Aún no hay castigo para agresores de Inés García
Inés García, reportera del Semanario Zeta, fue agredida física y verbalmente por dos sujetos el pasado 9 de julio cuando cubría una audiencia en los tribunales de Tijuana, Baja California, y aunque uno de sus agresores recibió una sanción administrativa, el ataque sigue impune.
En entrevista con Cimacnoticias, la periodista relató lo sucedido y lamentó que cuando se agrede a una comunicadora la acusación se desestime y se tolere, ya que con ello parece que el hostigamiento se ve “dentro de un parámetro que no merece ser denunciado”, lo que no sucede con los varones.
El pasado 9 de julio Inés García cubría la audiencia del ex marino estadounidense Andrew Tahmooressi, detenido en marzo de este año en la aduana de Tijuana por portación ilegal de armas.
Al parecer la agresión contra la informadora fue en represalia por su labor reporteril y la cobertura que ha realizado el semanario, un medio de comunicación que con sus investigaciones periodísticas reveló las inconsistencias en las declaraciones de Tahmooressi, quien afirmó que entró a México “por error”.
Afuera de los tribunales donde se desarrollaba la audiencia, el investigador privado Len Newcomb, asesor de la familia de Tahmooressi y Antonio Pérez, escolta del detective, cuestionaron a García por sus publicaciones y le pidieron que les diera voz en su medio.
La reportera contó que cuando ambos hombres ofrecieron dar su versión, ella aceptó hablar con ellos en un restaurante, pero una vez en el lugar los sujetos ordenaron bebidas alcohólicas, por lo que la informadora decidió retirarse.
Ella regresó a los juzgados y allí se quedó, junto con un grupo de reporteros mexicanos y extranjeros que cubrían el caso. Horas más tarde llegaron el investigador y su escolta y nuevamente se dirigieron a ella. Newcomb tomó a García de la cabeza abruptamente, la sacudió violentamente y la jaloneó del brazo.
Ambos hombres alcoholizados comenzaron a hostigarla, ella trató de alejarse, pero el escolta la persiguió por la calle y con insultos y gritos le exigía que se reuniera con su jefe. El jaloneo duró unos 30 minutos sin que nadie interviniera hasta que ella pidió auxilio a unos policías.
Los agentes se acercaron, pero le dijeron que como no había lesiones o marcas no podían hacer nada y mientras ella reclamaba a la autoridad, los agresores se fueron. Minutos después, el escolta regresó y ante la insistencia de García fue remitido ante un juez; al final la sanción fue sólo una multa.
Al respecto, la comunicadora dijo que en el Semanario Zeta las agresiones no son nuevas. “No es la primera vez que ocurre algo así; han pasado amenazas, lamentablemente asesinatos, atentados contra la vida de los cofundadores y editores. El medio toma muy en serio cualquier tipo de agresión”, explicó.
Precisó que en Tijuana, en específico en las agresiones contra el semanario, los atentados han quedado impunes por lo que confió en que en este caso no sea así.
“De las personas que han sido señaladas o relacionadas con los casos, a nadie se le ha presentado ante la justicia por estos delitos; si en su momento han caído en la cárcel o han sido investigados ha sido por otros delitos, creo que eso persiste en el estado y en la ciudad”, observó.
Este no es un hecho aislado. Según el Informe Diagnóstico Violencia contra Mujeres Periodistas 2010-2012, en 10 años (2002 a 2011) la violencia contra mujeres periodistas se incrementó en 300 por ciento en México, periodo en el que se documentaron 94 casos.
CIMACFoto: Gabriela Mendoza Vázquez
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | México, DF.-
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