CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Organizaciones no gubernamentales
rechazaron la pretensión de legalizar la intervención de las Fuerzas
Armadas en el ámbito de la seguridad pública, porque esa medida,
subrayaron, contribuiría a perpetuar la situación que se busca subsanar.
“Nos oponemos categóricamente a la expedición de una ley o de
reformas que permitan a las autoridades federales, estatales y
municipales, continuar evadiendo sus responsabilidades constitucionales
en materia de seguridad pública”, subrayaron en un comunicado.
Destacaron que las iniciativas presentadas por diversos grupos
parlamentarios, denominadas de “seguridad interior”, parten del hecho de
que actualmente no existen las capacidades policiales para hacer frente
a la grave situación de inseguridad por la que atraviesa el país.
Sin embargo, e independientemente de que varias de esas iniciativas
contienen peligrosas ambigüedades y otorgan atribuciones que deben
corresponder exclusivamente a instituciones civiles, normalizar la
intervención de las Fuerzas Armadas en labores policiales contribuiría a
perpetuar la situación que se busca subsanar, recalcaron.
“Si hoy los gobiernos federal y estatales no han cumplido con su
obligación legal de construir corporaciones de policía eficaces, menos
aún lo harán si cuentan con el recurso legal para encubrir dicho vacío
institucional con requerimientos de intervención militar”, destacaron en
su comunicado.
Lo que debe hacerse, precisaron, es centrar la atención política y
legislativa en el fortalecimiento de las instituciones de seguridad
pública.
“Sólo así podremos resolver de fondo y a largo plazo la crisis de
violencia, inseguridad y violaciones graves a derechos humanos en el
país”.
Y en lugar de legislar para perpetuar y arraigar el despliegue
operativo de las Fuerzas Armadas, propusieron respeto irrestricto al
marco jurídico constitucional e internacional. “La aprobación de una
‘Ley de Seguridad Interior’ o de un capítulo de Seguridad Interior en la
Ley de Seguridad Nacional, atentaría contra la Constitución y
contravendría los tratados internacionales que México ha ratificado”.
Como segundo punto destacaron la adopción de medidas excepcionales
sólo a partir de los mecanismos ya previstos. “La vía adecuada para
despliegues extraordinarios del Ejército es el artículo 29
constitucional. Actualmente no contamos con una ley reglamentaria de
este artículo, y no se cuenta con una iniciativa que contemple
verdaderos contrapesos y mecanismos de vigilancia. Los proyectos en
discusión no son acordes con las normas internacionales en la materia”.
En tercer lugar, señalaron que es fundamental un plan de
fortalecimiento de las policías en todos los niveles de gobierno, cuyas
normas y entrenamientos expresamente integren los principios de
legalidad, proporcionalidad y absoluta necesidad. Además, es
indispensable legislar sobre el uso de la fuerza.
En el cuarto punto demandaron reformar a las policías, aunque eso,
subrayaron, no será suficiente. “Es necesario reformar también las
procuradurías, fortalecer al Poder Judicial y atender la crisis
penitenciaria”.
Finalmente, exigieron cumplir las recomendaciones de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y de la Oficina del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y definir un plan de
retiro paulatino de las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad.
“Seguir dependiendo de las Fuerzas Armadas no va a fortalecer
nuestras instituciones de seguridad pública; coadyuvará al desgaste de
dos de las instituciones más importantes del país: el Ejército y la
Marina; perpetuará la grave crisis institucional por la que atravesamos,
y sólo contribuirá a que la Federación y los estados sigan incumpliendo
con lo estipulado en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, el SIDEPOL y los acuerdos del Consejo Nacional”, remataron.
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