Julio Hernández López: Astillero
Lo electoral no ofrece para el futuro inmediato más que la seguridad de que seguirá en el poder lo peor de la clase política, mediante los peores métodos y con las peores intenciones. Los gravísimos problemas nacionales no han logrado remover ni mejorar los procesos de selección de candidatos partidistas ni el entramado de sucios intereses que suele acompañarles hasta las urnas y ya en el ejercicio de los cargos buscados. Por el contrario: hoy se asiste a la consolidación de cacicazgos estatales a cargo de gobernadores priístas que, salvo en el caso de Chihuahua, en todos los demás impusieron a quienes quisieron como aspirantes a la sucesión, condicionada ésta a que los delfines designados les cuiden las espaldas en términos políticos y judiciales.
Las maquinarias priístas de avasallamiento electoral, financiadas con recursos públicos y con aportaciones privadas de oscuros y densos donantes-inversionistas, pretenden ser confrontadas mediante un artificio que en lugar de promover moralidad y esperanza las hunde: las famosas alianzas antitéticas que han llevado al panismo y al perredismo a aberraciones como la de ver actuando como débil oposición al partido presuntamente en el poder y al del sol azteca hacer pactos con su presunto adversario histórico irreconciliable. Asociación perversa de quienes se declaran tempranamente perdedores al grado de que sólo juntando sus capitales enemigos podrían aspirar a girar algún cheque de baja monta, siempre con el panismo como único beneficiario posible, con el perredismo chucho como comparsa en busca de migajas privatizadas y con la ínfima propuesta desoladora de cambiar a unos priístas por otros, sin perspectiva real de cambios más que de nombres y bandos.
Hay un panorama político rediseñado a partir de las alianzas perreánicas y los pactos de Bucareli que no pudieron ser mantenidos en secreto: el priísmo se ha desgastado en estos trances, pero no a los niveles de PAN y PRD; Peña Nieto pudo salir adelante del escándalo de los contratos firmados y su adversario Beltrones apenas alcanzó a fijar posición adversa a lo hecho por Paredes y el gobernador del estado de México, pero sin afectar el posicionamiento mediático adelantado de éste. En el PAN las noticias no pueden ser peores: Calderón se pelea con todo mundo y cada vez está más solitario y acotado, con una fuerza de control estadunidense cada vez más explícita y con una silenciosa rebelión de gobernadores priístas en contra (ayer, el de Tamaulipas se quejó de la desatención del gobierno federal a los problemas de fondo de su entidad; antes, la de Yucatán le había plantado en el aeropuerto y le había puesto cara de molestia durante una gira amarga, y más atrás, el de Coahuila había hecho críticas duras a esa misma administración felipista belicosa). El comisionado de Los Pinos para el manejo del PAN, César Nava de Patylú, carece de fuerza y respetabilidad, pero allí sigue, para evitar que prospere alguna rebelión interna contra el jefe real, Calderón, si se abriera alguna fisura mediante la renuncia del golpeado César. El PRD sigue viento en popa en los niveles directivos en cuanto a ganancias por las alianzas con el PAN, aunque socialmente se ha desdibujado y los resultados electorales (que son lo de menos para las cúpulas, pues sus pagos los consiguen por otras vías) podrían ser lamentables.
En ese esquema, López Obrador se ha quedado atrás y en riesgo de ser rebasado por los veloces reacomodos en curso. Mantiene, desde luego, una base social que le es absolutamente fiel, pero ya no hay signos de control de las estructuras partidistas o frentistas, pues sin ningún empacho los Chuchos le juegan las contras (antes se detenían un poco ante el temor de señalamientos o acusaciones del tabasqueño) y el tal Dia (sucesor del frente de tres partidos que tenían como eje a AMLO) es manejado por Manuel Camacho más en función de los intereses de Marcelo Ebrard y de una convivencia pragmática con el calderonismo. Otra franja de seguidores de López Obrador han quedado insatisfechos con la manera tibia y fuera de tiempo con que ha reaccionado ante los planteamientos de las alianzas perreánicas, aferrado a una pálida descalificación meramente discursiva.
El gran caldero sigue hirviendo, los gringos cada vez asoman más la mano sobre el tablero del perdido control nacional y la economía no repunta en la proporción que los discursos oficiales, pero la política y los políticos siguen igual, obsesionados con el tejido de las redes de poder que garanticen que todo siga igual, o peor.
Astillas
Varias columnas atrás (el 26 de enero, con el título Zacatecas, ¿al PAN?) se habló aquí de los indicios de arreglos para que en Zacatecas triunfe un panista a cambio de allanar el camino a alguna de las dos García (Amalia o su hija plenipotenciaria, Claudia Corichi) en aventuras políticas futuras, por ejemplo, una candidatura en el Distrito Federal de la todavía Señora Gobernadora. Ayer le preguntaron a Jesús Ortega sobre esos pactos en lo oscurito para favorecer al blanquiazul a costillas del sol azteca y, obviamente, lo negó con la misma enjundia con que meses atrás negaba que estuviera en curso un reconocimiento de Nueva Izquierda a la condición presidencial de Felipe Calderón. Lo cierto es que en Zacatecas el candidato del PRD, los Chuchos y las poderosas García nomás no levanta vuelo, de tal manera que todo puede suceder (incluso, que el PAN gane) en un escenario político intencionalmente fracturado y envenenado en el que compiten los candidatos de las familias PRI, Monreal, García y Calderón... En Sinaloa, Felipe Calderón cumplió con su propósito de cerrarle el paso a los panistas verdaderos (Heriberto Félix Guerra y Manuel Clouthier junior) y dejar que la sucesión se dirima entre priístas: unos, del lado del actual gobernador, Jesús Aguilar; otros, del lado (panista) del ex gobernador Juan S. Millán... Y, mientras Ulises baja el switch en Oaxaca, ¡hasta mañana, con Jean Succar Kuri de regreso a casa, en un Cancún de puertas abiertas!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Lo electoral no ofrece para el futuro inmediato más que la seguridad de que seguirá en el poder lo peor de la clase política, mediante los peores métodos y con las peores intenciones. Los gravísimos problemas nacionales no han logrado remover ni mejorar los procesos de selección de candidatos partidistas ni el entramado de sucios intereses que suele acompañarles hasta las urnas y ya en el ejercicio de los cargos buscados. Por el contrario: hoy se asiste a la consolidación de cacicazgos estatales a cargo de gobernadores priístas que, salvo en el caso de Chihuahua, en todos los demás impusieron a quienes quisieron como aspirantes a la sucesión, condicionada ésta a que los delfines designados les cuiden las espaldas en términos políticos y judiciales.
Las maquinarias priístas de avasallamiento electoral, financiadas con recursos públicos y con aportaciones privadas de oscuros y densos donantes-inversionistas, pretenden ser confrontadas mediante un artificio que en lugar de promover moralidad y esperanza las hunde: las famosas alianzas antitéticas que han llevado al panismo y al perredismo a aberraciones como la de ver actuando como débil oposición al partido presuntamente en el poder y al del sol azteca hacer pactos con su presunto adversario histórico irreconciliable. Asociación perversa de quienes se declaran tempranamente perdedores al grado de que sólo juntando sus capitales enemigos podrían aspirar a girar algún cheque de baja monta, siempre con el panismo como único beneficiario posible, con el perredismo chucho como comparsa en busca de migajas privatizadas y con la ínfima propuesta desoladora de cambiar a unos priístas por otros, sin perspectiva real de cambios más que de nombres y bandos.
Hay un panorama político rediseñado a partir de las alianzas perreánicas y los pactos de Bucareli que no pudieron ser mantenidos en secreto: el priísmo se ha desgastado en estos trances, pero no a los niveles de PAN y PRD; Peña Nieto pudo salir adelante del escándalo de los contratos firmados y su adversario Beltrones apenas alcanzó a fijar posición adversa a lo hecho por Paredes y el gobernador del estado de México, pero sin afectar el posicionamiento mediático adelantado de éste. En el PAN las noticias no pueden ser peores: Calderón se pelea con todo mundo y cada vez está más solitario y acotado, con una fuerza de control estadunidense cada vez más explícita y con una silenciosa rebelión de gobernadores priístas en contra (ayer, el de Tamaulipas se quejó de la desatención del gobierno federal a los problemas de fondo de su entidad; antes, la de Yucatán le había plantado en el aeropuerto y le había puesto cara de molestia durante una gira amarga, y más atrás, el de Coahuila había hecho críticas duras a esa misma administración felipista belicosa). El comisionado de Los Pinos para el manejo del PAN, César Nava de Patylú, carece de fuerza y respetabilidad, pero allí sigue, para evitar que prospere alguna rebelión interna contra el jefe real, Calderón, si se abriera alguna fisura mediante la renuncia del golpeado César. El PRD sigue viento en popa en los niveles directivos en cuanto a ganancias por las alianzas con el PAN, aunque socialmente se ha desdibujado y los resultados electorales (que son lo de menos para las cúpulas, pues sus pagos los consiguen por otras vías) podrían ser lamentables.
En ese esquema, López Obrador se ha quedado atrás y en riesgo de ser rebasado por los veloces reacomodos en curso. Mantiene, desde luego, una base social que le es absolutamente fiel, pero ya no hay signos de control de las estructuras partidistas o frentistas, pues sin ningún empacho los Chuchos le juegan las contras (antes se detenían un poco ante el temor de señalamientos o acusaciones del tabasqueño) y el tal Dia (sucesor del frente de tres partidos que tenían como eje a AMLO) es manejado por Manuel Camacho más en función de los intereses de Marcelo Ebrard y de una convivencia pragmática con el calderonismo. Otra franja de seguidores de López Obrador han quedado insatisfechos con la manera tibia y fuera de tiempo con que ha reaccionado ante los planteamientos de las alianzas perreánicas, aferrado a una pálida descalificación meramente discursiva.
El gran caldero sigue hirviendo, los gringos cada vez asoman más la mano sobre el tablero del perdido control nacional y la economía no repunta en la proporción que los discursos oficiales, pero la política y los políticos siguen igual, obsesionados con el tejido de las redes de poder que garanticen que todo siga igual, o peor.
Astillas
Varias columnas atrás (el 26 de enero, con el título Zacatecas, ¿al PAN?) se habló aquí de los indicios de arreglos para que en Zacatecas triunfe un panista a cambio de allanar el camino a alguna de las dos García (Amalia o su hija plenipotenciaria, Claudia Corichi) en aventuras políticas futuras, por ejemplo, una candidatura en el Distrito Federal de la todavía Señora Gobernadora. Ayer le preguntaron a Jesús Ortega sobre esos pactos en lo oscurito para favorecer al blanquiazul a costillas del sol azteca y, obviamente, lo negó con la misma enjundia con que meses atrás negaba que estuviera en curso un reconocimiento de Nueva Izquierda a la condición presidencial de Felipe Calderón. Lo cierto es que en Zacatecas el candidato del PRD, los Chuchos y las poderosas García nomás no levanta vuelo, de tal manera que todo puede suceder (incluso, que el PAN gane) en un escenario político intencionalmente fracturado y envenenado en el que compiten los candidatos de las familias PRI, Monreal, García y Calderón... En Sinaloa, Felipe Calderón cumplió con su propósito de cerrarle el paso a los panistas verdaderos (Heriberto Félix Guerra y Manuel Clouthier junior) y dejar que la sucesión se dirima entre priístas: unos, del lado del actual gobernador, Jesús Aguilar; otros, del lado (panista) del ex gobernador Juan S. Millán... Y, mientras Ulises baja el switch en Oaxaca, ¡hasta mañana, con Jean Succar Kuri de regreso a casa, en un Cancún de puertas abiertas!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Arturo Balderas Rodríguez: Desde el otro lado
Para tener un poco más clara la magnitud de la reforma de salud que el presidente Obama impulsó y apoyó hasta sus últimas consecuencias, y que los miembros del Partido Demócrata aprobaron, con el voto en contra de todos los congresistas republicanos, es necesario destacar algunos de sus principales elementos.
Más de 32 millones de estadunidenses serán integrados a los servicios de salud. El resultado es que 20 mil de ellos que se estima mueren anualmente por carecer de esos servicios tendrán la oportunidad de salvar su vida.
A partir de ahora a nadie se le podrá negar un seguro médico por padecer o haber padecido alguna enfermedad ni rescindirlo a quien padezca una enfermedad grave, como frecuentemente lo han hecho las aseguradoras.
Todos los estadunidenses estarán obligados a obtener un seguro médico. El Estado ofrecerá un subsidio a quienes carezcan de recursos para pagarlo y a las empresas medianas y pequeñas que tengan la obligación de asegurar a sus trabajadores. El resultado es que 95 por ciento de estadunidenses quedarán asegurados; el 5 por ciento restante son personas que carecen de documentos migratorios.
Quienes tengan hasta 26 años de edad podrán ser parte del seguro familiar. Previamente esa posibilidad se cancelaba cuando cumplían 21 años.
De no haberse aprobado la reforma, los servicios de salud que proporciona el Estado estaban en peligro de quebrar, debido al manejo discrecional que las aseguradoras hacen de los recursos que el Estado les paga para la atención médica de la mayor parte de la población. Ahora habrá un ahorro considerable por el estricto control que la reforma establece sobre esos recursos.
La siguiente reforma que el Presidente se ha propuesto es la del sistema financiero. La deficiente regulación en ese sector y la desmedida ambición y corrupción de quienes dirigen las instituciones financieras fueron causa de la profunda crisis que afectó a ese sector. Por ello, su reforma es impostergable. Poderosos intereses se opondrán y, al igual que con la reforma de salud, seguramente encontrarán aliados en los sectores más conservadores del Congreso.
Otra reforma pendiente es la migratoria, y ésa fue la razón por la que más de 100 mil manifestantes la exigieron frente al Capitolio hace dos semanas. El Presidente respondió que es un compromiso que cumplirá cuando concluya la del sistema financiero. Sin embargo, no es buena señal que los congresistas republicanos hayan expresado su intención de revertir la reforma de salud y no colaborar con el Presidente en ninguna de sus propuestas. La actitud agresiva, insolente e inclusive violenta con la que un amplio sector del Partido Republicano y sus seguidores han respondido es indicativa de los problemas que enfrentará Obama para avanzar en su agenda.
Para tener un poco más clara la magnitud de la reforma de salud que el presidente Obama impulsó y apoyó hasta sus últimas consecuencias, y que los miembros del Partido Demócrata aprobaron, con el voto en contra de todos los congresistas republicanos, es necesario destacar algunos de sus principales elementos.
Más de 32 millones de estadunidenses serán integrados a los servicios de salud. El resultado es que 20 mil de ellos que se estima mueren anualmente por carecer de esos servicios tendrán la oportunidad de salvar su vida.
A partir de ahora a nadie se le podrá negar un seguro médico por padecer o haber padecido alguna enfermedad ni rescindirlo a quien padezca una enfermedad grave, como frecuentemente lo han hecho las aseguradoras.
Todos los estadunidenses estarán obligados a obtener un seguro médico. El Estado ofrecerá un subsidio a quienes carezcan de recursos para pagarlo y a las empresas medianas y pequeñas que tengan la obligación de asegurar a sus trabajadores. El resultado es que 95 por ciento de estadunidenses quedarán asegurados; el 5 por ciento restante son personas que carecen de documentos migratorios.
Quienes tengan hasta 26 años de edad podrán ser parte del seguro familiar. Previamente esa posibilidad se cancelaba cuando cumplían 21 años.
De no haberse aprobado la reforma, los servicios de salud que proporciona el Estado estaban en peligro de quebrar, debido al manejo discrecional que las aseguradoras hacen de los recursos que el Estado les paga para la atención médica de la mayor parte de la población. Ahora habrá un ahorro considerable por el estricto control que la reforma establece sobre esos recursos.
La siguiente reforma que el Presidente se ha propuesto es la del sistema financiero. La deficiente regulación en ese sector y la desmedida ambición y corrupción de quienes dirigen las instituciones financieras fueron causa de la profunda crisis que afectó a ese sector. Por ello, su reforma es impostergable. Poderosos intereses se opondrán y, al igual que con la reforma de salud, seguramente encontrarán aliados en los sectores más conservadores del Congreso.
Otra reforma pendiente es la migratoria, y ésa fue la razón por la que más de 100 mil manifestantes la exigieron frente al Capitolio hace dos semanas. El Presidente respondió que es un compromiso que cumplirá cuando concluya la del sistema financiero. Sin embargo, no es buena señal que los congresistas republicanos hayan expresado su intención de revertir la reforma de salud y no colaborar con el Presidente en ninguna de sus propuestas. La actitud agresiva, insolente e inclusive violenta con la que un amplio sector del Partido Republicano y sus seguidores han respondido es indicativa de los problemas que enfrentará Obama para avanzar en su agenda.
Enrique Galván Ochoa: Dinero
El reportaje de mi compañera Sanjuana Martínez que ocupó el epígrafe principal de la edición de ayer de La Jornada, Monterrey, en medio de una verdadera guerra urbana, inevitablemente nos conduce a plantearnos una pregunta: ¿cómo empezó el desastre, cuál es la causa de la causa? Hay muchas respuestas pero una resulta evidente: la delincuencia de cuello blanco ha servido de inspiración a la delincuencia de cuello gris. ¿O en que otro lugar aprendió las claves de la corrupción y la impunidad? Nos encontramos en una guerra irregular. Es el colapso total de las instituciones de Nuevo León. Todo se está cayendo como si fuera un castillo de barajas, dice el analista político Javier Livas, citado por Sanjuana. Y no sólo es Nuevo León, los derrumbes suceden en distintas partes del país. La delincuencia de cuello gris aprendió del saqueo de Pemex y la CFE que el fraude se premia, no se persigue. Si un político pobre es un pobre político, como dijo el profesor Hank, entonces, ¿un narco pobre es un pobre narco? Habrá que hacer mucho dinero para comprar procuradurías, jueces y magistrados. La clase política tiene en su historia el asesinato de un candidato presidencial y la desaparición de comunidades indígenas completas ¿por qué no seguir su ejemplo, al amparo de la impunidad? Algunos delincuentes habrán aprendido, por lo demás, que por el camino del trabajo honrado, paciente y laborioso lo único que tienen seguro es una vida de salario mínimo, la promesa de nivelar la desigualdad es tan falsa como un billete de dos pesos. Uno de los argumentos favoritos de la clase política para quitarse culpas es echárselas a la frontera de Estados Unidos. No puede negarse la responsabilidad que le corresponde. Sin embargo, olvida que Estados Unidos no tiene sólo una frontera, tiene otra, casi de la misma extensión, con Canadá. Sólo que el país de la hoja de maple es uno de los menos corruptos del mundo, según la evaluación de transparencia internacional. ¿Por qué en la frontera de Canadá no hay una Ciudad Juárez o un Monterrey o un Nuevo Laredo?
¿Volvo chino?
El primer automóvil Volvo fue fabricado en 1927, lo crearon dos suecos, Assar Gabrielsson y Gustaf Larson, a quienes financió SKF. De sus orígenes modestos saltó al nicho del lujo europeo, con gran éxito en EU. Dificultades económicas llevaron a la marca a poder de la Ford. Algo perdió de su abolengo. Ahora Ford vendió Volvo a los chinos. La compañía Zhejiang Geely pagó mil 800 millones de dólares.
Carlos Fernández-Vega: México SA
El flamante subsecretario de Gobierno en Bucareli, el ex diputado panista Roberto Gil Zuarth, se le ocurrió una brillante idea para estrenar el hueso: desmentir tajantemente al inquilino de Los Pinos o, si se prefiere, ubicar en la realidad a los mexicanos y recordarles que las promesas calderonistas nunca trascienden el discurso. Este esforzado ex vicecoordinador del rebaño blanquiazul en San Lázaro tiró al basurero el compromiso social que el pasado 11 de octubre públicamente hiciera Felipe Calderón con motivo de la extinción (léase el decretazo) de la otrora paraestatal Luz y Fuerza del Centro, y la cancelación, de un plumazo, de 45 mil puestos de trabajo en el sector formal de la economía.
Resulta que esta joven promesa de la política nacional (a quien el inquilino de Los Pinos organizó –erario paga– sabrosa y bullanguera comida de despedida como diputado, y de paso para agradecer al rebaño panista en San Lázaro las decisiones responsables que ha tomado en los momentos en los que se necesita) se aventó la siguiente puntada que tajantemente contradice el compromiso de su anfitrión: “hago un llamado al sector privado para que contrate a los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro, pues la solución de este conflicto le corresponde a todos y no sólo al gobierno… insisto en que el tema es una cuestión social que su solución conviene a toda la sociedad; debieron apoyar en la contratación de los ex trabajadores, pues a todos conviene que ellos encuentren un futuro y con ellos se coadyuve a la reactivación económica… un llamado a los gobiernos de los estados en los cuales funcionó LFC, para que también participen en esquema de reinserción de trabajadores”. ¡Ole!
Excelente forma de estrenar chamba como cabeza visible en la Secretaría de Gobernación y amarrar su relación con el inquilino de Los Pinos: llamarle mentiroso a su patrón, lavarle las manos al gobierno calderonista y, de plano, apostarle a la falta de memoria, echarle la responsabilidad a la iniciativa privada, en particular, y a la sociedad, en conjunto, por el descarado incumplimiento de un compromiso que ella no hizo, sino Felipe Calderón.
Para darle contexto, el 11 de octubre de 2009 (en su mensaje a la nación y en su papel de sepulturero de paraestatales y fuentes de empleo) Calderón se comprometió, con motivo del decretazo, de la siguiente forma: he dado las siguientes instrucciones: a la administradora (Comisión Federal de Electricidad), para que busque recontratar al mayor número posible de trabajadores (de la ya extinta Luz y Fuerza del Centro), a fin de que colaboren de manera directa o indirecta en la provisión del servicio eléctrico bajo nuevas condiciones laborales y un nuevo arreglo institucional. A la mañana siguiente, el nuevo administrador, Alfredo Elías Ayub, director general de la CFE, celebraba que a finales de la próxima semana más comenzarán a abrir el servicio de contratación para los ex trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, recientemente extinguida. Y tan vertiginoso fue el proceso, que en diciembre del año pasado oficialmente se reconoció que sólo 3 por ciento de los 45 mil electricistas que de un plumazo Calderón echó a la calle “inició ya (…) su respectivo proceso de contratación para ingresar a la CFE”. Tres de cada 100, a quienes tampoco se les garantizó la chamba.
Dos días después Calderón reiteró: hemos tomado también las medidas para atender con justicia, con responsabilidad a los trabajadores, respetando íntegra y pulcramente todos sus derechos, y otorgando una indemnización que está sustancialmente por arriba de la ley; además de proveer las medidas para poder recontratar al máximo número de trabajadores posible, de manera directa o indirecta, una vez que esté reorganizado operacionalmente el servicio. Por si hubiera duda el 14 de octubre, ante los industriales de la radio y la televisión, repitió: “…se cuenta con esquemas, ya sea a través de la recontratación de muchos de ellos, el mayor posible, bajo un nuevo arreglo institucional, o también, a través de la organización de pequeñas y medianas empresas proveedoras de la Comisión Federal de Electricidad, integradas por los ex trabajadores, o bien otras empresas, que en cualquier actividad económica que ellos deseen serán apoyadas con asesoría y financiamiento por el gobierno”. El 16 de ese mismo mes: “… proteger íntegramente los derechos de los trabajadores del organismo, en ofrecerles indemnizaciones que prácticamente doblan a las que establece la ley y, además, por encima de eso, en brindarles todas las opciones laborales y productivas posibles para una reinserción pronta a la vida productiva”. Y así por unos días más, hasta que el discurso se desvaneció a la par que la oferta de recontratación del mayor número.
Pues bien, casi seis meses después de aquel compromiso público, reiterado hasta el cansancio, brinca a la palestra la nueva cabeza visible en Bucareli para desmentir al susodicho, comunicar oficialmente que todo fue una broma, una promesa más de saliva, como acostumbra, que –entiéndase bien– la recontratación de los ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro no es bronca del sepulturero de paraestatales, sino responsabilidad de la iniciativa privada y de la sociedad, que son ellas quienes deben tapar los cráteres políticos y sociales caprichosamente abiertos por el de las promesas de humor, y que, en fin, si saben contar que no cuenten con la palabra del inquilino de Los Pinos ni con la administradora (Comisión Federal de Electricidad), porque están ocupadísimos en la venta de garaje, privatizando el sector, regalando el tendido de fibra óptica, y procurando jugosos negocios para los amigos de los amigos, a costillas de la nación.
Las rebanadas del pastel
En conferencia de prensa (22 de enero), los colegas preguntan al carismático secretario del desempleo: ¿y cuántos trabajadores (de Luz y Fuerza) han sido o están en proceso de contratación? Y Javier Lozano Alarcón responde: miren, hasta este momento tenemos 2 mil 125 personas que están en proceso y, entonces, es muy temprano para decir cuántos de ellos al final se darán. La colegiza revira: ¿entonces hasta el momento no hay ningún contratado? Y el simpático funcionario explica: es decir, están en el proceso. Están en proceso, lo que en castellano simple quiere decir ni uno.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
El reportaje de mi compañera Sanjuana Martínez que ocupó el epígrafe principal de la edición de ayer de La Jornada, Monterrey, en medio de una verdadera guerra urbana, inevitablemente nos conduce a plantearnos una pregunta: ¿cómo empezó el desastre, cuál es la causa de la causa? Hay muchas respuestas pero una resulta evidente: la delincuencia de cuello blanco ha servido de inspiración a la delincuencia de cuello gris. ¿O en que otro lugar aprendió las claves de la corrupción y la impunidad? Nos encontramos en una guerra irregular. Es el colapso total de las instituciones de Nuevo León. Todo se está cayendo como si fuera un castillo de barajas, dice el analista político Javier Livas, citado por Sanjuana. Y no sólo es Nuevo León, los derrumbes suceden en distintas partes del país. La delincuencia de cuello gris aprendió del saqueo de Pemex y la CFE que el fraude se premia, no se persigue. Si un político pobre es un pobre político, como dijo el profesor Hank, entonces, ¿un narco pobre es un pobre narco? Habrá que hacer mucho dinero para comprar procuradurías, jueces y magistrados. La clase política tiene en su historia el asesinato de un candidato presidencial y la desaparición de comunidades indígenas completas ¿por qué no seguir su ejemplo, al amparo de la impunidad? Algunos delincuentes habrán aprendido, por lo demás, que por el camino del trabajo honrado, paciente y laborioso lo único que tienen seguro es una vida de salario mínimo, la promesa de nivelar la desigualdad es tan falsa como un billete de dos pesos. Uno de los argumentos favoritos de la clase política para quitarse culpas es echárselas a la frontera de Estados Unidos. No puede negarse la responsabilidad que le corresponde. Sin embargo, olvida que Estados Unidos no tiene sólo una frontera, tiene otra, casi de la misma extensión, con Canadá. Sólo que el país de la hoja de maple es uno de los menos corruptos del mundo, según la evaluación de transparencia internacional. ¿Por qué en la frontera de Canadá no hay una Ciudad Juárez o un Monterrey o un Nuevo Laredo?
¿Volvo chino?
El primer automóvil Volvo fue fabricado en 1927, lo crearon dos suecos, Assar Gabrielsson y Gustaf Larson, a quienes financió SKF. De sus orígenes modestos saltó al nicho del lujo europeo, con gran éxito en EU. Dificultades económicas llevaron a la marca a poder de la Ford. Algo perdió de su abolengo. Ahora Ford vendió Volvo a los chinos. La compañía Zhejiang Geely pagó mil 800 millones de dólares.
Carlos Fernández-Vega: México SA
El flamante subsecretario de Gobierno en Bucareli, el ex diputado panista Roberto Gil Zuarth, se le ocurrió una brillante idea para estrenar el hueso: desmentir tajantemente al inquilino de Los Pinos o, si se prefiere, ubicar en la realidad a los mexicanos y recordarles que las promesas calderonistas nunca trascienden el discurso. Este esforzado ex vicecoordinador del rebaño blanquiazul en San Lázaro tiró al basurero el compromiso social que el pasado 11 de octubre públicamente hiciera Felipe Calderón con motivo de la extinción (léase el decretazo) de la otrora paraestatal Luz y Fuerza del Centro, y la cancelación, de un plumazo, de 45 mil puestos de trabajo en el sector formal de la economía.
Resulta que esta joven promesa de la política nacional (a quien el inquilino de Los Pinos organizó –erario paga– sabrosa y bullanguera comida de despedida como diputado, y de paso para agradecer al rebaño panista en San Lázaro las decisiones responsables que ha tomado en los momentos en los que se necesita) se aventó la siguiente puntada que tajantemente contradice el compromiso de su anfitrión: “hago un llamado al sector privado para que contrate a los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro, pues la solución de este conflicto le corresponde a todos y no sólo al gobierno… insisto en que el tema es una cuestión social que su solución conviene a toda la sociedad; debieron apoyar en la contratación de los ex trabajadores, pues a todos conviene que ellos encuentren un futuro y con ellos se coadyuve a la reactivación económica… un llamado a los gobiernos de los estados en los cuales funcionó LFC, para que también participen en esquema de reinserción de trabajadores”. ¡Ole!
Excelente forma de estrenar chamba como cabeza visible en la Secretaría de Gobernación y amarrar su relación con el inquilino de Los Pinos: llamarle mentiroso a su patrón, lavarle las manos al gobierno calderonista y, de plano, apostarle a la falta de memoria, echarle la responsabilidad a la iniciativa privada, en particular, y a la sociedad, en conjunto, por el descarado incumplimiento de un compromiso que ella no hizo, sino Felipe Calderón.
Para darle contexto, el 11 de octubre de 2009 (en su mensaje a la nación y en su papel de sepulturero de paraestatales y fuentes de empleo) Calderón se comprometió, con motivo del decretazo, de la siguiente forma: he dado las siguientes instrucciones: a la administradora (Comisión Federal de Electricidad), para que busque recontratar al mayor número posible de trabajadores (de la ya extinta Luz y Fuerza del Centro), a fin de que colaboren de manera directa o indirecta en la provisión del servicio eléctrico bajo nuevas condiciones laborales y un nuevo arreglo institucional. A la mañana siguiente, el nuevo administrador, Alfredo Elías Ayub, director general de la CFE, celebraba que a finales de la próxima semana más comenzarán a abrir el servicio de contratación para los ex trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, recientemente extinguida. Y tan vertiginoso fue el proceso, que en diciembre del año pasado oficialmente se reconoció que sólo 3 por ciento de los 45 mil electricistas que de un plumazo Calderón echó a la calle “inició ya (…) su respectivo proceso de contratación para ingresar a la CFE”. Tres de cada 100, a quienes tampoco se les garantizó la chamba.
Dos días después Calderón reiteró: hemos tomado también las medidas para atender con justicia, con responsabilidad a los trabajadores, respetando íntegra y pulcramente todos sus derechos, y otorgando una indemnización que está sustancialmente por arriba de la ley; además de proveer las medidas para poder recontratar al máximo número de trabajadores posible, de manera directa o indirecta, una vez que esté reorganizado operacionalmente el servicio. Por si hubiera duda el 14 de octubre, ante los industriales de la radio y la televisión, repitió: “…se cuenta con esquemas, ya sea a través de la recontratación de muchos de ellos, el mayor posible, bajo un nuevo arreglo institucional, o también, a través de la organización de pequeñas y medianas empresas proveedoras de la Comisión Federal de Electricidad, integradas por los ex trabajadores, o bien otras empresas, que en cualquier actividad económica que ellos deseen serán apoyadas con asesoría y financiamiento por el gobierno”. El 16 de ese mismo mes: “… proteger íntegramente los derechos de los trabajadores del organismo, en ofrecerles indemnizaciones que prácticamente doblan a las que establece la ley y, además, por encima de eso, en brindarles todas las opciones laborales y productivas posibles para una reinserción pronta a la vida productiva”. Y así por unos días más, hasta que el discurso se desvaneció a la par que la oferta de recontratación del mayor número.
Pues bien, casi seis meses después de aquel compromiso público, reiterado hasta el cansancio, brinca a la palestra la nueva cabeza visible en Bucareli para desmentir al susodicho, comunicar oficialmente que todo fue una broma, una promesa más de saliva, como acostumbra, que –entiéndase bien– la recontratación de los ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro no es bronca del sepulturero de paraestatales, sino responsabilidad de la iniciativa privada y de la sociedad, que son ellas quienes deben tapar los cráteres políticos y sociales caprichosamente abiertos por el de las promesas de humor, y que, en fin, si saben contar que no cuenten con la palabra del inquilino de Los Pinos ni con la administradora (Comisión Federal de Electricidad), porque están ocupadísimos en la venta de garaje, privatizando el sector, regalando el tendido de fibra óptica, y procurando jugosos negocios para los amigos de los amigos, a costillas de la nación.
Las rebanadas del pastel
En conferencia de prensa (22 de enero), los colegas preguntan al carismático secretario del desempleo: ¿y cuántos trabajadores (de Luz y Fuerza) han sido o están en proceso de contratación? Y Javier Lozano Alarcón responde: miren, hasta este momento tenemos 2 mil 125 personas que están en proceso y, entonces, es muy temprano para decir cuántos de ellos al final se darán. La colegiza revira: ¿entonces hasta el momento no hay ningún contratado? Y el simpático funcionario explica: es decir, están en el proceso. Están en proceso, lo que en castellano simple quiere decir ni uno.
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la producción mundial de hidrocarburos (petróleo crudo, gas natural y condensados) ascendió en 2009 a 84.7 millones de barriles por día (mbd), volumen -1.9% inferior al de 2008. De este total, los países exportadores de la OPEP produjeron 33.4 mbd, (39.4%), ajustándose (-6.4%) a la caída de la demanda, mientras que los países No-OPEP produjeron 51.4 mbd (60.6%), 1.3% más que en 2008 (Gráfico 1).
Teniendo en cuenta que las cifras de los países de la OPEP (*) sólo incluyen la producción de petróleo crudo y las de los No-OPEP incluyen además gas natural, condensados y petróleo de fuentes no convencionales, lo cual hace que no sean exactamente comparables, los 10 principales productores en 2009 fueron: Rusia, 10.2 mbd, Estados Unidos, 8.1; Arabia Saudita*, 7.9; China, 3.8; Irán* 3.7; Canadá, 3.1; México, 3.0; Brasil, 2.5; Irak*, 2.4; y los Emiratos Arabes Unidos*, 2.3 mbd.
Opinión
Drogas: ¿legalización?
En una entrevista con la cadena televisiva estadunidense CNN, el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, habló –por primera vez en lo que va de su administración– de la legalización de las drogas como una de las soluciones posibles para combatir el narcotráfico y hacer frente a la crisis de seguridad y violencia que vive el país, fenómenos relacionados, en buena medida, con el accionar de las organizaciones dedicadas al trasiego de sustancias ilegales.
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El Correo Ilustrado
Piden presentación de luchador social
El 5 de abril de 1974, mi hijo Jesús Ávila González sufrió la privación arbitraria de la libertad por elementos de la Dirección Federal de Seguridad, lo cual lo pone en la más completa indefensión, al no presentarlo y mantenerlo en cárceles clandestinas como es el Campo Militar número uno.
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Iván Restrepo: La politización del problema del agua
Los funcionarios panistas no se miden a la hora de politizar el problema del agua en la ciudad de México. El mejor ejemplo es el titular de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege, quien aprovechó la pasada celebración del Día Mundial del Agua para repartir cubetas y hacer un llamado a la población de la capital del país a que cuide el agua utilizando sistemas ahorradores y mejores hábitos de consumo. En la celebración se hizo acompañar del delegado en Miguel Hidalgo, quien ahora milita en el PAN luego de hacerlo en el PRI y el PRD.
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Bernardo Bátiz V.: Sepulcros blanqueados
El abogado Mauro González Luna, integrante del Foro Democrático y diputado ex-terno del PRD, en flamígero discurso llamó a los panistas de la 56 Legislatura, no recuerdo por qué motivo, sepulcros blanqueados. Al comentar el debate y sus vicisitudes le manifesté a Mauro, elocuente orador, que el calificativo me parecía excesivo.
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Ángel Luis Lara/ I: USA Horror Movie
Un fantasma recorre Estados Unidos: el Tea Party. Desde hace meses, el movimiento reaccionario crece y acapara la atención de los medios de comunicación, inquietando a una clase política que mira con preocupación la nueva ola ultraconservadora que se arma en los márgenes del sistema de partidos.
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León Bendesky: Del hoyo a la olla
Del hoyo de una muy dura recesión el año pasado, las estimaciones oficiales se cuecen ya en la olla del crecimiento de la economía en 2010. El péndulo de las expectativas del gobierno va de vuelta a toda marcha.
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Vilma Fuentes: ¿Salón o mercado del libro?
Hace 30 años, durante la semana del Salón del Libro de París, bajo la bóveda transparente del Grand Palais, la luz se atenuaba cerca de medianoche, su domo abierto por la oscuridad a la otra bóveda, la celeste. Serpentinas luminosas caían en la penumbra centelleante. De altavoces invisibles se difundía a todo volumen música de Verdi, de Wagner, la trompeta de Armstrong. Era la señal de partida. Los visitantes se dirigían a las puertas, sin prisas, entonando ópera o blues, con la lentitud de los pasos de baile que avanzan, retroceden, se detienen, giran, vuelven a avanzar. La euforia se propagaba, contagiosa, aligerando los ánimos
Hermann Bellinghausen: De repente es primavera
El gran río nunca fue tan azul. Raíces ensortijadas cuelgan al aire despojadas del agua, desnudas. Dijo la televisión que hoy, y no mañana, comienza la primavera. Ha de ser. Creo aquí a la gente le da igual, las estaciones son las etapas del trabajo agrícola, y son del tamaño el año. El diálogo de las piedras, habitualmente bajo el agua, es paciente. Llevan siglos en él y les quedan más siglos por delante. El ancho, ancho caudal del río es también una forma de la paciencia. Y de la experiencia. Quien tantas aguas ha llevado, algo habrá visto.
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José Cueli: Macías a la Feria de Sevilla
La Real Maestranza de Caballería sevillana dará la bienvenida el próximo Domingo de Resurrección a la tradicional Feria de esa localidad. Duerme este palacio durante el año y despierta en algunos festejos y en sus ferias; especialmente la de abril y la de septiembre.
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