Está absolutamente comprobado que en las 31 entidades del país (el Distrito Federal, sin ser estado por que le han negado esa cualidad constitucional, también padece el mal gobierno de Ebrard), hay nuevos brotes de caciquismo. Y con mayor virulencia en el abuso del poder, saqueo a los dineros públicos y autoritarismo político, ya que sobre ellos no pende la desaparición de poderes con los que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) los mantuvo bajo control. Los panistas, que se presentaron como demócratas, honrados y respetuosos de la legalidad, han salido peores que los del antiguo régimen. Peores aún que algunos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) –el caso de Amalia García, la exgoberadora de Zacatecas; Zeferino, de Guerrero, por poner dos ejemplos–: tenemos, del Partido Acción Nacional (PAN), además del desgobernador de Jalisco, al arbitrario Guillermo Padrés Elías (quien tiene o tenía en su casa más de diez maletas repletas de dólares, una de las cuales le fue robada por uno de los guardias que involucró a una empleada doméstica quien, huido el ladrón, es la que está sufriendo la persecución de Padrés y su policía).
Los sonorenses, hartos del mal gobierno de Robinson-Bours y, tras el incendio de la Guardería ABC, con más razón dieron la oportunidad al PAN. Así fue que el empresario Padrés Elías logró el cargo, que en menos de un año ha desacreditado tras la ocurrencia de robarse el agua del sur sonorense, con su factor común el Valle del Yaqui, para solucionar la demanda del líquido en Hermosillo; en lugar de racionalizar su uso y, en última instancia… ¡es la desaladora, estúpido!
Ha creado Padrés y su grupo bueno para gozarla, un conflicto social, político y económico, que lleva visos de un enfrentamiento entre sonorenses. Y es que con tres resoluciones judiciales para que detenga la construcción del acueducto por medio del cual se quiere robar el agua de la presa del Río Yaqui, insiste en que: “Nadie va a detener el Acueducto Independencia”.
Ya agotaron los sonorenses del sur todas las instancias de negociación con pláticas, propuestas (como la de adquirir una o dos desaladoras que funcionarían en Bahía de Kino y en Guaymas, que ponen a menos de 10 pesos el metro cúbico de agua potable); recurriendo a los tribunales donde han logrado tales resoluciones y sólo queda que el juzgado que conoce del problema, ordene el uso de la fuerza pública para detener a la empresa que tiene el encargo de su construcción (con empresarios que cobraron una fortuna y dicen que se “mocharán”). Y publicando el enésimo desplegado periodístico (El Universal, 1 de junio de 2011), con la petición a Calderón de que intervenga ante el desacato a la legalidad judicial del desgobernador. Además quieren organizar una marcha de tractores, con agricultores y ciudadanos yaquis y mayos, a la ciudad de México, si Calderón permanece sordo y sigue apoyando el abuso de poder de Padrés (quien hace alarde de que el inquilino de Los Pinos lo apoyará y no le faltan antecedentes, ya que así lo ha hecho el señor Calderón en dos ocasiones que ha estado en Sonora: acaba de estar en el puerto de Guaymas para la celebración del Día de la Marina.
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