No voy
a negar un cierto cansancio y por eso mismo voy a dejar esa periodicidad tan
concreta y voy a asumir una cierta libertad para escribir. Y esta vez no me voy
a comprometer con las fechas.
No voy
a cerrar el blog, que no se asuste nadie. Sencillamente escribiré cuando lo
necesite y no por obligación. Hacerlo por obligación ha acabado por convertirse
en algo poco creativo y muy obligado. Y escribir y sobretodo escribir sobre
temas relacionados con el feminismo y con las eternas desigualdades que
sufrimos las mujeres, requiere una dosis de creatividad pese a la dureza de los
hechos que acontecen día a día.
No
pienso abandonar la pluma, os lo aseguro, pero necesito despertarme cada
domingo sin la sensación en la boca del estómago que me recuerde que “hoy
toca escribir” y con la eterna duda de “¿no me estaré repitiendo
demasiado?”. Obviamente nos sobran motivos para escribir no cada dos
semanas, incluso cada día, pero al final cuesta, cuesta bastante después de más
de 14 años escribiendo sobre estos temas.
El
blog va a quedar abierto e iré actualizándolo cada vez que tenga necesidad de
escribir.
Me he
puesto en contacto con las agencias de noticias y les he comunicado mi decisión
y en todos los casos me han dejado la puerta abierta para que cuando escriba
algo lo mandé y lo seguirán publicando. Y, también en todos los casos me han
agradecido mi dedicación y mi compromiso.
Me
siento orgullosa de este tiempo que he dedicado a escribir artículos de opinión.
Unos con mayor acierto que otros pero buscando siempre ser honesta con mi
propia evolución y con la realidad de los hechos que siempre me acaba
sorprendiendo. Y como no, en alianza permanente con la actualidad que, al menos
para mí, es una fuente continua de cuestionamientos y preguntas sin resolver. Y
también y, desgraciadamente en demasiados casos, de modelos y patrones que
habría que erradicar.
Dar mi
opinión cada quince días y durante tantos años me ha regalado muchas
posibilidades de conocer a mujeres maravillosas e incluso de trabajar con ellas
puntualmente. Y a muchas otras, las he conocido virtualmente y hoy forman parte
de mi vida. De todas ellas he aprendido mucho y me he ido construyendo como
feminista radical (insisto, de raíz) e incluso como persona.
Con otras
he tenido mis diferencias e incluso alguna de ella, en su día, tomó la libre
decisión de abandonar nuestra relación. A todas les deseo lo mejor y espero que
sean felices.
No
quiero acabar este escrito sin pedir disculpas a la gente que, sin querer o sin
pretenderlo, haya podido molestar. Lo siento.
Obviamente
ha habido gente a quien sí quería molestar y espero haberlo conseguido.
Al
resto, a quienes habéis tenido la paciencia de leerme (o no) cada quince días,
daros mis más sinceras gracias y recordaros que esto no es un adiós. Es solo un
respiro para poder escribir cada vez que lo necesite y no de forma obligada.
Como
indicaba al principio, esta entrada o artículo está costando mucho de escribir,
pero necesitaba explicaros mi decisión.
Nos
seguimos encontrando en “Mujeres sabias y brujas” pero sin
periodicidad pactada ni previa.
Gracias de todo corazón y un beso.
Ontinyent, Esp.
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