Durante el cuarto trimestre de 2013 (2013/IV), la tasa de desempleo en
México se situó en 4.6 por ciento, su nivel más bajo desde igual
periodo de 2010 (2010/IV). Con ello, México cerró 2013 como el tercer
país con la más baja tasa de desempleo de los países de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sólo por debajo
de Japón y Corea.
La tasa de desempleo se mide con cargo al
cociente que relaciona la Población Económicamente Activa (PEA)
desocupada con la PEA total. La PEA total es igual a la PEA ocupada más
la PEA desocupada. Por lo tanto, una baja tasa de desempleo significa
que se asiste a una alta tasa de ocupación (de 95.4 por ciento en
2013/IV). Ello significa que el empleo se habría elevado en cerca de
4.1 millones de personas ocupadas entre 2010/IV-2013/IV. ¿Cuáles son
los rasgos más destacados de los empleos generados en estos cuatro
años?
Primero. La PEA ocupada incluye a la población que
labora en la economía informal y se caracteriza por sus muy precarias
condiciones laborales. Por lo cual resulta tramposo incluir el empleo
informal en la ocupación total, pues tira fuertemente hacia abajo la
tasa de desocupación. De hecho, entre 2010 y 2013 la PEA total creció
cada año a una tasa media de 2.6 por ciento, la PEA ocupada creció a un
ritmo muy similar y la PEA ocupada informal creció al 4.1 por ciento
(ver gráfico 1). Esto significa que por cada crecimiento del 1 por
ciento en la PEA total, la PEA ocupada informal creció aproximadamente
en un 1.6 por ciento. Si se descontara de la población ocupada total a
los ocupados en el sector informal, la tasa de desempleo en México se
habría situado en 2013/IV en 31.2%, 0.4 puntos porcentuales más con
respecto a igual periodo de 2010. Lo anterior pone de relieve la
incapacidad de los sectores productivos para generar empleos: más del
60 por ciento del empleo total en 2013 se generó en el sector terciario
de la economía, de hecho, este tipo de empleo sube su participación
relativa en 0.4 puntos porcentuales en los cuatro años.
Segundo. El salario mínimo nominal en México pasó de 0.07 (nuevos)
pesos diarios de 1976 a 63.12 pesos diarios de 2013, es decir, se
multiplicó por 887 veces. A pesar de este fuerte aumento nominal, con
el salario mínimo de 2013 los trabajadores mexicanos compraron apenas
poco más de una cuarta parte de las mercancías que adquirían con ese
mismo salario en 1976. El punto reviste particular importancia si se
considera que en promedio dos de cada tres personas empleadas en México
o no recibió ingresos o percibió de uno a tres mini salarios mínimos en
2013/IV. De hecho, se asiste a un incremento de 0.4 puntos porcentuales
en la población que se encuentra en esta situación (ver cuadro 2).
Tercero. Por duración de la jornada de trabajo semanal, destaca que en
estos cuatro años creció fuertemente el empleo a tiempo parcial. En
efecto, la población ocupada que labora menos de 15 horas a la semana
se expandió a una tasa media anual de 7.3 por ciento, 2.6 veces más de
prisa que los empleos de 35 a 48 horas (ver gráfico 3). Ello tuvo
repercusiones en la estructura porcentual del empleo, pues la
participación relativa de los empleos de menos de 15 horas se elevó de
6.2 a 7.1 por ciento como parte del total.
Cuarto. La
estructura de la ocupación por acceso a las instituciones de seguridad
social se ha mantenido sin cambios significativos desde 2010.
Efectivamente, en 2013/IV el 63.5 por ciento de las personas empleadas
no tuvo acceso a las instituciones de salud.
Quinto.
Aproximadamente dos de cada tres empleos fueron generados por los
micro, pequeños y medianos establecimientos en 2013/IV. No obstante se
asiste a una ligera caída en su participación porcentual desde 2010/IV.
Es importante destacar que el empleo generado por los grandes
establecimientos elevó su participación relativa en 1.1 puntos
porcentuales durante el mismo periodo y fue el más dinámico en términos
de ritmos de expansión con una tasa de crecimiento de 6.9 por ciento.
Sexto. La población sub-ocupada, aquella que declaró tener la necesidad
para trabajar horas extras y buscar un nuevo empleo ante la
insuficiencia del salario que percibe, creció a una tasa de 5.4
porciento, es decir, se expandió más de prisa incluso que la ocupación
en el sector informal (ver gráfico 1). Con ello, la población
sub-ocupada o la que trabaja en la economía informal pasó de 15.9
millones de personas en 2010/IV a 18.1 millones en 2013/IV, un aumento
de 2.2 millones. En el mismo periodo, el empleo formal, definido como
la población ocupada que cuenta con contrato escrito (no temporal), se
elevó apenas en 1.4 millones de personas. Es decir, por cada dos
empleos formales generados en los últimos cuatro años, se generaron 3
empleos informales o sub-ocupados.
En suma, empleos
informales, precarios, sin acceso a seguridad social, a tiempo parcial,
temporales, mal remunerados, se encuentran detrás de la baja tasa de
desocupación en México en 2013. Dicho sea de paso, esta es la esencia
de la reforma laboral.
Indicadores de ocupación. Tasas de crecimiento promedio anual (2010/IV-2013/IV)
Samuel Ortiz. Coordinador de la Revista Digital Economía Mexicana en Números
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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