Si la cantante Miley Cyrus quería asegurarse que el inicio de su Bangerz Tour
causara conmoción y revuelo, lo ha conseguido. Simular practicarle sexo
oral a un bailarín que portaba una máscara del ex presidente
estadounidense Bill Clinton y masturbarse en el Roger’s Arena de
Vancouver, Canadá el Día de San Valentín, han sido las más recientes
acciones de alto contenido sexual de la ex Hannah Montana.
Mientras que para algun@s su comportamiento es totalmente reprobable
para otr@s Cyrus está mostrando su capacidad de actuar libremente sin
prejuicios ni censura. Sin embargo no es tan sencillo como decir esto
es blanco y esto es negro, pues existen los grises y con ello las
profundas contradicciones.
Ya en octubre de 2013 la cantante Sinead O’Connor escribió una carta
a Miley Cyrus donde argumentó que la industria de la música,
profundamente patriarcal y capitalista, explotaría el cuerpo de Cyrus,
después de que la joven intérprete afirmara que su video Wrecking Ball se inspiró en la canción Nothing Compares to You de O’Connor.
“El negocio de la música no da una mierda por ti o por alguno de
nosotros. Ellos te prostituirán por todo lo que vales la pena … y
cuando termines en rehabilitación como resultado de haber sido
prostituida, “ellos” se irán a tomar el sol en sus yates en Antigua,
que compraron, mediante la venta de tu cuerpo”, señaló Sinead O’Connor.
No hay duda de que en una sociedad capitalista cualquier tipo de
industria y sobre todo las del espectáculo (dominados en casi todos los
niveles por hombres ricos y blancos), tienen fines de lucro que tratan
de encontrar distintas maneras de extraer dinero de los servicios,
bienes y mercancías. Y el cuerpo, sobre todo el femenino se explota
como una mercancía.
Mientras que la postura de O’Connor reprueba el comportamiento de
Cyrus y le victimiza por considerarle títere de la industria de la
música pop, existe otra postura en que se defiende que cada mujer debe
ser capaz de elegir lo que quiere hacer y ser, sin ser reprimida ni
descalificada por hacer uso de su cuerpo de forma sexualizada y/o
sugerente mucho menos por otras mujeres, ya que ellas mismas conocen y
viven el mecanismo de opresión que se ejerce sobre sus propios cuerpos.
Considero que ambas posturas tienen razón. En principio las mujeres
están tomando decisiones individuales, no son títeres del sistema, hay
que darles el crédito de que son arquitectas de su propia vida, en este
caso Miley no está siendo engañada, más bien está tomando ventaja de sí
misma, de su fama, de su juventud, de su belleza y de su sexualidad.
Miley optó por una imagen rebelde, lasciva y provocadora. En un
sistema donde el sexo y lo audaz vende, la joven cantante ha decidido
jugar con las reglas del sistema al objetivarse sexualmente a cambio de
dinero, fama y poder. Eso no es libertad, eso es una estrategia, una
estrategia que la beneficia de manera individual.
Empero estas decisiones individuales a pesar de enunciarse como
tomadas de manera autónoma y libre, se llevan a cabo dentro de una
sociedad patriarcal y capitalista que da recompensas y castigos, señala
los pros y los contras, usa y desecha los cuerpos de las mujeres,
determinando lo que es y no es económicamente lucrativo, por lo tanto
no hay una libertad total.
Pese a esta aparente falta de opciones existen intersticios y es
justo ahí donde Cyrus se ubica al manipular en cierto grado al sistema
en el cual está inserta, sin embargo me atrevo a decir que no cuestiona
del todo ese sistema con el cual está jugando. En lo individual
obtiene muchos beneficios pero perjudica a las mujeres en su conjunto
al seguir siendo representados los cuerpos femeninos como altamente
sexualizados y cosificados por la mirada masculina. No ayuda en la
percepción que se tiene de la mujer, ni permite que se modifiquen los
estereotipos de género existentes.
¿Miley Cyrus es una víctima del patriarcado de la industria musical? No. ¿Sus acciones son positivas para las mujeres ? No.
El éxito de Miley Cyrus no sólo radica en que tiene una excelente
voz, sino en que juega con las reglas del sistema en que el valor de
una mujer está fuertemente correlacionada con su disposición a
mercantilizar su sexualidad, lo que se traduce en una ganancia
individual pero no exactamente en una ganancia para todas las mujeres.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario