Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Juicio político en contra de Ernesto Zedillo demandaron en la ridículamente llamada “máxima tribuna del país”, ahora devaluada en el imaginario popular, legisladores de los partidos Revolucionario Institucional, del Trabajo, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, porque “abrió la inexplicable privatización del sistema ferroviario” de México a un “risible costo de mil 400 millones de dólares”, a cambio de “convertirse en socio y administrador” de las trasnacionales Kansas City Southern y Union Pacific.
No les falta razón a los diputados Manuel Añorve, Ricardo Monreal, Jaime Bonilla y Roberto López, en considerar aunque sea 19 años después de iniciada la privatización que, dicen, constituye “un acto inmoral frente a la historia”. Bajo ninguna circunstancia es dable ignorar un presente en el que está en juego la aprobación de las siete leyes reglamentarias de la reforma energética y que, de repetirse la infame historia de las privatizaciones de bienes nacionales para beneficiar principalmente a los dueños de la aldea global, los amigos y los socios locales, dentro de cuántos años escucharemos las mismas denuncias.
Fue la defensa pública que realizó Ponce de León, otrora conocido como Doctor Ficorca, de los intereses de Kansas City Southern, lo que desató aparentemente las pasiones que llevaron a los diputados a subrayar que “hizo de su cargo un acto inmoral”, lo que se manifiesta en la proliferación de los negocios familiares. Sus hijos “se hicieron millonarios” a costa de “las nefastas influencias de su papá”, denunciaron y hasta recodaron que “se hacía llamar La Neta con los chavos banda” (más tarde un importantísimo colaborador le pedía a Zedillo le llamara La Chiquis, cuenta la homofóbica leyenda), también su origen humilde de lustrador de calzado y “ahora es un sabihondo consejero de empresas y hasta de la ONU”.
Despliegue de pasiones a las que probablemente no es ajeno Carlos Salinas, recientemente entrevistado por Rogelio Cárdenas Estandía para El Universal, diario al que Salinas acudía cada año a inaugurar lo que fuera, mientras que Zedillo y Emilio Chuayffet llevaron a su dueño, Juan Francisco Ealy Ortiz, unas horas tras las rejas sólo para tomarle la foto, por evasión fiscal e uso indebido de las cuotas de los trabajadores. “No soy contador”, fue lo que único que alcanzó a explicar el magnate periodístico y amigo de todos los presidentes, excepto el de Mexicali, mientras despacharon en Los Pinos.
Pero más allá de las pugnas entre dos personajes de las elites del poder político y financiero, que en México es difícil diferenciar por el capitalismo de compadres que los forma y los forja desde las instituciones, aún resulta oportuna la denuncia política de los diputados sobre un presidente que al privatizar Ferrocarriles Nacionales de México “defendió el interés privado por encima de los bienes nacionales”.
Sin embargo, será todavía más oportuna la denuncia cuando la promuevan en serio y a fondo en la Procuraduría General de la República y el titular de ésta la atienda con profesionalismo y sin reparar en los buenos vínculos de Zedillo y su jefe, como lo evidenciaron en Davos, o descalificándola en automático, como hizo con la querella que presentó el Movimiento Regeneración Nacional en contra de Enrique Peña.
Con todo, sería más trascendente si en la labor legislativa de los mencionados señores hubieran atendido, como ahora promete hacerlo Dolores Padierna en el Senado, impedir que la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario “ahonde en la privatización salvaje de los ferrocarriles iniciada en el sexenio de Ernesto Zedillo”.
Acuse de recibo
Fundamental Utopía (No tropezar con la misma piedra, 14-II-14), mi querido Eduardo. Conozco casos frescos de personas que (¿por soledad?) son enredadas en Facebook por desconocidos. Las comentaremos”, adelanta el periodista y editor José Sobrevilla... Para la abogada Norma Esperanza Falcón Ruiz “Es reconfortante que el licenciado Andrés Manuel López Obrador continúe en busca de la Presidencia de la República, por lo que de manera significativa se deben estudiar los puntos en que pretenden en ambas cámaras, sin más mediaciones de peso, aprobar las leyes secundarias de las reformas estructurales recientemente votadas en el H. Congreso de la Unión...” Falleció Federico Campbell Quiroz, el periodista, narrador, ensayista y traductor, pero sobre todo padre de mi querido Federico Campbell Peña, quien en pleno funeral tiene la entereza para recordar, vía telefónica, que su papá “formaba parte del Grupo María Cristina”… Las expresiones de duelo y solidaridad empezaron a llegar a este buzón y las compartiremos en Forum en Línea de la primera quincena de marzo. Por ahora le recomiendo la lectura de la última columna del autor de entre otros libros: Infame turba, Pretexta, Todo lo de las focas, Los Brothers, Tijuanenses, La memoria de Sciascia, Traspeninsular, Máscara negra y El imperio del adiós. La liga aparece enseguida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario