7/17/2014

Estalló la crisis de inmigrantes


Samuel Schmidt 
schmidt@mexico.com

Después de miles de niños mexicanos deportados, acción que gozó del silencio cómplice típico del gobierno mexicano, de repente estalla la llamada crisis de los infantes no acompañados en la frontera. ¿Qué disparó la crisis?:

1) El intento perenne de los republicanos para ensuciar la muy poco comprometida presidencia de Barak Obama con los grupos minoritarios que lo eligieron.

2) La amenaza de deportación de ciudadanos centroamericanos con la posibilidad de inestabilidad que eso implica para esos países.

Los países centroamericanos han gozado de la tolerancia de Estados Unidos a sus migrantes, supuestamente para no entorpecer un muy frágil status quo, cuyo rompimiento podría propiciar un giro hacia la izquierda, esto es muy sensible para la mentalidad rabiosamente anti comunista que domina la política de Estados Unidos.

Los presidentes centroamericanos han levantado la voz ante Estados Unidos, sabiéndo vender muy bien los intereses de sus países para acomodarlos a las fobias de Estados Unidos, por eso mismo extraña su silencio frente a los abusos mexicanos. 

Llega al extremo de que el presidente guatemalteco aplauda la iniciativa de Peña Nieto, de crear centros de detención en territorio mexicano; no es de extrañar que el PRIAN asuma la agenda republicana de Estados Unidos en su política migratoria, pero ¿el aplauso guatemalteco?  Como parte de la insensibilidad ante la desgracia que se registra en la frontera, tenemos el silencio atroz en Estados Unidos sobre el elevado número de migrantes que mueren al tratar de cruzar la frontera, o que son asesinados. 

En parte, muchos estadounidenses, especialmente los de derecha piensan que merecen el castigo (morir) por cometer el crimen de buscar mejores condiciones de vida trabajando sin papeles. En parte, muchos migrantes no dimensionan lo que implica cruzar el desierto de Altar o cruzar por el desierto frente a Mexicali donde las temperaturas superan los 50 grados centígrados; muchos se aventuran a cruzar por ahí guiados por los polleros, que gozan de complicidades policíacas en ambos lados de la frontera. 

Pero por si acaso sobreviven, ahí están las pandillas o los grupos paramilitares de Estados Unidos tratando de frenar el flujo de migrantes que hacen de las suyas. A esto hay que agregar los asesinatos en manos de agentes de la Policía Fronteriza, que primero dispara y luego averigua, y los republicanos exigen la presencia del ejército o la guardia nacional, lo que seguramente aumentará el número de muertos.  Se registran cientos de muertes al año en la frontera con Estados Unidos, parte importante de este fenómeno se propició de manera intencional, cuándo la Patrulla Fronteriza cerró los accesos cerca de las ciudades lanzando a la gente a zonas agrestes y con peligros naturales, como los desiertos, el mar y la parte más peligrosa del Río Bravo. Eso es asesinato premeditado. 

Y el gobierno mexicano guarda silencio, porque mientras sigan llegando remesas, para que importunar a sus jefes, y a final de cuentas qué más da unos cuántos cientos de muertos al año. ¿Por qué si hay esta insensibilidad ahora gritan en Estados Unidos por unos cuántos miles de menores que cruzan sin compañía o con sus madres? La primera explicación es que se acercan las elecciones de noviembre y tienen un nuevo motivo para culpar a Obama, supuestamente su falta de energía llevó a motivar a la gente a cruzar; la derecha parece olvidar que este es el presidente campeón de las deportaciones. 

La segunda, es que los infantes siempre enternecen, y ahora se puede culpar a Obama por generar una situación donde los niños sufren, y al mismo tiempo culpar a los países centroamericanos por no resolver las condiciones que expulsan a los menores, muchos de los cuales viajan en busca de sus padres, otra parte son ciudadanos que buscan volver a su país. Sobre los mexicanos hablan poco, porque el gobierno acepta genuflexo que deporten a miles de menores, y estando en el país, los ignora como si no tuviera responsabilidad alguna para atenderlos. 

Se denuncia que es el PRI el que ha frenado la ley que establece la responsabilidad para atenderlos, porque al parecer este partido no deja pasar ninguna ley que provoque algún costo, lo que sin duda es un criterio estratégico de la mayor importancia. La respuesta de Obama ante la crisis es consistente con lo que ha hecho todo el tiempo, pedir mucho dinero para protección de la frontera, para detención y por supuesto, deportación. 

Algo va por ahí para atender a los migrantes, siempre y cuándo no se cambie el paradigma que ha dominado la política de migración de Estados Unidos: son criminales. Ojala que el paradigma mexicano cambiará y que el gobierno dejará de colaborar con los extremistas anti mexicanos en Estados Unidos, pero eso es pedirle peras al olmo.

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