3/31/2010

Zona de Reflexión

La doble moral de la fe

Por Lucía Lagunes Huerta*

México, DF, 30 mar 10 (CIMAC).- Cuanto perdón se ha manifestado en estos días. Los jerarcas de la fe han manifestado su dolor por los abusos sexuales cometidos contra niños desde Irlanda hasta México, las historias del abuso continuado desde los pulpitos religiosos, son un tema que han tenido que abordar tanto por el Papa Benedicto XVI, como por los Legionarios de Cristo.

Ambas instancias dejan al descubierto la doble moral con la que miran y juzgan los hechos, todo depende de quien cometa los delitos. Si es alguien de la misma iglesia, el perdón y el rezo se colocan por encima de la ley. Si es una ciudadana, el infierno, la persecución y la cárcel caerán sobre ella.

Durante años se ha sabido de los abusos del poder cometidos por sacerdotes, quienes aprovechando la sotana y la inmunidad de sus iglesias han violado a mujeres y niños.

La doble moral se manifiesta todo el tiempo como lo revela el siguiente pasaje que forma parte del informe sobre la violación de cientos de monjas por sacerdotes católicos en 23 países:

Le llevaba "a monjas y otras jóvenes para abortar". O'Donohue cita el caso de "un sacerdote que obliga a abortar a una monja, ella muere y él oficia la misa de difuntos por la joven fallecida".

Los datos mencionados figuran en varios informes realizados por la religiosa María O'Donohue, y en otro de Maura McDonald, publicados por la revista norteamericana “National Catholic Reporter”

Sin importar la aberración que signifique el hecho, las jerarquías de la fe invocan la clemencia y el perdón de quienes han fallado, pues lo humano es imperfecto.

En qué momento el delito de violación dejó de ser delito, materia de las autoridades judiciales, y se convirtió en un asunto exclusivo de la iglesia católica para ser sancionado con el rezo y la solicitud de perdón.

Durante años se ha manifestado esta doble moral de los jerarcas católicos, se ha sabido de las “fallas” humanas, que no son otra cosa que el abuso del poder cubierto con sotanas.

Esta doble moral que pide el perdón de los agresores vierte su furia contra las mujeres cuando ellas ejercen su derecho a decidir, y desde el púlpito se alimenta el linchamiento, la persecución, se hace presión para llevarlas a la cárcel como “escarmiento”.

Todo ello desde la sombra en la negociación oscura con legisladores y jefes partidarios, quienes también se gobiernan con una doble moral.

Sin importar el país desde Irlanda hasta México los delitos de violación deben ser juzgados en los tribunales y sancionados con la prisión, porque esa es la ley que nos dimos para gobernar.

* Periodista, directora general de CIMAC

10/LL/LR

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