Universidades públicas sanas no resistirán un año más sin alza presupuestal: rector de la UdeG
Reconoce que en seguridad ha habido acciones, pero no son suficientes y debe darse un salto
En entrevista con La Jornada, el rector de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla, afirmó que por distintas razones los gobiernos no se deciden a tener una política de hondo calado en materia de educación superiorFoto Foto La Jornada
En los años recientes, el financiamiento de las universidades públicas no se ha incrementado. Los presupuestos apenas han cubierto la inflación y esto, según los especialistas, es uno de los factores que ha llevado a la crisis financiera a algunas universidades estatales. Pero si se mantiene la política de restricción y de limitaciones financieras que ha prevalecido, evidentemente la educación superior se dirige a una crisis, sostiene el rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Tonatiuh Bravo Padilla.
Las universidades públicas que actualmente tienen salud financiera no resistirán un año más sin un aumento presupuestal, dice en entrevista el profesor del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la UdeG, una de cuyas líneas de investigación es el financiamiento de la educación superior en México.
Bravo Padilla es rector de la UdeG para el periodo 2013-2019. Es economista por esa misma institución, maestro en administración pública por la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos, y tiene un máster universitario en sociedad de la información y el conocimiento por la Universidad Abierta de Cataluña. Recibió a La Jornada en su despacho del Paraninfo de la UdeG.
–Cinco universidades estatales enfrentan grave crisis financiera. ¿Cuál piensa usted que es la solución?
–Debe ser el diálogo y el consenso, pero ante todo una perspectiva de futuro y un proyecto claro de lo que queremos como país. Por distintas razones los gobiernos no se deciden a tener una política de hondo calado en materia de educación superior. Hace falta construirla y las universidades tenemos que hacer nuestra parte.
–¿Cómo afecta a las instituciones de educación superior el financiamiento que se estanca?
–Creo que las universidades no vamos a resistir un año más en estas condiciones. Las que tenemos sanidadfinanciera estamos en este año en el límite de mantenerla. No podemos continuar con el desarrollo cero. La UdeG creció en casi 40 mil alumnos en los cinco años anteriores, apoyando las metas presidenciales del Plan Nacional de Desarrollo en materia de cobertura de la educación media superior y superior. Sin embargo, la tasa cero de crecimiento real es evidentemente una contradicción.
En riesgo, funciones sustantivas
–De continuar las restricciones presupuestales, ¿cuál cree usted que sea el futuro?
–Si continúa la política de restricciones y limitaciones financieras que ha prevalecido en los dos años recientes, la educación superior se dirigirá a una crisis que va a minar sus con- diciones, no solamente de solvencia, sino de viabilidad de las funciones sustantivas que tiene a su cargo.
Si el próximo año se nos vuelve a otorgar un incremento solamente para resarcir la inflación, la universidad empezará a tener que abandonar parámetros de calidad cuantitativos, que implican la afectación de la matrícula y del crecimiento de la atención de los jóvenes, y cualitativos, que implican dotar a los espacios académicos de los elementos de calidad y de la infraestructura que se requiere para hacer una educación competitiva o competente.
–La inseguridad es la principal causa de preocupación de los ciudadanos. ¿Han hecho las universidades lo suficiente en este ámbito? ¿Qué pueden hacer?
–Creo que las universidades han emprendido acciones, pero la realidad nos muestra que no son suficientes y debemos dar un salto. Creo que el gobierno federal y los locales deberían convocar a una gran conferencia sobre la participación de las universidades en materia de seguridad y que, atendiendo las diferencias y asimetrías que pudieran existir entre las instituciones, pudiéramos participar en la formación en ciencias forenses, criminalística, instrucción policial, en todo lo relacionado con la formación de capacidades institucionales para la seguridad y la procuración de justicia.
–En un año electoral como 2018, ¿cuál es el papel de las universidades?
–A las casas de estudio les corresponde el pensamiento, la generación y transmisión de conocimiento, pero también de propuestas. Junto con esto también les toca hacer valoraciones críticas centradas y oportunas. Otro rol que tiene que ver con la extensión universitaria, es promover el debate de fondo de temas nacionales, de las propuestas de solución y las ideas que las diferentes expresiones políticas y candidatos puedan aportar.
–¿Cómo enfrenta la UdeG el reto de abrirse a la sociedad y de proteger su autonomía al mismo tiempo?
–Creo que la mejor manera de hacerlo es que la universidad rinda cuentas, que seamos una comunidad acostumbrada a la interacción, y una institución que funcione bien, que intente tener un cumplimiento adecuado de sus funciones, de su operación, porque en la medida en que logre esto, demuestra que la autonomía que se le da es responsable, con resultados para los cuales la sociedad le ha brindado recursos y le ha generado el espacio político.
Arturo Sánchez Jiménez
Enviado
Periódico La Jornada
Lunes 27 de noviembre de 2017, p. 36
Guadalajara, Jal.
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