12/02/2017

Nicaragua registra al año alrededor de 5 mil embarazos en niñas

 En más del 80 por ciento de los casos son menores de 17 años
   



Aunque tiene 14 años de edad, aparenta unos 10. Habla muy poco y con tono de voz muy bajo, casi no mira de frente a las personas, se le nota su timidez y su temor. Así observamos a Karla, quien expone su caso acompañada por su mamá, en una organización de Mujeres en Nicaragua.

Con pena, Karla trata de esconder un vientre abultado. Dejó de estudiar su sexto grado de primaria en una comunidad rural de Matagalpa, al norte del país. Con nostalgia, cuenta que sus días de juego con sus amiguitas y sus hermanitos acabaron hace más de un año.
Karla ahora es una de las casi 5 mil niñas y adolescentes menores de 14 años de edad, víctimas de violencia sexual que presentan embarazos producto de estas agresiones en Nicaragua.
El quedarse sola en casa “le arruinó su vida para siempre”. Narra: “mi mamá andaba trabajando, yo estaba con mis dos hermanitos… los mandó a traer agua al pozo y me quede sola con él, allí me agarró y me amenazó que si decía algo a mi mamá, nos iba a matar”.
La adolescente ahora se alista para ingresar a una Casa Materna, de las que el gobierno ha abierto en casi todos los 153 municipios del país para atender los embarazos de mujeres violentadas o niñas, pero la estadía termina cuando nace el o la bebé y tienen que regresar a sus hogares, o a la calle, a buscar cómo sobrevivir con una hija e hijo en brazos.
Karla agrega que “tendrá a su bebé aunque no lo quiera”, pero también vive angustiada porque sus hermanos quieren vengarse de su agresor y ella no quiere que les pase algo malo.
“Tengo 8 meses que no me baja la regla, yo me siento triste porque mi mamá dice que tener un hijo no es jugando. Yo iba bien en clase, este año saldría de sexto grado, pero no pude seguir estudiando, pero además no quiero que les pase algo a mis hermanos, ellos han dicho que si la autoridad no hace nada, ellos lo van hacer, yo prefiero que lo haga la autoridad”, dice Karla.
La violencia sexual es un grave problema en Nicaragua espacialmente para las niñas y adolescentes, denuncia la integrante de la organización IPAS Centroamérica, Mayte Ochoa, quien sostiene que anualmente hay casi cinco mil niñas o mujeres víctimas de violencia sexual, de éstas, 80 por ciento son menores de 17 años.
IPAS hizo una sistematización de los casos y encontró cifras del Ministerio de Salud, de partos hospitalarios, con resultados impresionantes, señala Mayte Ochoa y agregó que la cantidad de niñas que son madres es enorme. “Estamos frente a un delito de violación que el Estado no está asumiendo, en 10 años hay 16 mil 400 niñas menores de 14 años embarazadas producto de violación”.
La abogada para la Federación Coordinadora de la Niñez y la Adolescencia CODENI, Ana Clemencia Teller, se requiere de mayor presupuesto para las acciones preventivas contra la violencia hacia la niñez y adolescentes.
En tanto que para la integrante del colectivo de mujeres Axayacatl, Elia Palacios, se debe castigar a los violadores no importa su parentesco con la víctima, condición social, religiosa o económica y ese es otro muro difícil de saltar, al que se enfrentan las víctimas de violencia sexual, dice.
“Llevar a los agresores sexuales ante la justicia es una gran batalla, se tiene que invertir tiempo y recursos y a veces la familia apenas tiene solo para comer, sin embargo hay que seguir demandando castigo para los agresores y mayor atención de las autoridades” reiteró Palacios.
La Procuradora de la Mujer, Débora Gradinson, se defiende y dice que el Estado hace su parte, “se están capacitando a los operadores de justicia para que atiendan los casos y se sancione a los agresores”.
Según la Procuradora, en Nicaragua existen los datos más bajos de impunidad frente a estos delitos en la región, “se está atendiendo el problema, pero no es solo responsabilidad del Estado” señaló la funcionaria.
Sin embargo, las madres se exponen a represalias cuando denuncian los casos de violencia y peor si las autoridades no les dan respuesta, como le ocurrió a una madre de una niña en Masaya, al oriente de Managua, cuya hija fue violada por el abuelo paterno, el caso fue denunciado por esta madre en el centro de mujeres Axayacatl.
El denunciado le puso cinco denuncias por préstamo de dinero y por vivir en su casa, las cuales han prosperado más rápido que la denuncia del abuso sexual, narró la madre de la niña.
Ante este panorama de agresiones y violencia sexual contra las niñas, las adolescentes y las mujeres, (49 casos de femicidio/feminicidio y 6 asesinatos de mujeres en este año), nuevamente el movimiento amplio de mujeres salió a las calles de Managua a repudiar la violencia, exigir castigo a los agresores y la aplicación de medidas preventivas.
CIMACFoto: Nelson Rodríguez
Por: Nelson Rodríguez, corresponsal
Cimacnoticias | Managua, Nic

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