Cerigua
Las graves agresiones a periodistas en México, la más reciente de ellas, la desaparición y asesinato del reportero Gregorio Jiménez, en Veracruz, tienen su raíz, sobre todo, en la relación “perversa” de los dueños de los medios y el poder, dijo la comunicadora Daniela Pastrana, de Periodistas de a Pie, organización defensora de la libertad de expresión.
Pastrana destacó que tal vez es el crimen organizado el principal asesino de periodistas en México, “pero los que nos ponen la soga al cuello y nos amarran para que los otros nos hagan daño son los gobiernos y los propios dueños” de los medios.
Por su parte, Sebastián Aguirre, de Artículo 19, indicó que el asesinato de reportero que cubría la fuente policiaca para los diarios NotiSur y Liberal del Sur “es un ejemplo más del estado de violencia en el que viven os periodistas en Veracruz y de cómo las autoridades son incompetentes al momento de investigar, pues no agotan la línea periodística en la investigación del crimen”.
Gregorio Jiménez, periodista autodidacta de Veracruz, fue secuestrado por un comando armado en su casa el 5 de febrero; después de protestas de periodistas mexicanos y de otros países, su cuerpo apareció el 11 del mismo mes, en una fosa clandestina, junto al cadáver de un hombre, víctima de un secuestro que Jiménez denunció.
Ninguno de los mecanismos de protección a periodistas se ocupó del caso y las autoridades veracruzanas desde el primer instante declararon que se trató de una “venganza personal”, en tanto que la familia afirma que se trató de un homicidio debido a su labor, pues denunciaba las actuaciones del crimen organizado y recibió amenazas.
La muerte de Gregorio no es sólo una ausencia física, sino la ausencia de instituciones que garanticen que el ejercicio de la libertad de expresión no corra riesgos, apuntó Elfego Rivero, de la emisora veracruzana Radio Teocelo.
Aguirre, de Artículo 19 señaló que si bien es difícil decir que México es el país más peligroso para ejercer el periodismo, pues además de las agresiones graves se deben considerar otras formas de presión contra los comunicadores, sí es uno de los más peligrosos, y Veracruz destaca entre todos los estados.
Agregó que con el asesinato de un periodista se coartan flujos informativos; no sólo se silencia a un periodista, sino que se intimida a todo el gremio que quiere ejercer un periodismo crítico o investigar los mismos temas que el asesinado.
Artículo 19 tiene documentado que desde el 2000, 75 periodistas fueron asesinados en México por su posible labor informativa; 15 de ellos en Veracruz, 10 durante la administración del gobernador Javier Duarte, que inició su período el 1 de diciembre de 2010.
Daniela Pastrana profundizó su razonamiento: lo que ocurre es que la mayor parte de las agresiones provienen del mismo gobierno y ellos mismos las alientan desde sus prácticas; han mentido permanentemente a la hora de hacer las investigaciones; han querido engañarnos con cuestiones publicitarias y estrategias de comunicación; si ellos no son los responsables originales, son los que han provocado que esta situación llegue a estos extremos.
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