12/21/2019

Mujeres revolucionarias y periodistas


Escribir para transformar
Fragua

En una sociedad donde las mujeres eran vistas como seres inferiores y sin derechos, las mujeres periodistas con su pluma se atrevieron a romper prejuicios y por primera vez comenzaron a ocupar puestos que sólo eran permitidos a los hombres, comenzando así a expresar una postura política frente a una realidad que las cuestionaba día con día, y abriéndose camino entre una multitud de costumbres que no les permitían opinar ni sobre propia vida. De esta manera su afán de decir por fin lo que por años se les obligó a callar las llevó a salir a las calles para emanciparse, conquistar su libertad y decidir su propio rumbo.
Algunas de ellas lograron publicar sus propios periódicos, en los cuales pusieron todo su ahínco, pues eran sus armas para expresar su descontento con el gobierno de Porfirio Díaz y la Iglesia. Como ejemplo de esto tenemos el periódico Vésper un semanario femenil fundado en 1901, que se publicó hasta 1911, cuyo objetivo era defender la causa obrera y minera, criticar abiertamente al gobierno opresor y defender el antirreeleccionismo. Este diario fue fundado por dos mujeres, Juana Belém Gutiérrez de Mendoza y Elisa Acuña Rosseti, ambas profesoras, periodistas y revolucionarias que no tuvieron miedo de expresar su postura política, pues deseaban transformar su realidad por una donde las mujeres fuéramos tomadas en cuenta y pudiéramos votar.
Elisa Acuña Rosseti nació en Hidalgo, el 8 de octubre de 1887. Fue una mujer que con sólo 13 años de edad obtuvo su título de maestra, dedicándose a dar clases en las zonas rurales. Elisa tuvo un acercamiento con las ideas revolucionarias de los hermanos Flores Magón. Juana Belém nació el 27 de enero de 1875, en San Juan del Río, Durango. Vivió rodeada de pobreza y, al igual que Elisa, fue una profesora que apoyó el magonismo y el zapatismo, y defendió los derechos de los mineros de La Esmeralda, en Chihuahua, por lo que fue encarcelada en la prisión de Minas Nuevas en 1897. 
Elisa y Juana Belém decidieron fundar el diario Vésper en 1901, por lo cual fueron perseguidas, al ser periodistas de oposición. Así, tuvieron que trasladarse a diferentes lugares para poder continuar sus publicaciones, primero en Guanajuato y luego en el entonces Distrito Federal, hasta que fueron enviadas a San Antonio Texas, y aún desde allí continuaron su labor. Además de redactar el periódico Fiat lux de tendencia socialista, ambas mujeres fueron muy activas y a pesar de que fueron aprehendidas en varias ocasiones continuaron con sus ideales que eran apoyar al pueblo y exigir cambios profundos en nuestro país.
Junto con otras mujeres, como Dolores Jiménez y Muro, fundaron un grupo de aproximadamente 300 mujeres llamado Hijas de Anáhuac, el cual demandaba mejores condiciones laborales y propugnaba huelgas, con el objetivo de construir un mejor futuro para las mujeres. Gracias a sus luchas se pudieron conseguir algunas conquistas que no debemos olvidar, hoy día debemos ser consecuentes y seguir su camino, ya que las injusticias aún continúan, debemos luchar por la transformación de la sociedad.
Como mujeres conscientes de la realidad de miseria y explotación a la que somos sometidos hombres y mujeres por el sistema capitalista es necesario seguir escribiendo, haciendo agitación y seguir en las calles luchando por una vida digna para todos.
Te invitamos a escribir y repartir FRAGUA y usarlo como instrumento de lucha por el socialismo, para que los sueños de todas estas mujeres de una sociedad justa y digna para todos se hagan realidad, no seamos simples observadoras, sino parte de la transformación hacia el socialismo.
Nota:
Este artículo fue publicado como parte de la sección "Mujeres construyendo historia" del No. 48 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Noviembre-Diciembre, 2019.

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