La
administración de Enrique Peña Nieto llega a sus últimos meses de
gobierno este 2018 con la cifra más alta de homicidios desde que se
iniciaron los registros oficiales en 1997.
BBC Mundo
El asesinato de tres estudiantes de cine en Jalisco se suma a los más
de 200 mil homicidios que el país ha registrado en la última década.
Pero los detalles que han ofrecido las autoridades acerca de cómo murieron a manos de los criminales que los secuestraron, asesinaron y disolvieron sus cuerpos en ácido, ha generado gran indignación.
Salomón Aceves, Marco García y Daniel Díaz fueron raptados por miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación el 19 de marzo pasado, según las investigaciones.
Los tres universitarios volvían a sus casas después de realizar una proyecto escolar a las afueras de Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México, cuando fueron interceptados por criminales.
Resultaron ser víctimas de una presunta “confusión” con integrantes de un grupo rival del CJNG, según la investigación de la Fiscalía de Jalisco.
¿Qué se sabe de estos tres estudiantes asesinados?, ¿por qué los
jóvenes están siendo víctimas -y también victimarios- en la violencia
del crimen organizado?
Javier Salomón Aceves Gastélum
Salomón Aceves tenía 25 años. Le decían de cariño “Salo”. Era
originario de la ciudad de Mexicali y era estudiante de cine en la Universidad de Medios Audiovisuales de Guadalajara (CAAV).
Su hermana Michelle escribió un conmovedor mensaje en su cuenta de
Facebook en el que lo describió como una persona muy dedicada, que
mostraba pasión por la cinematografía
“Me pone triste que hayan apagado tus sueños así nada más. Yo sé que
tenías futuro, se notaba en el cómo sostenías tu cámara, como dirigías”,
escribió.
“Sobre ti había colores, una luz que resplandecía en tus ojos de tantas ideas e imaginación que tenías. Tú nunca estabas en blanco“.
Otra de sus pasiones era tocar la batería.
Lo hacía con la banda Betray Me, la cual también publicó un mensaje
de despedida: “Hasta siempre hermano, siempre vivirás en nuestros
corazones. Fuiste y serás parte esencial de este proyecto”.
Marco Francisco García Ávalos
Prefería firmar como Marco Ávalos. Era originario de Tepic, la capital del estado de Nayarit, y tenía 20 años.
Apenas estaba cursando el segundo cuatrimestres de la CAAV y su talento se enfocaba en la edición de video y el manejo de programas de postproducción, según han dicho sus compañeros a la prensa de Jalisco.
“Su sueño era ser el mejor director y nadie lo dudaba, porque todos
sabíamos lo talentoso que era y el don que tenía para comunicarse con la
gente”, dijo su amiga Aylin Michelle al diario El País.
También lo describió como el chico que “le daba lo divertido” a las reuniones de amigos.
Jesús Daniel Díaz García
Daniel Díaz era originario de la ciudad de Los Cabos, en Baja California Sur. También tenía 20 años y era alumno del CAAV.
A menudo compartía sus trabajos audiovisuales en la plataforma Proyecta de su escuela.
Pero también le gustaba jugar fútbol. De hecho, cuando fue
secuestrado, usaba muletas por una lesión que sufrió al jugar balompié.
Sus compañeros lo recuerdan por su alegría y por ser una persona muy tranquila.
“Nosotros hacíamos tarea juntos, nos juntábamos en mi casa, en mi
departamento para hacer tareas, para hacer videos, para hacer guiones”,
dijo una de sus compañeras al diario Mural.
Varios de los trabajos que hicieron los tres estudiantes juntos los compartían a través de YouTube.
¿Qué dice este crimen de la situación del país?
El gobierno de Enrique Peña Nieto comenzó con
índices delictivos a la baja, principalmente en el renglón de los
homicidios que marcaron negativamente el sexenio de Felipe Calderón.
De acuerdo con analistas consultados por BBC Mundo, eso generó una percepción de que la seguridad en el país estaba mejorando.
Sin embargo, la administración llega a sus últimos meses de gobierno este 2018 con la cifra más alta de homicidios en un gobierno de seis años desde que se iniciaron los registros oficiales en 1997.
Para el académico y experto en seguridad nacional Javier Oliva, de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el caso de los tres
estudiantes asesinados en Jalisco es “síntoma de cómo la violencia en México está muy lejos, muy lejos -enfatiza- de descender o estar controlada”.
En particular, el tipo de violencia usada en contra de Salomón, Marco
y Daniel, refleja los niveles de crueldad que han alcanzado las
organizaciones criminales, dice el académico a BBC Mundo.
“Nos remite a cómo ha ido escalando la sevicia, que es una palabra muy fuerte en español: una crueldad extrema, inhumana, si es que la crueldad puede ser catalogada de otra manera”, señala.
Por su parte, Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional
Ciudadano (ONC), una ONG que monitorea los índices de inseguridad en el
país, señala que este tipo de crímenes son los que exponen la falta de control del territorio mexicano por parte del gobierno.
En este caso, los universitarios realizaban un proyecto escolar y
fueron secuestrados en Tonalá, un municipio conurbado de Guadalajara, la
segunda ciudad más grande de México.
“Si hay algo que desnuda la debilidad del Estado son las
desapariciones, porque donde hay desapariciones, el Estado no controla
el territorio”, indica Rivas en conversación con BBC Mundo.
El analista considera que el hecho de que haya pasado más de un mes
desde que los jóvenes desaparecieron para que las autoridades
encontraran evidencias de qué pasó con ellos muestra las falencias de la
autoridad.
El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, había pedido un plazo
de 15 días para resolver la desaparición de los jóvenes, pero los
resultados fueron presentados luego de 34 días.
“El Estado es incapaz de tener una respuesta temprana y pronta.
Hay debilidad para investigar los delitos, hay violación de los
derechos de las personas y falta de acceso a la verdad y la justicia
para las personas”, explica.
¿Por qué los jóvenes?
Como las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
indican, de alrededor de 210 mil homicidios que ocurrieron de 2007 a
2016, más de 107 mil fueron de personas entre 15 y 34 años.
En promedio por cada mujer que fue asesinada, ocho víctimas fueron hombres.
Si bien una parte de ello se explica por el hecho de que el grueso de
la población mexicana es joven, el director del ONC también señala que
las condiciones sociales y económicas hacen propicio el que sean
reclutados.
Uno de los victimarios confesos de los 3 estudiantes era un chico de 20 años, quien está detenido y fue identificado por las autoridades como Omar N.
“Los jóvenes están más expuestos en su vida cotidiana”, señala Rivas,
pues además de que padecen de la falta de respeto a sus derechos
humanos, también carecen de espacios de estudio y trabajo.
“Pueden entrar al narcotráfico o a la delincuencia organizada porque
es el mercado que más fácilmente les recibe, en donde hay ingresos
potencialmente mayores que en un mercado laboral lícito. Pero también
hay quienes ingresan por ser obligados”, indica.
Además de los homicidios, el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas muestra que de 34 mil personas que están en calidad de desaparecidas en México, el 35% son menores de 29 años.
“No es posible continuar así”, expresaron este miércoles en un
inusual comunicado conjunto la UNAM y la Universidad de Guadalajara, dos
de las principales instituciones de educación superior de México.
“Cada uno de ellos representa una investigación fallida, una familia destrozada y una esperanza perdida. La escalada de violencia y la impunidad rampante está presente en todos los rincones de nuestra nación”.
Y añadieron: “Exigimos acciones inmediatas para frenar y erradicar esta violencia que a todos nos agravia e indigna”.
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