John Saxe-Fernández
Es un hecho que la
pesadilla orwelliana acentuó su sombra tiránica sobre México por el
contubernio del duopolio televisivo para imponer a Peña Nieto, una
movidarepleta de engaños y manipuleos de noticieros, programas de opinión o de humor, en realidad costosos
infomercialesque se presentan con tonos de
objetividad periodísticao de
sano entretenimiento, para desde ahí, día y noche, por seis años, torpedear a AMLO y garantizar la continuidad del régimen de despojo, corrupción, represión y entreguismo prianista.
Hoy, poco antes de las elecciones, y gracias a la movilización del YoSoy132, el juego sucio concita un desprecio y rechazo que cubre todo el espectro ideológico.
Pero persisten el manoseo y estafa informativa que han envilecido Los Pinos, en especial desde que Fox llegó a la Presidencia. Es un ex gerente de Coca-Cola de lealtades frágiles, cuya
casa matrizpasó sin dificultad a la Casa Blanca. Convencido de que
ya el petróleo no es estratégico, favoreció a entes extranjeros y sus socios locales, con el
boletode llevar al codiciado y vital sector energético de México, como aspira el Banco Mundial, a
un punto de venta.
El atroz régimen de usurpación electoral que ayudó a entronizar, con respaldo policial/militar y de inteligencia de Estados Unidos, desangra a México sembrando una
gobernanza para el 1 por cientofundada en el terror de Estado.
Como ocurre desde los años 1980, su sucesor, hasta el fin de su sexenio, insiste en
empoderara grandes emporios, Exxon-Móbil, Repsol, Chevron, Halliburton, Monsanto, Schlumberger, etcétera, ahora bajo cubierta del Acuerdo Trans-Pacífico –AT– (TPP, por sus siglas en inglés) que agrede a 99 por ciento de la sociedad civil, dentro y fuera del imperio y pone en entredicho la jurisdicción nacional para regular y reglamentar esos grandes monopolios. Durante la reunión del G-20 en Los Cabos, luego de una entrevista con Obama, Calderón presentó como
gran noticiael ingreso de México a las negociaciones del AT y Ron Kirk, encargado de las negociaciones comerciales de Estados Unidos, dijo que la Casa Blanca
estaba complacida de invitar a México, aunque ya el proceso lleva más de dos años y se realizó a espaldas de la opinión pública de Estados Unidos y del Congreso, en el más estricto secreto. Además de Estados Unidos incluye Australia, Nueva Zelandia, Perú, Chile, Singapur, Malasia, Vietnam y Brunei.
Kirk dijo a Reuters que Estados Unidos desearía incorporar a China. Por una fuga de seguridad divulgada por Public Citizen, ahora se sabe que bajo la mampara del
libre comercioy de las
reformas estructurales, los grandes monopolios ambicionan el desmantelamiento y absorción de las grandes empresas públicas, incluidas las más poderosas de China, así como invalidar toda regulación de los monopolios industriales, energéticos, biotecnológicos, agrícolas y bancario/financieros extranjeros.
Eso incluye anular el control sobre la emisión de gases con
efecto invernadero, extender la vigencia de las patentes farmacéuticas,
dejar sin fuerza la defensa medioambiental terrestre, atmosférica y
oceánica, desactivar la promoción de la salud y contra la pobreza,
etcétera. De la documentación hasta hace poco
ultrasecreta(tinyurl.com/ tppinvestment), se comprueba que aunque al AT se le llame
acuerdo comerciales un TLCAN reloaded: desactiva la autoridad de los estados para regular las firmas extranjeras en su jurisdicción; ofrece incentivos para reclutar una fuerza laboral sometida a las
reformas estructurales(precarización, contención salarial, liberación de precios, supresión de contratos colectivos, etcétera) e impulsa un
instrumento internacional extrajudicial, un
sistema legal de dos vías, dicen Lori Wallach y Todd Tucker (ibid.) que expande los privilegios otorgados por el TLCAN y concede a las firmas facultades para hacer a un lado leyes y cortes nacionales (incluidas las de Estados Unidos) y demandar compensaciones ante leyes de salud, medio ambiente, sustancias tóxicas, etcétera, que atenten contra las prerrogativas –y ganancias– conferidas por el AT.
Es un
sistema, un
tribunal a modointegrado por abogados de los monopolios –que fungen como
jueceso
defensores, según convenga– que, insisto, corroe la jurisdicción que rige el comportamiento de las empresas nacionales en cada país del AT.
Eso y mucho más, se divulgó cuando Calderón nos
ingresabaal AT y decía que
los líderesdel G-20,
hemos acordado(sic) evitar toda medida
proteccionistadurante los próximos dos años. No se refería al proteccionismo agrícola, industrial y en alta tecnología de Estados Unidos y Europa, ni a despojos de tierra avalados por el AT, sino a la defensa nacional de sectores estratégicos como la que aplican Brasil y Argentina en petróleo y electricidad.
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