Pedro Echeverría V.
1. Carmen Aristegui, la periodista independiente que por mucho superó
a todos sus colegas de Televisa, TV Azteca, Tv Fórmula al servicio del
poder, ante su impotencia para luchar contra el gobierno de Peña Nieto
que la mandó cesar por denunciarlo, acudirá a tribunales
internacionales. Lo han hecho los padres de los 43 estudiantes
desaparecidos de Ayotzinapa y seguramente cientos de otros perjudicados
que saben que la justicia en México es inexistente. Muy otra cosa sería
si contáramos con una organización de masas –que por sus batallas
radicales- el gobierno tuviera que consultarle antes de poner en
práctica cualquier medida.
2. Carmen ha recibido muchos premios –sobre todo internacionales- por
sus denuncias periodísticas y cuando fue fulminantemente cesada por
órdenes del presidente Peña, recibió un fuerte apoyo espontáneo y
disperso de masas. Infortunadamente ningún partido político electorero
registrado o alguna organización independiente, le dio continuidad a su
defensa. El gobierno sólo esperó unas semanas para que el apoyo masivo
desaparezca. Por ello muchos personajes han preferido venderse al
gobierno antes de resistir solitario y sin apoyos. ¿Cuántos movimientos y
personas se han doblegado por lo mismo?
3. Aplaudo, me gusta, que se acuda a derechos humanos o tribunales
internacionales porque las dudas mundiales se convierten en verdades y
los gobiernos mexicanos aparecen desnudos ante el mundo; sin embargo, no
hay garantía alguna de que los problemas se solucionen con justicia por
aquellos planteamientos de “no intervención”. ¿Qué más puede perder el
gobierno mexicano si México es uno de los países más desprestigiados del
mundo por ocupar los primeros lugares en asesinatos, secuestros, robos y
corrupción institucionalizada? ¿Por qué la confianza, las inversiones,
los negocios y el turismo se han desplomado en el país en los últimos 15
años?
4. Como he escrito mil veces: las leyes son una patraña porque valen
lo que un rico puede pagar por ellas. ¿Creyó Aristegui acaso que
denunciar a un presidente y a su esposa (artista de Televisa) de tener
una lujosa mansión, la “casa blanca” negociada con un personaje
contratista del gobierno era cualquier “moco de pavo”? Suena buena frase
la “libertad de expresión” o “libertad de prensa”, pero sólo como
expresión mundial; hace olvidar que los medios (TV, Radio, Prensa) son
controlados por el poder político, económico y de los empresarios de la
información. Aristegui ha hecho mucho –en años- por la liberación de la
información, pero sin masas nada se puede.
5. Por ello se ha repetido hasta el cansancio un argumento de fondo:
¿Hasta dónde los periodistas y la sociedad estamos en el uso pleno de
nuestras libertades cuando los espacios informativos en la radio y la
televisión están constreñidos por intereses extraperiodísticos o por
empresarios que no cumplen su deber legal de garantizar el buen uso de
un bien público: las radiofrecuencias que les concesiona el Estado? En
México desde los años sesenta, cuando comenzó a fortalecerse la TV, el
gobierno jamás les ha recordado que es el concesionario que los vigila,
sino que al contrario, es su esclavo que desde el gobierno les garantiza
grandes ganancias y seguridad.
6. El investigador Jenaro Villamil escribe en la revista Proceso:
“Cuatro investigaciones y dos dictámenes del Instituto Federal de
Telecomunicaciones habían demostrado habían demostrado que Televisa es
un agente preponderante y con poder sustancial en el mercado de la TV
restringida, área en la cual se ha dedicado a comprar compañías pequeñas
para acrecentar su monopolio. Sin embargo, cinco de los siete
comisionados del instituto decidieron opinar lo contrario en un informe
–que se dará a conocer en breve- y beneficiar así a la empresa de Emilio
Azcárraga, librándola de la competencia y permitiéndole expandirse a su
gusto”.
7. Así de grave están las cosas en México donde los más poderosos
empresarios mandan de manera abierta y descarada. Por ello Televisa puso
de manera directa al presidente de la República y a funcionarios del
gabinete y ningún pleito puede ganarse por la vía de las leyes del país o
internacionales. El único camino es el movimiento de masas que pueda
romper las estructuras de poder. Está bien profundizar el desprestigio
de la clase económica y política en el mundo, pero es insuficiente si
buscamos cambios estructurales profundos. Espero que la crisis mundial
sea más grande y más severa porque ello puede ayudar al despertar más
rápido de la conciencia de masas. (6/X/15)
alterar@gmail.com
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