Gina Baldivieso
El Alto (Bolivia), 1 sep (EFE).- "He perdido el miedo viniendo aquí,
el miedo se fue", sentencia Julia Pacasi, una aimara boliviana que se
formó como reportera popular en un centro que prepara a los indígenas
del altiplano de La Paz, en particular a las mujeres, para que ejerzan
su derecho a la palabra.
Pacasi es ahora una de las locutoras de la radio local Atipiri,
(Vencedor, en aimara), que pasó por el programa de formación de
reporteras del Centro de Educación y Comunicación para Comunidades y
Pueblos Indígenas (Cecopi).
El Cecopi y la radio fueron fundados en 1997 en la ciudad de El Alto,
vecina de La Paz, por el exministro de Educación y comunicador aimara
Donato Ayma, fallecido en 2016, con el fin de "aportar a que los pueblos
indígenas puedan ejercer su derecho a la comunicación", explicó a Efe
el actual director del centro, Mario González.
A partir de 2009, el centro, -situado en la zona de Senkata, una de
las más pobres y alejadas de El Alto-, empezó a estructurar y ejecutar
proyectos para que las mujeres "puedan formarse como reporteras
populares", y así puedan ejercer la palabra "en todos los espacios en
los que ellas participan", indicó González.
Los cursos incluyen contenidos sobre comunicación radiofónica y
derechos de las mujeres, porque el Cecopi busca que puedan comunicarse
pero además que sepan que tienen derecho a vivir sin violencia, agregó.
Desde su lanzamiento, unas 1.200 mujeres se han formado como
reporteras populares, en una experiencia que González calificó de
"bastante gratificante", porque han constatado que el manejo de la
comunicación radiofónica les permitió "perder el miedo a hablar".
Una vez superado ese temor, algunas se han quedado como reporteras y
otras asumieron cargos públicos o son dirigentes de organizaciones
sociales, remarcó el director del centro.
"La combinación de capacitar a las mujeres en comunicación
radiofónica no sólo nos arroja como producto mujeres reporteras, sino
mujeres empoderadas que pueden ejercer, demandar, presionar por el
ejercicio de sus derechos en espacios de mujeres, pero también en
espacios mixtos", aseguró González.
Nacida en la provincia paceña de Pacajes, Julia Pacasi vive en El
Alto desde hace veinte años y recuerda a Efe que sus padres, aimaras
como ella, solían decirle "que las mujeres no podíamos estudiar".
Un día escuchó en la radio la convocatoria para el curso de
reporteras y decidió acudir, lo que le permitió descubrir que "las
mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres".
"Donde yo crecí me privaban, porque decían que los varones no más
pueden hablar, o ser profesionales, y que por el hecho de que somos
mujeres nos debemos dedicar a ser amas de casa, conseguirnos una pareja y
dedicarnos a cuidar a los hijos. Pero no había sido así", sostuvo
Pacasi.
Elena Miranda, otra locutora de Atipiri formada en el Cecopi,
recuerda cuando llegó a El Alto en 1987 procedente de la localidad de
Warisata, en el altiplano paceño.
"Yo quería estudiar. Mi mamá, mi papá no querían hacerme estudiar.
Ellos me decían 'vas a criar animalitos, vas a vender para tu ropita'.
Por eso me vine aquí", contó a Efe Miranda, quien antes de reportera fue
trabajadora doméstica y albañil.
Cuando se enteró de los cursos para ser "radialista", como se las
conoce, fue al Cecopi con el "temor" de que no le permitieran hacerlos
porque llevaba "polleras", las amplias faldas que forman parte de la
vestimenta típica de las indígenas aimaras bolivianas.
"Me dijeron que podía venir. En 2012 me he capacitado, no sabía de
todo lo que he aprendido en esta radio, de la autoestima, de género, de
derechos humanos", explicó.
Miranda quiso ser reportera porque cuando participaba en alguna
manifestación, los medios no entrevistaban a personas como ella, sino
que buscaban sólo a "los dirigentes varones".
Su vida, al igual que la de Pacasi, dio un giro después de formarse
como reportera, porque ahora se desenvuelven sin temor, hacen
entrevistas, envían despachos a la radio y comparten en sus comunidades
sus conocimientos sobre los derechos de las mujeres.
La ventaja de contar con la radio es que las reporteras hacen sus
prácticas allí mismo, en el idioma en que se sientan más cómodas, pues
las transmisiones son en aimara y castellano, indicó González.
Los cursos son gratuitos, se financian con apoyo de la cooperación internacional, sobre todo, de la Embajada de Suecia.
El Cecopi organiza unos cuatro cursos para reporteras al año, pero
también ofrece formación técnica en áreas como peluquería o repostería.
EFE
gb/lar/pi
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