1/31/2010

A la Mitad del Foro

De catilinarias y bajas expectativas

León García Soler
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César Nava y Jesús Ortega Martínez, líderes nacionales del PAN y el PRD, respectivamente, durante la reunión anual de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales, en Boca del Río, VeracruzFoto La Jornada
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a necesidad tiene cara de hereje. O de cómo llegó Jesús Ortega a elogiar a Winston Churchill, y Felipe Calderón al elogio edulcorado a las poderosas matronas que mandan en Zacatecas, mientras Beatriz Paredes retomaba el verbo combativo para proclamar que las iniciativas de reformas presentadas por el titular del Ejecutivo ¡no pasarán!

El PRD hará las alianzas que quiera, o pueda; las que dispongan las falanges cesarianas del PAN en fuga. Ortega va a todas. Ofreció Tamaulipas a Lino Korrodi, al proveedor de dinero oscuro para la campaña de Vicente Fox. El torvo personaje abandonó la batalla antes de tronar los primeros cohetes. Y Jesús fue a Veracruz, a participar al lado de César Nava y de Beatriz Paredes en acto empresarial de esperanzas truncas y desilusión amarga. A puerta cerrada, pidió a los dirigentes municipales del PRD no descartar una alianza con el PAN, sumarse a la candidatura de Miguel Yunes, quien cuenta con el apoyo del presidente Calderón; el candidato del PRI, dijo, será sin duda el diputado Javier Duarte y eso producirá enorme división: los perredistas serían muy tontos si no aprovechan la ocasión.

No sé si Javier Duarte va a ser el candidato. Pero las huestes de Fidel Herrera aplauden el fatalismo del perredista que predice la victoria priísta en las elecciones de 2012 y el retorno al poder de un PRI autoritario y feudal. El PAN lanzó a la foxiana Xóchitl Gálvez. EL PRD lanzó al suyo. Convergencia ya lo tenía. ¿Coalición de triates? Puebla es tierra de nadie. Gabino Cué ya dijo que Oaxaca bien vale una misa. Y Porfirio Muñoz Ledo lanzó la voz de alarma: El pragmatismo tiene sus límites, y no hay que olvidar que por lo menos se puede perder lo más. Cordura, madurez, pide el envejecido enfant terrible que ve algo de esquizofrénico en el accionar de los partidos que anuncian su unión, mientras Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa la rechazan.

Felipe Calderón admira el poder de las tres mujeres que encabezan los respectivos poderes de Zacatecas. Beatriz Paredes preside el Comité Ejecutivo del PRI y no es la primera mujer en desempeñar el cargo. Las delicias de la democracia sin adjetivos incluyen las cuotas de género, un número determinado de las candidaturas para las mujeres. Se acata pero no se cumple. En esta legislatura solicitaron licencia muchas de las que ocuparon una curul debido a la cuota y la entregan a sus respectivos suplentes por acuerdo previo. Damos vueltas a la noria. Barack Obama anunció en el Capitolio el decreto que fija pago igual para mujeres y hombres que desempeñen trabajo igual. Aquí, la derecha rechaza la despenalización del aborto reformando la Constitución local de 19 estados.

Y la clerigalla se impone al poder constituido que ha hecho ley el matrimonio entre personas del mismo sexo. Combatimos las guerras del siglo XIX. Felipe Calderón participa en actos de culto público y el cardenal Rivera en actos político-electorales: desde el púlpito señala a los partidos políticos por cuyos candidatos no deben votar los feligreses. Con y sin argumentos válidos, la derecha en el poder se opone a reformar el artículo 40 de la Constitución para incorporar la palabra laico. Hay quienes callan y los hay con argumentación lúcida y razonamientos más propios de cátedra académica que de un debate político. Pero desde el poder, la derecha no razona, golpea. O desempolva facultades para enviar al procurador general de la República a postular la inconstitucionalidad de la ley del matrimonio de parejas del mismo sexo.

Al borde del desastre, enfrentado al cuestionamiento de la oposición plural a la miscelánea enviada a título de reforma política, Felipe Calderón opta por lanzar una catilinaria desde la tribuna de un organismo empresarial. Yo soy la verdad. Los que se oponen a mí traicionan el mandato de los ciudadanos, pretenden imponer sus ambiciones personales o de partido a toda costa. Y vuelve el eco distante del autoritarismo del partido hegemónico. La terca realidad inclinó a favor del Congreso la balanza de la capacidad de decidir, de dictar la agenda política; hizo efectiva la división de poderes; el sistema de pesos y contrapesos acotó al poder presidencial fincado en la sumisión de legisladores y gobernadores.

Hace nueve años que el mundo entero pudo ver desnudo al tlatoani. Ya nadie viste andrajos para aproximarse musitando: Señor, mi señor, gran señor. Desde Veracruz alzó la voz Beatriz Paredes para decirle al presidente Calderón que era absurda la estrategia de atacar, insultar, calumniar, culpar de todos los males que en el mundo han sido, al partido mayoritario sin cuyos votos no hay manera de aprobar iniciativa alguna. Del autoritarismo al autismo. Sueltas las amarras, diputados y senadores votan como quieran, sin más límites que el de una razonada disciplina de fracción, o el de las lealtades al compromiso personal, al compromiso político con los gobernadores de sus respectivos estados, como ha sido siempre; y donde no gobierna un priísta, con aquellos que les brindaron apoyo material y respaldo abierto en sus campañas.

Ese es el PRI autoritario y feudal que quita el sueño a Jesús Ortega. Gobernadores que ejercen sus facultades en espacios de poder real. Legisladores libres de la tutela del presidente-árbitro de última instancia, del donador de todos los bienes, dueño del poder infinito de la expectativa. Se acabó, se agotó, se esfumó en la alternancia que llevó a Fox a Los Pinos. Los sombríos lustros de crisis recurrentes y reformismo tecnocrático; las fanfarrias en honor del arribo del sufragio efectivo y la supremacía de la economía que dictó rumbo a la política, mientras despojaba al poder político de la rectoría económica, fueron a dar al basurero de la historia.

No parió un ratoncito el sistema del poder constituido y creación de instituciones del Estado. El vacío del poder presidencial lo ocuparon la división de poderes y la restauración del federalismo. Aflora el desencanto de la derecha que se hizo del poder con el voto útil sumado a los sufragios del hartazgo con los malabarismos y corruptelas. Es comprensible que los panistas estén dispuestos a aliarse con el demonio mismo; es más, a volver a pedir el concurso del PRD y su clientela para derrotar al PRI. En Yucatán lograron el retorno temporalero de la casta divina encarnada en Patricio Patrón Laviada. Hoy despacha en Los Pinos Felipe Calderón y ven al PRI autoritario y feudal a la puerta.

¿Pero qué diablos creen ganar los dirigentes del PRD con la entrega del voto útil a las falanges de César Nava? ¿Qué los impulsa a ayudar a la derecha a congraciarse con los dueños del dinero y conservar el poder? Mal ha gobernado nuestra patética derecha durante los 12 años transcurridos desde que Ernesto Zedillo perdió la mayoría en la Cámara de Diputados. Pero ejercen el poder, imponen la visión retrógrada de la intolerancia religiosa y la estulticia reaccionaria.

Prefiero trabajar con bajas expectativas, dijo en las alturas de Davos Felipe Calderón. El peor enemigo de cualquier político, en cualquier estado, es que se depositen (en él) muy altas expectativas. Así que yo prefiero trabajar de esta manera. Hoy vuela a Japón. Buen viaje. Puede ir confiado en que son más bajas que nunca las expectativas de la mayoría de los mexicanos.

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