Pide Jan Jarab revisar cómo funcionó la estrategia 10 años
El representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, aseveró que el actual modelo de seguridad en México es muy preocupantedesde la perspectiva de las garantías fundamentales.
Al ser interrogado acerca de la Ley de Seguridad Interior –horas antes que se aprobara en lo general en la Cámara de Diputados, que legaliza la participación de las fuerzas armadas en tareas anticrimen–, señaló que es necesario revisar lo que ha funcionado y lo que no de la actual estrategia, y llamó al regreso de los militares a los cuarteles en forma gradual.
Además, convocó a una discusión abierta y amplia, con la participación no sólo de los políticos, sino de la sociedad en su conjunto, para analizar el papel que desempeñan los militares en esas tácticas y el modelo de seguridad que México necesita.
Subrayó que desde 2006 las violaciones a derechos humanos se multiplicaron, además de que, mientras entre 2004 y 2006 las tasas de homicidios se mantuvieron en el nivel histórico más bajo, de 2006 a la fecha crecieron y hoy son las más altas.
Aunque evitó profundizar sobre la nueva ley, enfatizó: “Se necesita una reflexión sobre una posible salida de este paradigma (estrategia) y dar más fuerza a las policías en varios niveles, pero también es necesario un enfoque más amplio en la dimensión preventiva.
“El problema no se resuelve al legislar (elementos) que petrifiquen el statu quo. Lo digo con reserva del contenido (de la ley), pero a nuestra oficina no le parece que, en la forma en que se propuso, se dé impulso para el cambio de paradigma.”
En la entrevista, realizada tras participar en la presentación del informe La infancia cuenta en México 2017, Jarab recomendó que en lugar de legalizar las labores de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, es mejor fortalecer las policías civiles de todos los niveles, lo que no se hizo en la década reciente, y que se impulsen políticas que aporten a la prevención, no a la represión, como el combate a la pobreza, el desarrollo de la economía y la creación de oportunidades.
Se necesita una evaluación de cómo funcionó durante 10 años esta estrategia. Y que quienes quieren continuar con ella o legislar para que continúe, deben explicar por qué están convencidos de que funcionó.
Para Jarab, combatir la impunidad, garantizar que los perpetradores de homicidios, desapariciones, secuestros y otros delitos sean procesados; que cuando hay colusión entre servidores públicos y delincuentes se sancione y procese a esos funcionarios, eso es fortalecer el estado de derecho. Además de dar más fuerza a las policías, siempre con rendición de cuentas. Es el mejor camino, no es fácil, pero se necesita hablar sobre una posible salida del actual modelo de seguridad.
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Viernes 1º de diciembre de 2017, p. 4
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