El Instituto Federal
Electoral ha decidido mandar los próximos comicios a la goma. Para
acomodarse a las pretensiones dinosáuricas de instaurar a partir de este
domingo venidero el nuevo horario sexenal de verano, que obligaría a
atrasar los relojes históricos varias décadas, el mencionado IFE ha
tenido a bien establecer como instrumento confiable, indeleble e
infalsificable de marcación ciudadana de boletas electorales, ni más ni
menos que… el lápiz.
Sentido homenaje retro a las tareas escolares hechas y rehechas a
base de grafito y goma de borrar (sobre todo ahora que con tanto
entusiasmo están participando brigadas de profesores gordillistas para
revisar y corregir las planas electorales en todo el país). Sistema
cilíndrico en madera que en dado caso permitiría a los poseedores de la
papelería ciudadana proceder a la patriótica remodelación de voluntades a
partir de la sencilla técnica del borrado con goma, como en cualquier
salón de primaria. ¿Crayones? Claro que no, porque se podrían derretir
con tanto calor físico. ¿Bolígrafos? No, porque se podría correr la
tinta. Así que el Instituto Fallido Electoral optó por la fórmula ligera
del lápiz.
La Operación Ruleta afinando motores, la compra de datos y copias de credenciales electorales a todo vapor, desatada la guerra sucia telefónica e impresa, robo abierto de mil 200 boletas en Veracruz, decenas de miles de boletas sobrantes por
erroresde impresión en otras partes del país, caravanas de repartidores de despensas y productos
utilitariosen pro del candidato del despilfarro y el muy celoso IFE solamente atina a posar su atención en un rubro sobre el cual no había denuncia pública en contra, el del marcaje de las boletas electorales. Y lo hizo no para dar más seguridad, sino para instalar un elemento extra de fundada desconfianza: lápices. Ganas de mandar el proceso al riesgo de la goma.
En Twitter, el propio IFE justificó:
El uso de los lápices del IFE para marcar el voto en la boleta es para evitar que al doblar la boleta se traspase la tinta a otro recuadro. ¿Podrá el IFE sustentar ese dicho en términos cuantificables? Por ejemplo, ¿cuántas boletas sufrieron ese traspaso de tinta en 2006? ¿Cuántos casos han sucedido así en anteriores comicios, provocando adulteración en los resultados, como para motivar ahora esta medida general de última hora?
Eso sí, los tales lápices resultarán una maravilla tecnológica insospechada: el lapicito IFEliz.
Los lápices para marcar la boleta son resistentes a la gama de climas, sobre todo los cálidos. Su marca no se borrará sin dejar vestigios, explicó el IFE en tuiteo que llevó a esta arisca columna a preguntarse al estilo juangabrielesco cuál era la necesidad de abrir un expediente más de duda ciudadana, ahora respecto del acto sustancial del protocolo electoral, que es la impresión de la voluntad política en signos permanentes.
Con el nuevo sistema lapicero se quita sentido al resguardo armado de
los paquetes electorales e incluso a la tan festejada posibilidad del
recuento voto por voto cuando la diferencia sea estrecha. ¿Quién podrá
confiar en material electoral cuyos signos contables han sido inscritos
con sustancias susceptibles de ser borradas con simpleza de escolapio
aunque el mismo árbitro que ha permitido montones de maniobras peores
ahora
garanticeque se podrían encontrar
vestigiossi se intentara ese borrado? ¿Será ese sistema tan infalible como el entintado de pulgares contra el que había fórmulas de limpieza orgánica inmediata? ¿La infalibilidad de los lápices del IFE será como el
blindajeque, según eso, hace
imposibleun fraude electoral?
El colmo del juego de policías y ladrones electorales, que
ahora sería entre lápices y gomas de borrar, es el reconocimiento del
propio IFE de que
para marcar el voto en la boleta, también es válido que el ciudadano lleve su propio material. Es decir, a pesar de que se ha declarado riesgoso para la confiabilidad electoral que la boleta se cruce con crayón, pluma fuente o bolígrafo, pues al doblado podría traspasarse la tinta (y provocar la anulación), finalmente cada ciudadano podrá hacer lo que se le dé la gana si lleva su propio crayón, pluma fuente o bolígrafo. ¿Ganas de generar más enredos de los muchos que ya hay, o una increíble y peligrosa torpeza más de los súper bien pagados funcionarios y consejeros electorales?
Terminan las campañas y, 90 días después, nada parecería haber
cambiado: con menos puntos porcentuales, pero Enrique Peña Nieto sigue
inflado en la uniformada numeralia demoscópica como puntero
presuntamente imbatible, mientras Andrés Manuel López Obrador continúa
condenado a un segundo plano por esos mismos poderes fabricantes de la
percepción nacional (como si no hubiese un evidente crecimiento de su
candidatura, como si no se hubiera producido una irrupción juvenil
favorable a la izquierda) y Josefina Vázquez Mota es artificialmente
sostenida como presunta competidora apenas rezagada de AMLO, caminante
sin mella, según eso, a pesar de tanto error, maltrato y vacuidad
sonriente.
En ese contexto de presunto gatopardismo final (que todo cambie en
las campañas para que nada cambie en el proyecto cupular de resultado
electoral favorable a EPN), los actos postreros de proselitismo
mostraron rasgos definitorios: en la capital del país, AMLO volvió a
llenar el Zócalo y varias de las calles que en él convergen, en una
efervescencia social que no parece dispuesta a soportar un fraude
electoral más; Peña Nieto, por su parte, hizo esfuerzos declarativos
para asegurar que no habrá coacción ni compra de votos, llamando desde
ahora a los presuntos derrotados del futuro a integrarse a un gabinete
de
reconciliaciónnacional (Chepina puede ser secretaria de algo, Quadri quiere ser secretario de ecología, como nuevo negocio de la jefa Gordillo o embajador en China, y AMLO naturalmente rechaza cualquier insinuación de ese tipo) y la propia Vázquez Mota se encomienda abiertamente a la única posibilidad de un milagro.
Y, mientras el movimiento 132 se alista para el lunes 2 y los días siguientes, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Ahora confirmamos –gracias a las revelaciones del diario británico The Guardian–
lo que desde antes sabíamos: la campaña de Enrique Peña Nieto no se ha
hecho desde el PRI sino desde Televisa. La pregunta es si el gobierno lo
llevará en pareja con Emilio Azcárraga Jean, como el caso reciente del
vilipendiado Fox y Marta Sahagún. Ha sido extraordinario que AMLO haya
podido llegar a la final –y disputando el triunfo al favorito– teniendo
en su contra la influencia de la televisora. Falló la trama de encaramar
a Josefina al segundo lugar, no prendió, y desbarrancar a AMLO al
tercero. Acabó de aniquilarla el
fuego amigo. La final está entre AMLO y Peña Nieto. Anoche terminaron las campañas. Y el peso cerró con sensible recuperación a 13.60 por dólar, había brincado a 14.40. Los mercados no reaccionarían mal con el triunfo de la izquierda, tampoco con el del priísta. Ya asumieron que habrá cambio de partido en el gobierno.
Goleadas
A veces puede pensarse que es malo lo que hay, sin
embargo, todavía puede haber algo peor. En años anteriores la promoción
de las exportaciones y su financiamiento corría a cargo del Instituto
Mexicano de Comercio Exterior y del Banco Nacional de Comercio Exterior.
Al primero lo desaparecieron para dar nacimiento a esa entelequia que
se llama ProMéxico, creación del panismo. Al segundo le han restado
presencia, de tal suerte que hoy es sólo un apéndice de Nacional
Financiera. Ha tenido que pagarse una factura muy cara. Las dos últimas
tienen que ver con las goleadas sufridas, primero ante Brasil y esta
semana frente a Argentina. Desde que Bruno Ferrari fue designado
secretario de Economía se advirtió que sus estudios en teología no eran
los adecuados. No es lo mismo luchar con ángeles del demonio que con los
duros negociadores de otros países –aunque algo tienen también de
luzbeles. En marzo anterior, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff
dio un apachurrón al de Felipe Calderón al disminuir la venta de
exportaciones de automóviles armados en México. Esta semana, la
presidenta Cristina Fernandez, de Argentina, publicó en su boletín
oficial el decreto que eleva de cero hasta 35 por ciento el arancel, el
impuesto, a la importación de automóviles armados en México. Ferrari
dice que impugnará la decisión ante la Organización Mundial de Comercio.
Tv Azteca vs Ibope
Es de varios dígitos la cifra de dinero en la que los
abogados de Tv Azteca están trabajando. Se trata de la indemnización que
la televisora podría reclamar judicialmente a la firma de medición de ratings
Ibope, a partir de la cuantificación de daños y perjuicios que resintió
con motivo de una filtración de datos confidenciales vía Internet. El
director general de Tv Azteca, Mario San Román, dice:
no sabemos desde cuándo esté vulnerada la muestra, pero tú no puedes vivir sin saber si está manipulada, si alguna gente hizo mal uso de la información
Dos caras de la misma moneda: por un lado, el triunfal discurso del calderonato que entre sus
logrospresume
un gran avanceen materia de recaudación fiscal; por el otro, la alegre cuan voluminosa condonación y/o devolución de impuestos para los amigos y protegidos del régimen, amén de la defensa y mantenimiento de los regímenes tributarios especiales, que a la nación le cuesta una multimillonaria cantidad todos los años. Resultado: México se mantiene en los últimos lugares latinoamericanos en lo que a recaudación fiscal se refiere, aunque destaca en el ámbito del rembolso de impuestos.
Que no se trate de un causante de a pie, porque al primer retraso que
registre en el pago de sus obligaciones fiscales, el SAT lo ametralla
con
recordatoriosy
exhortospara que de inmediato cubra lo que debe, algo diametralmente distinto al fino y atento trato que brinda a los grandes contribuyentes, a quienes no sólo les regresa multimillonarias cantidades de impuestos, sino que les concede la cancelación de voluminosos adeudos sin que nadie tenga la posibilidad de conocer a quiénes se les corrió la cortesía.
En este último contexto, se mantiene el jaloneo entre la defensa a
ultranza que el SAT hace de los beneficiarios de una cancelación fiscal
cercana a 74 mil millones de pesos y el amparo presentado por una
ciudadana, por medio del cual solicita al Servicio de Administración
Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la entrega de
los nombres de los favorecidos por tal decisión. Resulta que “el pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación inició (el martes pasado)
la discusión de seis asuntos en los que está de por medio el alcance del
principio de ‘máxima publicidad’ y transparencia de la información
pública y la ‘opacidad’ en el manejo de la información gubernamental (La Jornada, Jesús Aranda)”. Entre los casos a revisar está el del citado amparo.
Se espera que, tras la discusión, la SCJN defina criterios sobre las
obligaciones que tienen las autoridades para entregar información
pública. “En su proyecto de dictamen, el ministro ponente, Arturo
Zaldívar, retoma los argumentos esgrimidos por la juez de distrito Ana
Paula García Villegas al revisar en primera instancia el amparo que
dictaminará la Corte, quien argumentó que ‘no es posible decir que, al
proporcionar la información respecto de créditos fiscales cancelados se
perjudica el interés público’, sino que, por el contrario, ‘se protege
ese interés, pues sólo así la ciudadanía puede verificar y tener plena
certeza de que las cancelaciones de créditos fiscales no se realizan de
manera arbitraria, sino que respetan el principio de legalidad’ con
reglas claras y específicas (ídem)”.
De acuerdo con informes de la Cámara de Diputados, de 2007 a 2011 el
aumento nominal en la captación de impuestos se aproximó a 160 mil
millones de pesos. En 2007, el SAT, unilateralmente, canceló impuestos
por casi 74 mil millones, de tal suerte que de un plumazo y en una sola
operación el gobierno calderonista se
comiómás de 46 por ciento de ese incremento quinquenal en la recaudación fiscal, pero, según la autoridad recaudatoria, los mexicanos que sí pagan impuestos no tienen derecho a saber quiénes fueron los beneficiados y por qué. Este asunto ha ido creciendo (han intervenido el IFAI, los tribunales y ahora la SCJN), pero el SAT se mantiene en la defensa de los citados beneficiarios como si fuera su representante.
Mientras el SAT cobra impuestos para después devolverlos a
grupos selectos, a quienes defiende a capa y espada, la Cámara de
Diputados hizo un recuento sobre la captación fiscal en el periodo
2007-2011, y sobre el particular abunda que los ingresos tributarios no
petroleros se incrementaron 12.6 por ciento en términos reales, lo que
significó un incremento de 0.7 por ciento como proporción del producto
interno bruto, al pasar de 9.3 por ciento en 2007 a 10 por ciento en
2011. Pero no todo es atribuible a una eventual eficiencia de la
autoridad recaudadora, sino, más bien, al establecimiento de nuevos
impuestos (como IETU e IDE y el aplicable a gasolina, independiente de
los aumentos mensuales en el precio) y el incremento de la tasa gravable
de otros (IVA de 15 a 16 por ciento, e ISR de 28 a 30 por ciento)
De acuerdo con las cifras de la Cámara de Diputados, tal incremento,
en líquido, equivalió a 160 mil millones de pesos entre un año y otro.
Como referencia, en el mismo periodo el costo de la nómina burocrática
aumentó en más de 300 mil millones de pesos, de tal suerte que los
mexicanos ya saben para qué sirven sus impuestos: para condonarlos o
regresarlos a los amigos del régimen, y para pagar al dorado ejército de
servidores públicos.
En promedio, apunta el análisis de San Lázaro, de 2007 a 2011 la
participación de los ingresos tributarios no petroleros respecto del
total de ingresos presupuestarios representó 42.5 por ciento del total.
Sin embargo, los ingresos petroleros significaron 33.9 por ciento, con
lo que las finanzas públicas “continuarán vulnerables al sustentar el
gasto público –en una tercera parte– con recursos altamente volátiles
como son los energéticos”. Al desmenuzar los ingresos tributarios no
petroleros, el ISR fue el principal impuesto al aportar, en promedio,
48.8 por ciento de la recaudación, en tanto el IVA representó 37.7 por
ciento.
En el periodo 2007-2011, las
reformasen materia tributaria se tradujeron en cinco nuevos impuestos, más los incrementos en las tasas de nueve existentes. En lo que respecta a los impuestos especiales, las modificaciones al IEPS no petrolero se orientaron a incrementar las tasas impositivas así como la adición de nuevos gravámenes, con lo que dichas modificaciones pretendían cumplir con fines extra fiscales, es decir, inhibir el consumo de los bienes gravados por el IEPS. Sin embargo, apunta la Cámara de Diputados,
al final del día resulta cuestionable su eficacia debido a que no existen indicadores que permitan evaluar si se cumplen o no los fines de los impuestos especiales. Por lo anterior, las modificaciones al sistema tributario mexicano en el periodo 2007-2011 no han sido suficientes para hacer frente a las necesidades crecientes del gasto público, lo que ha implicado que los ingresos petroleros continúen sustentando gran parte de las finanzas públicas. Por lo que resulta necesario que en el corto plazo se defina el rumbo de la política tributaria a fin de fortalecer los ingresos derivados por impuestos bajo principios de proporcionalidad y equidad.
Las rebanadas del pastel:
Qué lástima: se acabaron las
campañas, y ahora viene la encuesta definitiva. El domingo, a votar.
El inédito atentado de
ayer en contra de las instalaciones de la televisora oficialista de
Siria, Al Ijbariya –con un saldo de siete muertos–, los cruentos
combates que han ocurrido en horas recientes entre las tropas
oficialistas y las milicias rebeldes a las afueras de Damasco y el
reciente reconocimiento por el presidente Bashar Assad de que su país
enfrenta
un estado de guerra, y de que centrará todos los esfuerzos de su gobierno en ganarla, parecen los primeros estertores de un régimen asediado por la ofensiva rebelde –alentada y armada desde el extranjero– y por la presión internacional, y hacen pensar que el conflicto que se vive en la nación árabe ha alcanzado un punto de no retorno.
Trasnacionales, beneficiarias fiscales
El viernes 22 de junio, al
leer como suscriptor la portada de su importante periódico, llamó mi
atención la nota de Enrique Méndez y Roberto Garduño, en la que señalan
que de acuerdo con la ASF
devolvió el fisco a consorcios $174 mil millones, y en uno de sus incisos que se regresaron impuestos a los sectores cementero, minero, automotriz y refresquero.
El domingo iré a votar
por Andrés Manuel López Obrador por segunda ocasión. Así lo hice en
2006, convencido que México requería un cambio que sólo puede venir de
una gran coalición popular, orientada hacia la izquierda. El primer
sexenio de la alternancia (2000-2006) fue catastrófico y terminó en un
franco retroceso antidemocrático (con el desafuero y la intervención
presidencial en los comicios). Fox asumió como propio el catecismo
neoliberal, las directivas del consenso de Washington, haciendo a un
lado la reforma institucional del régimen político que se quedó atascado
en una democracia mediática, hueca, gobernada por un arribista sin
sentido de Estado.
Enrique Peña Nieto advirtió:
El cambio que estoy proponiendo es que podría haber maestros con un mejor ingreso, si el de-sempeño de sus alumnos es mejor. A pesar de las indeterminaciones de esta
propuesta, injustificables en una sesión de preguntas hechas de su conocimiento con anticipación, queda claro que el aspirante a la Presidencia de la República afianzaría la aberrante política salarial de
pago por resultadosque han pretendido imponer Elba Ester Gordillo y Felipe Calderón a los maestros mexicanos; política sustentada también en vaguedades y contrasentidos, en una ideología inaceptable y cuyas consecuencias son funestas para la educación.
La troglodita asonada
parlamentaria que destituyó al presidente de Paraguay Fernando Lugo
viene a poner de relieve dos cuestiones muy importantes. Una, Estados
Unidos, cuya embajada en Asunción incubaba el derribo del mandatario
desde 2009, ha sido el diseñador, fabricante o cómplice de todos los
golpes de Estado contra los gobiernos democráticos latinoamericanos,
aunque últimamente los disfrace con ropajes distintos a los
tradicionales. Cataloga de amigos a los gobiernos salidos de las urnas
sólo cuando se pliegan a sus dictados y no llevan a cabo reformas que
afecten sus intereses. Así lo demuestran sólidas evidencias, cuya
investigación debemos a una pléyade de eminentes historiadores
insuficientemente conocidos, como el argentino Gregorio Selser.
México es una ciudad en
donde mucho de lo que se construye acaba en la ruina y, por imprevisión,
algunos de nuestros monumentos más antiguos y bellos se degradan, a
veces de manera irremediable. Pongo un ejemplo de mi barrio: en la plaza
de la Conchita, uno de los edificios más emblemáticos de Coyoacán, la
capillita situada frente a la casa de la Malinche, también muy
maltratada, está en grave peligro por falta de coordinación entre las
distintas autoridades de las que depende y los diferentes delegados a
los que hemos dado nuestro voto son impresentables.
Como si fuera poco que
se pague con nuestros impuestos el alquiler del Teatro Helénico a un
instituto tan deleznable como lo es el que lleva el mismo nombre, ahora
Televisa se apodera de este espacio que en teoría rige el CNCA. Y esto
no sería tan grave si fuera con gracia y pundonor, pero lo que hicieron
con la obra de Arthur Miller el cómico Jorge Ortiz de Pinedo y su hijo
Pedro, traductor y adaptador de la misma, violenta todas las premisas de
lo que entendemos por un buen teatro. Ignoro si la talentosa Lorena
Maza, ahora al frente de este centro cultural seguirá por esta línea de
mal teatro comercial, pero esperemos que pronto no sea así. Tampoco
entiendo la insistencia en adaptar a un clásico contemporáneo como es
Miller y no dejar que el público lo conozca tal y como es, aunque
algunos detalles como es el de los hijos de Eddie y Beatrice,
mencionados con alguna frecuencia pero nunca vistos en escena –se supone
que están con la abuela– pueden ser suprimidos, y aun extremando, que
el lenguaje del narrador Alfieri pierda los tonos poético del principio y
el final. Pero lo que no es admisible es que se cambie el desenlace y
con él se trastoque la personalidad del protagonista.
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