, y luego se trasladaron a la estación Chontalpa, en Tabasco.
En las vías del tren descansaba la joven de 24 años Mayra Blandin, quien relató: “Yo tengo casi siete días de haber salido de Honduras; todo ha sido muy complicado; abordé el tren en Palenque, ahí pagamos 100 dólares (más de mil 200 pesos mexicanos) como cuota, pero el aguacero se dejó venir y por eso tuve que bajarme aquí. En el tren nos veníamos mojando y ya estaba toda empapada, mira como estoy, me estoy secando apenas”.
Roberto González, también migrante hondureño, contó: “Todo es peligroso; en Palenque unos 20 sacaron sus armas frente a nosotros y nos obligaron a pagar 100 dólares como cuota; algunos tenían pasa montañas y otros no, sabemos que muchos de los secuestradores son de los nuestros (hondureños), nos damos cuenta por el acento. En nuestro país están bien fichados por eso ya no regresan”.
MOLESTIAS DE VECINOS
En contraste con el apoyo a las y los migrantes centroamericanos en Veracruz, vecinos de la estación Chontalpa manifestaron que les tienen temor e incluso los consideran “un mal para la sociedad”.
Hubo quienes rechazaron que se construyera un albergue o casa para migrantes en la zona, y hasta demandaron al gobierno cerrar la frontera sur “para acabar con el narcotráfico, la violencia y el abuso a las mujeres y las y los niños”.
Rubén Figueroa, integrante del Movimiento Migratorio Mesoamericano (MMM), llamó a las y los vecinos a tener “paciencia y confianza”, pues hay verdaderas víctimas que sólo buscan salir de la pobreza y marginación que viven en su país.
El activista confió en que el trabajo de observación servirá para que las autoridades puedan frenar a la delincuencia que se ha apoderado de la tranquilidad y libertad de las y los migrantes.
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