CIUDAD DE MÉXICO (apro/Los Periodistas).- Debemos estar de fiesta. Con el histórico aumento de 20 por ciento al salario mínimo, México comenzó a revertir una tendencia de pérdida del poder de compra de los trabajadores que duró 40 años.
Sí, cuatro décadas en que el salario, sobre todo de los trabajadores más pobres, perdió ante los precios de los productos básicos.
En 1976, al finalizar el gobierno de Luis Echeverría, el salario mínimo alcanzó su mayor nivel en la historia de México o, al menos, desde 1934, con el equivalente a 338 pesos.
Paulatinamente el salario fue retrocediendo hasta el año 2000, cuando se ubicó en 78 pesos y se mantuvo en el mismo nivel los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, hasta que este año subió a 102 pesos con 68 centavos y a partir del próximo año a 123 pesos con 22 centavos.
Es la primera vez en casi cuatro décadas, más tiempo que todo el periodo neoliberal, que el salario mínimo se ubica por arriba de la canasta alimentaria.
Y no es cierto que casi nadie gana el salario mínimo: Casi 11 millones de trabajadores tienen ese ingreso, según el INEGI.
Pero este beneficio no es sólo para los trabajadores que perciben el mínimo, porque también impacta en otros salarios y también por eso debemos estar de fiesta.
Esta conquista no es sólo obra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sino de académicos que promovieron la discusión, de sindicatos que se movilizaron y de empresarios que asimilaron la idea para, todos, coincidir en un acto de justicia y de moralidad pública, y de respeto por los trabajadores y sus familias.
Esto demuestra que sí es posible contrarrestar la pobreza y la miseria en México, que afecta a más de la mitad de la población y que nos avergüenza como nación.
Este análisis se tomó del programa Los Periodistas de LaOctavaPLus
No hay comentarios.:
Publicar un comentario