La represión, hostigamiento y amenazas contra pueblos y comunidades no conoce de cuarentenas ni de sanas distancias. Estas semanas, mientras el foco se mantiene en la emergencia sanitaria por el Covid-19 y los llamados a mantenerse en casa, caciques, grupos criminales y paramilitares, entre otros actores violentos, están muy lejos de mantenerse a raya.
En Jalisco, por ejemplo, autoridades municipales y caciques de Villa Guerrero ordenaron ataques violentos contra integrantes de la comunidad autónoma wixárika y tepehuana de San Lorenzo de Azqueltán, de acuerdo con la denuncia del Congreso Nacional Indígena–Concejo Indígena de Gobierno (CNI-CIG).
Y en Chiapas, difundió el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, se intensificaron las agresiones armadas de grupos paramilitares contra comunidades tzotziles del municipio de Aldama que se encuentran en desplazamiento forzado, condición que los vulnera aún más frente al Covid-19.
Y siguiendo la cadena de vio-lencia contra comunidades y de-fensores, el pasado 23 de marzo fue asesinado en Juitepec, Morelos, el ambientalista Isaac Medardo Herrera, defensor de la reserva natural Los Venados y representante legal de 13 pueblos en defensa del manantial Chihuahuita.
Otra defensora asesinada estos días es Paulina Gómez Palacio Escudero, acompañante del pueblo wixárika en su lucha contra las minas y en defensa de Wirikuta. Paulina fue encontrada sin vida en el municipio de El Salvador, Zacatecas, el 22 de marzo.
Y por si fuera poco, mientras los pueblos se resguardan del virus mundial, en México se aprobó con expresiones de júbilo de sus promotores en el Congreso, la ley de Fomento y Protección del Maíz que, como advierte Ramón Vera-Herrera, de la Red en Defensa del Maíz,
no prohíbe los transgénicos, fomenta la privatización de las semillas nativas y nos quiere hacer creer que con reservacio-nes de cultivo tradicional en un mar de cultivos inespecíficos, ya podemos cancelar la lucha por el maíz libre de OGM.
Sin duda es hora de no moverse por las calles. Y de no callarse, pues es claro que para los pueblos no hay tregua.
Le tienen más temor a un parón económico que al Covid-19
Será tremendo el efecto de parar el trabajo
También preocupa que disminuyan las remesas
En cuestión de días
se trastocó la vida del país por el efecto del Coronavirus. Aunque los
casos confirmados y el número de fallecimientos es pequeño en
comparación a otros países, el gobierno federal ha dictado una serie de
medidas, como aislarse en casa y parar labores en centros de trabajo,
cuyo efecto ha sido que se apaguen amplios sectores de la actividad en
la República. El sondeo de esta semana preguntó: ¿Qué te preocupa más en
este momento?; 69 por ciento de los participantes contestó:
que se deteriore más la economía.
Metodología
El sondeo fue distribuido por redes sociales.
Participaron 2 mil 865 personas: en Twitter, 927; en El Foro México,
637, y en Facebook, mil 301.
Por si el coronavirus…
…“A la vida gracias
doy”, por las horas incontables de felicidad, de risas y sonrisas, de
copas llenas, mesas colmadas, y las manos aladas de ella, la Paloma.
Por la bondad inefable de mi padre y la alegría infinita de mi madre / por la promesa cumplida de sus mil besos.
Por las palabras, poderosas herramientas que la lengua de mi raza
puso a mi alcance / por la risa y el alma de los niños / por el mar y el
cielo / por las flores y las frutas / por los colores, la música y el
tiempo / por la lluvia y el aire / por el sol, la luna y las estrellas /
por los números y las ideas / por la conciencia, que tantas alegrías y
pesares me ha causado.
Por el sueño, que de niña me permitía vivir la fabulosa experiencia
de volar como las aves / por Dominga que me cargó en sus brazos mi
primer año de vida, y por la leche de burra que me alimentó y me salvó
de la muerte temprana.
Por la melancolía, la angustia y la nostalgia, melodías
irrenunciables de la existencia humana / por la belleza / por la soledad
y el silencio/ por la rebeldía que me salvó de algunas cosas.
Tres tristes primitivo
Covid-19 da para todo
En estos tiempos pandémicos la
feligresía neoliberal muestra el cobre por doquier y en su enfermedad
promueve el falso debate que busca
convencera los gobiernos del mundo de que en estos momentos aciagos la
prioridades el salvamento económico y no la protección de vidas. Ahí están los patéticos ejemplos de Donald Trump, Boris Johnson y Jair Bolsonaro (representantes de la más pútrida ultraderecha), quienes son mensajeros, a la vez que destinatarios, de esa primitiva forma de
arreglarlas cosas.
Tarde que temprano la economía es recuperable, pero las vidas no.
Pero esa tercia de cavernarios insiste en que el Covid-19 no pasa de ser
una gripita. En su feroz lucha por decir la mayor cantidad de idioteces
por segundo, Trump, Johnson y Bolsonaro cotidianamentereiteran ese
dicho, a pesar del contundente avance de la pandemia. En los hechos,
rápidamente, ese resfriado ha llevado a Estados Unidos a ser el centro
mundial de la pandemia (más de 100 mil casos) y a Brasil (más de 3 mil)
para el caso latinoamericano, mientras el mechudo primer ministro de
Reino Unido (él mismo infectado) parece feliz con el crecimiento
exponencial (cerca de 15 mil) en su propia tierra.
Paradójicamente, esos tres cavernarios
salvadores, quienes priorizan el asunto económico, representan –por decirlo así– a sus respectivas naciones en el Grupo de los 20 (G20), el mismo que apenas el jueves pasado se comprometió a
hacer lo que sea necesario para superar la pandemia y a no escatimar esfuerzos para proteger la vida de las personas, en el entendido de que para combatirla
se requiere de una respuesta global transparente, robusta, coordinada, de gran escala y basada en la ciencia, con espíritu de solidaridad. Estamos fuertemente comprometidos a presentar un frente unido ante esta amenaza común, es decir, lo contrario a lo dicho por Trump, Johnson y Bolsonaro. Sin duda, la salud económica es importante, pero no hay discusión: primero la vida.
Pero la pandemia también ha sido útil para que de ella se cuelguen
los organismos promotores del modelo neoliberal para encontrar culpables
del desplome económico, como en el caso del Fondo Monetario
Internacional, el mismo que desde abril del año pasado –cuando menos–
advertía sobre el debilitamiento económico global, que apuntaba a otra
recesión.
Ahora, con el Conavid-19 arrasando naciones, el responsable de la
caída ya no es el depredador modelo neoliberal ni las mafias financieras
y empresariales, sino el bicho. La directora gerente del FMI,
Kristalina Georgieva, ya encontró a quién echarle la culpa.
La pandemia, dice,
deja en claro que hemos entrado en recesión; la caída de la economía será igual o peor que en 2009(cuando la pandemia de la influenza, que se presentó después de la crisis inmobiliaria y financiera en Estados Unidos que afectó a todo el mundo).
Editorial
Con la última reunión de
procedimiento de los comités nacionales de normalización de Economía y
Salud, culminó ayer el proceso de aprobación de la nueva norma oficial
sobre el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas prenvasados,
por lo que únicamente es necesaria su promulgación por parte del
Ejecutivo federal para su entrada en vigencia. La
NOM-051-SCFI/SSA1-2010, conocida como de
etiquetado frontalestablece, entre otras medidas, un sistema de octágonos de advertencia que deberán colocarse en todos los alimentos y bebidas procesados con altos contenidos de sustancias nocivas para la salud: azúcar añadida, sal, grasas, grasas trans, calorías y edulcorantes.
Adiós a Sergio González Gálvez
Con profunda pena expreso mi
dolor, hemos perdido a un diplomático ejemplar, entrañable maestro y
amigo por medio siglo: Sergio González Gálvez
Entre otras muchas
discriminaciones que sufren la mayoría de los Estados Miembros de la
comunidad internacional, hay una que en cualquier momento puede causar
una tragedia a escala mundial, me refiero a la cada vez más extensa
proliferación nuclear, puesto que mientras Estados Unidos, Rusia, Gran
Bretaña, Francia, República Popular de China, Israel, India, Paquistán y
República Popular Democrática de Corea poseen armas nucleares e
inclusive algunos se vanaglorian del perfeccionamiento de esas armas en
su poder, y ellos mismoshan tratado de mantener un freno para que otros
Estados no las obtengan, utilizando el discriminatorio Tratado sobre No
Proliferación de Armas Nucleares de 1970 que será evaluado en una
Conferencia en Naciones Unidas en Nueva York a celebrarse a partir del
27 de abril próximo.
Hay circunstancias que se asemejan mucho a otras. Decía José Gaos que la historia es un proceso de repetición y de creación.
Frente a los decretos de excepción expedidos por diversos gobiernos, el “ shock
sicótico-viral” extendido por los pueblos del mundo, y el peligro
científicamente probado del coronavirus, movimientos sociales crean
formas de extender la solidaridad. Primero, para atender a las personas
mayores, el sector más vulnerable en la pandemia. Después, para
enfrentar los costos sociales que ya se colocan sobre los hombros de los
de abajo.
Cuando, habiendo
desatendido el diálogo en curso, Conagua abre las compuertas de una
presa tan importante como La Boquilla, no sólo deja el paso libre a
miles de metros cúbicos adicionales de agua, sino también a la
resistencia espontánea y furiosa de los productores y la población, a
descalificaciones, lucros políticos y hasta a los infiltrados y
provocadores.
Doce años después
de la crisis financiera de 2008 la historia se repite, no sabemos aún si
como tragedia más profunda o directamente como farsa. Tres mil millones
de personas en el mundo confinadas por un coronavirus, llamado SARS
CoV-2, que ha pateado el tablero mundial, pero también ha logrado lo que
el socialismo no pudo: que se asuma la imperiosa necesidad del Estado
como herramienta para garantizar la reproducción de la vida ante al
avance depredador del capital.
Muchos de los mitos
de la antigua civilización griega fueron creados para explicar rasgos
de la condición humana. A este respecto, el mito conocido como la
Caja de Pandoracuenta cómo Pandora, según la versión del poeta Hesíodo, abrió con sus manos la tapa de una tinaja, de la que escaparon numerosos lugrá, es decir, males, penas, enfermedades y dolores que ocasionarían la muerte a los seres humanos. Análogamente, podemos decir que la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19) es uno de los lugrá que están afectando a México y el mundo, ya que, de acuerdo con el informe coordinado por el epidemiólogo Neil Ferguson, del Imperial College de Londres (https://bit.ly/2JdEKnk), es el virus, sin acceso hasta ahora a medicamentos y vacunas, más peligroso que ha enfrentado la humanidad desde la pandemia de la gripe A/H1N1 de 2009.
Como las guerras, las
pandemias tienen el potencial de sacudirlo todo, dentro y fuera de las
naciones, en las instituciones y comunidades. Pueden desorganizar,
recluir en sus casas a la mitad de la población, cerrar fábricas y
comercios, acelerar crisis económicas, vaciar los almacenes y farmacias,
dejar sin escuela a decenas de millones, alentar el miedo cerval a un
enemigo invisible, obligar a pensar en la supervivencia mediante el
conteo diario de los fallecimientos, agonizantes y contagiados y alterar
así y llevar al límite los sustentos emocionales básicos que son fuente
de estabilidad. Y además pueden impulsar a ver de distinta manera y a
cuestionar las estructuras de poder que desde fuera y, en reflejo, desde
dentro, organizan nuestras vidas.
Alejandro Nadal fue la
primer persona que entrevisté en México. Conocía algunos de sus
excelentes trabajos críticos de las patentes –en general, de los
sistemas de propiedad intelectual– que se difundieron ampliamente por el
mundo cuando el tema estaba candente a partir de su inclusión en la
Organización Mundial de Comercio. Entré en contacto con sus escritos a
través de la Red del Tercer en Mundo, con sede en Malasia (https://twn.my/title/nadal-cn.htm)
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