Previo a la
sesión, las mujeres que integran la “Marea Verde” en Hidalgo, ingresaron al
congreso desde antes de las 8 de la mañana. Llegaron listas y con la
expectativa puesta en hacer historia, por los antecedentes en Oaxaca y la
Ciudad de México, cuyos congresos aprobaron la ILE hasta las 12 semanas de
gestación.
Con los pañuelos y
las mantas que llevaron al recinto de forma discreta para pasar el mayor número
posible, antes de las 10 de la mañana ya estaban instaladas, confiadas en una
decisión que estaba tomada desde meses atrás y que les dijeron “sería positiva”.
Durante el inicio
de la sesión y las semanas previas, las y los diputados les aseguraron que
contaban con los votos necesarios para que Hidalgo se convirtiera en la tercera
entidad que permitiría el aborto de forma legal hasta las 12 semanas y además
modificaría la punibilidad para que las mujeres no fueran criminalizadas.
El diputado por San
Luis Potosí, Pedro César Carrizales, “El mijis”, también llegó temprano, Su
primer mensaje fue: “estoy en Hidalgo para hacer historia”. Ya adentro del
recinto, colocó su pañuelo alrededor del cuello y sus gafas, tomó lugar dentro
de las integrantes de “Marea Verde” y comenzó la espera.
Entre bromas y
nervios, los lugares se llenaron, diputadas y diputados arribaron a sus
asientos y la sesión inició. La lectura del dictamen sería el punto número 9
del orden del día, no obstante, en una decisión interior, la iniciativa se leyó
entre los primeros puntos.
Feministas con
larga trayectoria se acercaron a los diputados, eran los últimos minutos y los
votos podrían cambiar, así que no estaba de más confirmarlos, asegurarlos,
todos, de palabra.
El diputado Víctor
Trejo subió a tribuna, comenzó la lectura del dictamen. El ambiente cambió, de
la tranquilidad con la que todo había comenzado, ahora había mucho bullicio,
algo parecía no estar bien.
Mientras, Carrizales
se levantó de su asiento, la lectura seguía su curso.
Afuera del
congreso, los grupos conservadores bloquearon las entradas y se instalaron para
rezar por la no aprobación de la iniciativa en medio de cuetes y otras
peregrinaciones por el Día de la virgen, ante el mal tino del congreso de
votarla ese día.
Los estandartes de
la virgen María y los pañuelos verdes se encontraron afuera del congreso, los
conservadores planearon entrar y reventar la sesión, pero las guerreras de diamantina
rosa en los puños, no lo permitirían.
De la mano, una a
una se unieron para abanderar la entrada del congreso. Se escuchó entonces la
primera consigna “¡y ahora que estamos juntas, y ahora que sí nos ven, abajo el
patriarcado, se va a caer, se va a caer!…”
Del otro lado, los
“ave María” continuaban, primero como un susurro y luego como un grito. Las
feministas de trinchera no cedieron; sus mejores arengas estaban listas como su
voz incansable.
Dentro, un pequeño
grupo de la “ola celeste”, como se hicieron llamar los grupos provida, ingresaron
el recinto, se colocaron en el lado opuesto a la “Marea Verde” y gritaron
insultos a los diputados. La legisladora Susana Ángeles tuvo que detener la
sesión para pedir respeto y silencio.
En las butacas
estaban las feministas listas ya con el pañuelo verde y las serpentinas para la
celebración, y con su indignación por si el resultado no era el esperado. Bastó
una mirada entre todas para acordar no caer en provocaciones.
Carrizales volvió
a su asiento. Su semblante no era el mismo. Serio, callado, esperó con el resto
mientras los conservadores levantaron más la voz y el tono de los insultos. Uno
de ellos en particular, los llamó “genocidas de hidalguenses en el vientre
materno”, mientras hablaba continuamente por teléfono.
Después de la
lectura y las participaciones, comenzó la votación. En contra, en contra, en
contra… Nada nuevo, los panistas siempre han sido de postura clara. En contra,
en contra, en contra….Ahí vino la primera sorpresa, los morenistas “aliados”
fueron los primeros en cambiar su voto.
Y continuó el peor
panorama de todos. Roxana Montealegre y Ricardo Baptista, ambos de Morena,
quienes recién habían mirado a los ojos a las feministas para garantizar su
apoyo, votaron en abstención.
Los rostros de las
integrantes de los colectivos eran de asombro. Quienes habían dado su palabra
hace apenas unas horas, habían desechado el trabajo de meses, de años de
conciencia, de despenalización social.
Dieron el
resolutivo: 15 en contra, 10 a favor y 5 abstenciones…
Los gritos de las
feministas comenzaron. Era necesario decirles todo lo que ya no estaban
dispuestas a callar.
Alguien del lado
de los conservadores lloró con un alarido estruendoso y gritó ¡Gracias!
Pero el tema no
era cuestión de fe, religión, posturas de partido. Más bien eran otros
intereses.
Uno de los
primeros en salir fue Pedro César Carrizales, quien en entrevista dio a conocer
que durante la charla, Ricardo Baptista le dijo que la iniciativa no pasaría
porque el siguiente año es electoral y no asumirían este costo para las
candidaturas que vienen.
-¿Eso fue lo que
le dijo el diputado?- Preguntaron representantes de los medios.
-Sí, eso fue lo
que dijo. Y es lo más lamentable, porque los derechos no están sujetos a
posturas políticas, se están convirtiendo en lo que deberían destruir. Eso es
corrupción.
Detrás de él salieron
las feministas Bertha Miranda, integrante de la organización en derechos
sexuales y reproductivos Ddser, quien enfatizó que la decisión de los diputados
se vería reflejada en las urnas, porque esa fue la cancha que decidieron jugar.
Calificaron el
acto como una traición a las mujeres hidalguenses y descalificaron totalmente
que fuera por temas electorales y no sociales, y de garantía de derechos.
Afuera del
congreso, la decisión llegó a los grupos. Las feministas, siempre perseverantes
no dejaron de corear al feminismo, porque este no es un trabajo de un día o de
una iniciativa. Este trabajo lo hacen todos los días.
En círculo se
abrazaron, lloraron, dijeron lo enojadas y decepcionadas que se sentían. El
mensaje no acabó ahí, con la rabia en los pañuelos todas sentenciaron: “Mañana
seguiremos aquí, más unidas y con más aliadas. El feminismo es incansable y llevamos
haciendo esto mucho tiempo”
La frase que cerró
el día y que aún resuena en las paredes del congreso:
“Las legislaturas se van y nosotras nos quedamos”.
Pachuca, Hgo.
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