AMLO: dispuesto a pelea judicial
Opositores blanden Culiacán
Morena: marrullería y violencia
Rosario Robles, ¿a casa?
Sigue batallando la oposición
al presidente Andrés Manuel López Obrador en la búsqueda de la veta
oscura que pudiera permitirle desplegar una estrategia exitosa de
debilitamiento de la figura del político tabasqueño que sin duda ha
recibido una dosis de desgaste en el episodio culichi de la liberación
del hijo de quien fue el narcotraficante más famoso del país pero, aún
así, mantiene la iniciativa y una reacción retadora ante la pretensión
panista de llevarlo a tribunales por presuntos hechos delictivos que la
máxima autoridad nacional habría cometido durante el pasado jueves
negro.
Al estilo de lo sucedido durante el intento foxista de desafuero
(sucedido en diversas fases durante 2004 y 2005, tratando de frenar la
primera candidatura presidencial del tabasqueño), AMLO ha dado un paso
adelante y se ha declarado dispuesto a acudir ante las autoridades que
lo llegaran a citar conforme a las exigencias judiciales encabezadas por
Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional.
De antemano ha revelado el sentido de su defensa: lo acusan aquellos
que propiciaron el cuadro de desastre, en materia de combate al crimen
organizado, ante el cual él ha tenido que tomar medidas diversas pero,
según asegura, fundadas en pensamientos y sentimientos humanistas que
privilegian la preservación de la vida humana por encima del
cumplimiento de fases procesales como la aprehensión de un peligroso
personaje solicitado por un juez, en este caso para fines de
extraditarlo a Estados Unidos.
En el choque entre la técnicamente imperiosa legalidad tantas veces
violentada por los opositores actuales y la valoración pragmática de
necesidades políticas (no caer en la ingobernabilidad) y convicciones
generales (no combatir la violencia con más violencia, ha dicho), López
Obrador parece haber sorteado en lo inmediato un reto (¿o una trampa?)
que de haberse resuelto por la vía del rigor institucional y del apego a
la letra de la ley (imponiendo la fuerza del Ejército al costo que
fuera) hoy probablemente tendría al país en una situación candente, con
fuerzas adversas al obradorismo en demanda de la renuncia de un
presidente de la República
con las manos manchadas de sangre.
Lo sucedido en Culiacán debería llevar al presidente López Obrador y a
su equipo de gobierno, en particular al gabinete de seguridad y más en
específico a los secretarios de seguridad y protección ciudadana, de la
defensa nacional y de marina, a revisar sus discursos, protocolos y
operaciones. Es de considerarse que el país estuvo en riesgo de entrar
en circunstancias sangrientas que habrían acelerado la confrontación por
el poder político que hasta ahora no han podido establecer los
opositores al obradorismo en términos que les fueran favorables o cuando
menos manejables y susceptibles de potenciación políticamente
explosiva.
En otro terreno, el del partido en el poder, Morena, se vive una
circunstancia que da cuenta de los extraños momentos que se viven en un
país de pronto arrojado a una serie de cambios o de intentos de cambio
que en ciertos momentos parecieran tener una lógica alterada o no
suficientemente clara. El prodigio electoral de un partido con cinco
años de creación (Morena recibió su registro como partido político
nacional en julio de 2014, con efectos constitutivos a partir del
primero de agosto) no parece tener relación con el espectáculo de
pasiones y maniobras menores, de marrullería y violencia, que se ha
vivido en las asambleas distritales que buscan definir desde sus bases
las nuevas dirigencias en sus distintos niveles, incluyendo el nacional.
Por otra parte, Rosario Robles Berlanga ha conseguido una decisión
judicial que a partir de errores procesales abre la puerta a la
posibilidad de que el juicio en su contra sea llevado en libertad y no
en prisión preventiva. Del pequeño conjunto de personajes del pasado
político reciente que han sido alcanzados por la breve intención
justiciera de la llamada 4T es la dos veces secretaria en el gabinete
peñista quien ha resultado más escurridiza en esta primera fase. ¡Hasta
mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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