Las televisoras (es
decir, Televisa), el PAN (es decir, Calderón y su moneda de cambio
apellidada Vázquez Mota) y el IFE (es decir, Valdés Zurita y sus
consejeros de adorno), cerraron filas anoche para imponer la percepción
de que Enrique Peña Nieto y el PRI (es decir, Salinas de Gortari, los
niñosVerdes y la profesora Gordillo) llevan una delantera en los comicios no solamente irreversible, sino aceptable, sin riesgos, casi normal o natural.
Apenas conteniendo la sonrisa, alegre sin ánimo de disimularlo,
enérgico en el discurso hasta parecer triunfante, Felipe Calderón se
manifestó bien dispuesto a propiciar una transmisión tersa de poder,
felicitando de manera abierta al priísta mexiquense. Favor con favor se
paga: si el priísmo facilitó en 2006 la toma de posesión del panista en
jaque, ahora el beneficiario de aquellas hazañas de puerta trasera
pretende recibir al partido de los tres colores con alfombra y honores.
La Presidencia de la República la ha ganado Televisa y de inmediato
comenzó a ejercer su mando. Destinó una transmisión en vivo al discurso
de PeñaVisa en el PRI nacional y así avanzó en el sostenido proceso de
asentamiento de la imagen del triunfo
contundente e inobjetableque el trágico Leonardo Valdés Zurita había creído sellar minutos atrás al dar a conocer resultados de conteos rápidos que dan ventaja oficial importante al ex gobernador del estado de México.
Josefina Vázquez Mota develó sin pudor su condición de instrumento
para cambalaches políticos entre el verdadero jefe, Calderón, y la
apuesta común, Peña Nieto, al reconocer su derrota cuando los números
oficiales apenas comenzaban a fluir, ansiosa por allanarse para así
fortalecer al candidato del copete y cercar a AMLO en la exigencia de
reconocer
resultados. Otra moneda de cambio, Gabriel Quadri, también se apresuró con gusto a darse por derrotado y presionar al tabasqueño en el mismo sentido acordado.
López Obrador fijó una postura serena ante el encadenamiento de
acontecimientos adversos. Se reservó el derecho a manifestarse hasta que
haya cifras más en firme, es decir, hasta el próximo miércoles. No
convocó a rebeliones, pero tampoco aceptó las tendencias oficiales hasta
ahora anunciadas. Mencionó sin aspavientos ni especial énfasis la
inequidad vista en el proceso electoral, incluyendo el comportamiento de
medios de comunicación. Los días que vienen serán para reflexionar,
consultar y planear: la protesta y la movilización contra los resultados
oficiales o el paso a un lado para recomponer y acaso dar forma al
proyecto del nuevo partido político, con base en Morena.
EPN cree posible alzarse con la Presidencia de la República (a
reserva de la reacción social que pudiera desatarse en contra de su
enturbiado presunto triunfo) por haber cumplido con su ciclo electoral
programado: instalación previa de percepciones de triunfo inevitable
mediante el concierto de encuestas de opinión aliadas, confirmación y
convalidación de esas fabricaciones demoscópicas a través de
comentaristas, intelectuales y medios de comunicación alineados, puesta
en marcha de los ejércitos de acción electoral conformados por priístas
de siempre y por gordillistas tácticos (financiado todo desde tesorerías
de gobiernos estatales priístas y patrocinadores oscuros) y el muro de
protección formado por el IFE y el tribunal electoral federal.
Los resultados preliminares dados a conocer anoche establecen
de manera conveniente la suficiente distancia entre los dos principales
contendientes, EPN y AMLO, co-mo para sustentar la intensa campaña
mediática desatada de inmediato en busca de convencer al público
televidente de que el de ayer ha sido un brillante ejercicio
democrático, apenas salpicado de incidentes ínfimos y que no hay razones
ni condiciones para intentar una resistencia cívica como la
desarrollada en 2006. Ya no se estaría en presencia de un endeble 0.56
por ciento de diferencia proclive a un arrinconado Felipe Calderón, sino
varios puntos en favor de un candidato priísta apuntalado por
gobernadores de su partido y una coalición de poderes fácticos en pleno.
Además de esa apropiación de lo federal, y con el mismo apoyo del
poder de las pantallas, sobre todo Televisa y sus oportunas entrevistas
de consolidación de presuntos triunfadores, el PRI se ha declarado
triunfador en Jalisco, donde una alianza entre el peñanietismo y el PRD
bajo control del jefe político de la Universidad de Guadalajara, Raúl
Padilla, cerró el paso a Enrique Alfaro, la única opción real de cambio
en esa entidad. Además, en Chiapas, los entendimientos entre el PRI y la
pandilla de los Verdes está concesionando el negocio de ese gobierno al
joven Manuel Velasco. Y en Yucatán se adelantaba la victoria del
priísta Rolando Zapata Bello.
En el Distrito Federal se mantiene la hegemonía de Marcelo Ebrard a
través de Miguel Ángel Mancera, como pago por los arreglos para dejarle
la candidatura presidencial a AMLO. Otra parte del perredismo, la de los
Chuchos y similares, busca quedarse con la gubernatura de Morelos, con un enorme tufo al clásico arreglo mercantilista de ese segmento
de izquierda. En Tabasco, un camaleónico Arturo Nuñez, de cargado historial electoral priísta, aspira a convertirse en falsa concesión al pejismo nativo. Y el PAN habrá de conformarse con la gubernatura de Guanajuato, entre yunques y foxismo realineados.
El PRI, regodeándose con Los Pinos y varias gubernaturas importantes,
espera quedarse también con el control del congreso federal, de tal
manera que con una mayoría propicia (PRI, Verde y Panal, más el PRD
chucho-ebrardista) pueda sacar adelante las reformas legislativas que
den paso a la segun- da oleada salinista de
modernización, con Pemex como principal bocadillo.
Todos esos reacomodos en las cúpulas entrarán en un impredecible
proceso de confrontación con la realidad social y, en particular, con el
hartazgo colectivo ante el predominio de los mismos factores de poder,
sean priístas o panistas. Un papel crucial corresponde a los jóvenes en
general y en particular a los agrupados bajo la denominación del 132.
¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Apartir de las ocho de
la noche de ayer se desataron las encuestadoras dando a conocer sus
resultados de salida. Favorecían a Peña Nieto, colocaban a López Obrador
en el segundo sitio. También coincidían en que Josefina Vázquez Mota
había caído al tercer lugar. Hay una contradicción aparente: el dinero,
la compra de votos, dominó la campaña de principio a fin. Mucha gente
desempleada y empobrecida vendió su sufragio. El mejor postor fue el
PRI. Esa misma gente votó contra quienes consideran los responsables de
sus desgracias recientes: el PAN y Calderón. Desde temprano la prensa
internacional se anticipó a los resultados, como puede verse enseguida.
Tal vez una sorpresa: Washington Post
La elección presidencial en México se desarrollaba el
domingo con largas filas en las casillas y sin reportes de violencia o
extensas irregularidades. Se espera que la elección restaure el poder
del una vez desacreditado PRI, que gobernó México durante gran parte del
siglo XX y fue considerado un obstáculo para la democracia. En las
encuestas, el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, ha mantenido una
ventaja de doble dígito sobre sus rivales, pero también han mostrado que
una importante porción de los votantes permanecen indecisos y podrían
generar una sopresa de última hora a la predicción de un gran triunfo de
Peña Nieto.
(Nick Miroff y William Booth)
Malestar y fatiga por el PAN: New York Times
Millones de mexicanos votaron el domingo en una elección
presidencial que sugería traer de regreso al partido que gobernó
autocráticamente la mayor parte del siglo XX. La campaña no fue dominada
por un solo tema, tampoco por las más de 50 mil personas asesinadas en
años recientes en el esfuerzo por controlar el tráfico de drogas, ni por
una economía que ha crecido pero que ha dejado atrás a pobres y que
falló en elevar los ingresos de la gente. En lugar de esos temas, dicen
los encuestadores, los electores sienten un malestar general y fatiga
después de 12 años de gobierno del conservador PAN, que había derrotado
al centrista PRI en 2000, en la primera elección realmente democrática
aquí.
(Randal C. Archibold)
Historia de corrupción: The Guardian (Londres)
Los mexicanos van a la elección de su nuevo presidente el
domingo con el candidato del una vez vilipendiado PRI como claro
favorito para ganar. El joven y telegénico Enrique Peña Nieto ha ayudado
a su partido a disimular una reputación de corrupción y periódico
autoritarismo en 71 años ininterrumpidos en el poder, que terminó en
2000, cuando perdió la Presidencia ante el PAN.
Las encuestas están manipuladas, dice una recepcionista que es simpatizante de López Obrador, María Guadalupe García.
Si el PRI gana es porque la maquinaria del partido saca ventaja de la pobreza y la ignorancia de la gente, más que por un voto informado y razonado.
Un presidente derrotado: The Washington Post
En reuniones, el presidente Felipe Calderón ha mencionado
a sus invitados que él y su familia están pensando salir de México para
vivir en el extranjero después de que su sexenio concluya en diciembre.
Sería muy peligroso permanecer, advierte en conversaciones privadas,
porque las poderosas mafias pueden ir tras él.
Para el comandante en jefe de la guerra contra el narcotráfico
–apoyada por Estados Unidos–, sugerir que no ha podido proveer de
seguridad para vivir en su propio país es una sorprendente declaración
–y puede ser vista como una aceptación de fracaso o como una evidencia
de que ha peleado muy duro y qué tan lejos México necesita ir todavía.
Cuando los mexicanos van a elecciones el domingo para elegir a su
sucesor, Calderón encuentra su legado controvertido, su partido
impopular y a su candidata, la enérgica ex secretaria de Educación,
Josefina Vázquez Mota, figurando en el tercer lugar de las encuestas.
(William Booth)
A la sombra del narcotráfico: Reuters
Millones de mexicanos votaban el domingo para elegir
nuevo presidente con una fuerte presencia de agentes de seguridad en las
regiones acosadas por el narcotráfico, en unos comicios que marcarían
el regreso al poder del PRI, que dominó la escena política durante casi
todo el siglo pasado. El candidato del opositor PRI, el abogado de 45
años Enrique Peña Nieto, llega a las elecciones con al menos 10 puntos
de ventaja en las encuestas sobre el izquierdista Andrés Manuel López
Obrador, mientras que la oficialista Josefina Vázquez Mota se ubica en
tercer lugar
En la pretérita edad de las
prensas planas, las novelas, las historias y los monitos se entregaban
periódicamente en pequeños folletines anexos o independientes de los
diarios, y mantenían en ascuas durante días a sus lectores. Los
personajes tan numerosos y las tramas tan enredadas que cada nuevo
capítulo tenía que iniciar con una sinopsis para intentar poner al
corriente a los lectores, hoy se dice: en contexto.
Pues aquí está mi sinopsis:
Dos disposiciones legales son la base de este embrollo.
1.- El artículo 62 de la Ley de Radio y Televisión señala:
Todas las estaciones de radio y televisión en el país estarán obligadas a encadenarse cuando se trate de transmitir información de trascendencia para la nación, a juicio de la Secretaría de Gobernación
El Sistema de Cuentas
Nacionales de México del INEGI concluyó a mediados de junio el cálculo
de la Oferta y la Demanda Globales al primer trimestre de 2012, cuyas
cifras anualizadas nos permiten ir cerrando las cuentas macroeconómicas
del sexenio.
Tanto la Oferta como la Demanda agregadas del trimestre totalizaron
19 billones 879 mil 083 millones de pesos corrientes (anualizados),
cifra que representa un crecimiento real (sin la inflación) de 5.2%
respecto al primer trimestre de 2011; no obstante, en el sexenio su tasa
media de crecimiento es hasta ahora de 1.7% anual únicamente (Gráfico
1).
A distancia de nueve años, de 2004-2012 (datos disponibles con la
base 2003), la tasa media de crecimiento anual (TMCA) de la Oferta y la
Demanda es de 3.3 % (Gráfico 2).
Rápidamente se le
borrará la sonrisa y el ánimo triunfal a quien al final de cuentas
resulte ganador de la rifa dominical del tigre salvaje. Los problemas
nacionales son enormes y crecientes, es decir, proporcionalmente
inversos a la capacidad de la clase gobernante para resolverlos y sacar
al país del profundo barranco en el que se encuentra desde hace tres
décadas. Será cuestión de esperar el resultado oficial de los comicios,
pero más allá de quien sea declarado vencedor, la tarea es por demás
descomunal.
En vía de mientras, va un repaso por la realidad económica nacional,
cortesía del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del
Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, para el que
la transición hacia el nuevo gobierno debe tomar en cuenta las señales
de alerta que se han prendido en el entorno económico mexicano, ya que
si bien algunas son de origen foráneo, otras pertenecen al ámbito
doméstico. La debilidad laboral es el fruto de una política económica
que ha debilitado el mercado interno, afectando con ello a trabajadores y
empresas. En los siguientes años el trabajo por realizar será arduo, se
deben cambiar los fundamentos del modelo que impera en México y
reorientar los objetivos hacia la generación de una sociedad de
bienestar basado en empresas competitivas. De no cumplirse con ello se
corre el riesgo de que la crisis internacional nuevamente contagie a
nuestro país.
La inflación, la precariedad del mercado laboral, la caída de los
precios internacionales del petróleo y la depreciación del tipo de
cambio constituyen algunas de las variables que han comenzado a reflejar
que la evolución de la economía mexicana no se encuentra en un
escenario optimista. Por el contrario, su deterioro refleja que el
entorno internacional ya afectó tanto a la actividad productiva nacional
como a los consumidores. La combinación de mayor inflación y
precariedad laboral es uno de los aspectos más preocupantes,
fundamentalmente porque trastoca la estabilidad y calidad de vida de las
familias. Se podría argumentar que una inflación de 4.3 por ciento es
baja comparada con las tasas registradas en décadas pasadas, sin embargo
ello no toma en consideración que en productos como los alimentos se
tienen aumentos de dos dígitos. Tan sólo en el caso del frijol la tasa
anual ronda el 55 por ciento. El aumento de precios daña más a la gente
pobre, situación que se viene agravando conforme avanza el deterioro del
mercado laboral. El aumento de las personas que se encuentran atrapadas
en la economía informal, que enfrentan condiciones críticas en su
trabajo o que no tienen prestaciones, sintetiza que contar con empleo no
necesariamente resuelve todas sus necesidades.
La depreciación del tipo de cambio complica el entorno para una
economía que importa más bienes de los que vende al exterior. El aumento
de los precios de los productos importados es consecuencia de la
pérdida de valor del peso frente al dólar. Por tanto, la salida de
capitales que se suscitó hace unas semanas ya golpea a la economía
nacional, tanto a las empresas que realizan la importación de máquinas e
insumos para producir, como a los consumidores que terminarán pagando
un precio más elevado. En el caso del precio del petróleo también se
verifica una situación inquietante: su drástica caída no deja beneficios
al país, al menos no para el ciudadano. El efecto directo de la
disminución del precio del hidrocarburo mermará los ingresos públicos,
particularmente los excedentes que habían permitido que el gobierno
federal y los estados contaran con recursos extra para aplicarlos a
programas económicos que en teoría debieron fomentar el crecimiento
económico. Hoy ese efecto se está agotando. El efecto indirecto es que
ello hará que el gobierno siga aplicando políticas que limitan el avance
de la economía.
Un problema adicional para los ciudadanos es que la baja
citada no se traducirá en un menor costo de las gasolinas: a pesar de la
caída que el precio del petróleo ha registrado en las últimas semanas,
no se detendrá el alza generalizada en el precio final de los
combustibles. Además debe citarse que la parte bancaria tampoco ha
tenido buenas noticias, pues la disminución en la calificación de varios
bancos trasnacionales que operan en México refleja que la incertidumbre
que priva en el mundo financiero también se ve reflejada en nuestro
país. No debe minimizarse esta llamada de atención.
La problemática internacional se originó a partir del incremento en
los niveles de endeudamiento de las naciones. Principalmente las
economías europeas revelan un nivel de deuda externa como proporción del
PIB superior a la producción de un año. Los tan mencionados ajustes
encaminados a la austeridad fiscal han servido como paliativo a la
problemática, pero no han solucionado el problema de raíz: los altos
niveles de endeudamiento continúan presentes. En este sentido, México se
encuentra supeditado al escenario de incertidumbre internacional. La
idea ilusoria de que el país está
blindadoes cuestionable dado un sistema financiero internacional con participación importante de capital extranjero, un ciclo económico estrechamente vinculado con la economía estadunidense y un débil mercado interno que por sí solo no es capaz de generar crecimiento potencial.
Fuertemente relacionado con lo anterior, se aprecia la desaceleración
hasta abril del presente año del indicador global de la actividad
económica. Sus componentes exhiben una leve moderación en su ciclo, la
cual afecta de manera más importante al sector primario; por su parte,
los otros sectores de la actividad económica también presentan una
moderación en su ciclo. En el presente contexto internacional, el
aparato productivo ha sido incapaz de mantener elevadas tasas de
crecimiento coartando así, en el corto plazo, las mejoras a las agudas
problemáticas de pobreza, desocupación y precarización del empleo. De
igual manera, el histórico motor de crecimiento económico que ha sido el
sector externo, hoy en día se encuentra atado a la coyuntura
internacional.
En este sentido se aprecia que si bien la tendencia de las
exportaciones se encuentra en alza, la persistencia de dicha evolución
dependerá del comportamiento de los mercados internacionales,
principalmente de los vinculados al sector automotriz. Para el caso de
Estados Unidos ya se aprecia un menor dinamismo en la producción y venta
de autos, y en consecuencia la producción mexicana presenta la
moderación correspondiente en su tendencia.
Las rebanadas del pastel
Copiosa participación ciudadana en la perfectamente desorganizada casilla 3557 en Alvaro Obregón.
La infructuosa OMS (Organización Mundial de la Salud) define cuidados paliativos como
El cuidado activo y total de las enfermedades que no tienen respuesta al tratamiento curativo, con el objeto de conseguir la mejor calidad de vida posible controlando los síntomas físico-síquicos y las necesidades espirituales y sociales de los pacientes.
Así, la bien intencionada corriente paliativista, esa que
no retrasa ni adelanta la muerteen la atención integral al enfermo y a su familia, incurre con frecuencia en nociones fantasiosas que contrastan con una realidad que rebasa las intenciones, al grado de alardear:
Procuramos acabar con el dolor, no con el doliente, en su afán por evitar a toda costa la eutanasia o muerte digna y de prolongar la vida incluso contra la voluntad del paciente.
El proceso electoral que
habría debido culminar ayer con resultados confiables y un ganador
inobjetable de la contienda presidencial se encuentra, en cambio, en un
preocupante compás de espera y se ha visto contaminado por malas
conductas institucionales, civiles y mediáticas.
Alegoría
Soy un hombre de 31 años que nació bajo el régimen priísta. Hoy celebro con vítores que el gobierno
recién electopueda robar, pero que nos deje robar a todos; que los cañonazos de 50 mil pesos vuelvan a ser parte de nuestra cotidianidad; que revivamos la ley de Herodes; que la brutal represión a los movimientos sociales, como en el caso de Atenco, se vuelvan actos legítimos y legales; que el corporativismo y charrismo sindical se fortalezcan, y que el endeudamiento del país crezca de manera exponencial entre otros tantos beneficios económicos y avances democráticos que de manera innegable tendremos a partir de hoy.
La Suprema Corte de
Estados Unidos tomó dos controvertidas decisiones la semana pasada, cuya
trascendencia seguramente impactará las elecciones del próximo
noviembre en ese país. La primera fue avalar la más contenciosa
previsión de la norma conocida como ley Arizona, cuya intención
es considerar criminal a cualquier indocumentado o a quien lo parezca.
La segunda, avalar la reforma al sistema de salud del presidente Obama.
Los tiempos de entrega
de nuestros comentarios en estas páginas me presenta un problema, como a
los compañeros que escribimos hoy, unas horas antes del día en el que
la prensa de México y del mundo, y todos los medios, lance la noticia
más importante que en el género político se da cada seis años: ¿quién
será el presidente de la República Mexicana y, por tanto, el hombre o la
mujer más responsable del destino de nuestra patria, como el primer
mandatario de la nación? ¿Qué ideología y qué partido o coalición lo ha
llevado hasta este punto? Luego, quizás, la interrogante de mayor
trascendencia: ¿está humanamente calificado para hacer frente a
semejante responsabilidad?, y finalmente: ¿conoce verdaderamente al país
más allá de la bulla obligada de una campaña electoral? Las
interrogantes hasta esta hora son inevitables.
Hace 51 años el Fondo de Cultura Económica publicó El agua envenenada, novela de Fernando Benítez, donde cuenta la vida de un pueblo, Tajimaroa, dominado por un despiadado cacique al que un rumor (
No beban agua. Corren peligro de muerte. Ha sido envenenada) que luego se volvió multitud atribuyó tal maldad. El pueblo se rebela contra el cacique y le cobra todas sus infamias. A finales de mayo pasado, los habitantes de varias delegaciones de la ciudad de México comenzaron a quejarse por el mal olor y sabor del agua que llegaba a sus hogares o negocios. Ninguna autoridad explicó lo que pasaba. No pocos atribuyeron ese mal olor y sabor a la filtración del drenaje al sistema de distribución del agua potable, sin faltar quien hablara de sabotaje de las autoridades federales para restar simpatía al gobierno local y al candidato Mancera. Por fortuna, no hubo el rumor de que el agua estaba envenenada, aunque las cisternas y los tinacos de casas y edificios olieran a podrido.
Escribo estas líneas la
mañana de la jornada electoral, es decir, antes de que fluya ninguna
señal que indique la inclinación ciudadana hacia alguno de los
candidatos en la competencia. Habrá, pues, que esperar y mantener ojos y
oídos bien abiertos para seguir en el detalle, si es posible, a través
de los medios, el desarrollo de este proceso electoral que sin duda es
importante. Importante porque otra vez está en juego la posibilidad, no
remota, de que un hombre de izquierda dirija este país desde esta
mirada.
Cuando escribo esta colaboración para La Jornada
ignoro si se reconoció o no el triunfo claro de la mayoría ciudadana,
de Andrés Manuel López Obrador, del pueblo que lo apoya, en la elección
presidencial; por tanto, no puedo juzgar si se dio un paso firme hacia
la democracia o todavía tendremos que esperar para ver un cambio
verdadero. Por ello me ocuparé de un artículo que aquí mismo publiqué el
21 de agosto de 1991, hace ya 21 años, con el mismo título que éste.
En México se forjan
ilusiones cada seis años. Pocas se han cumplido en las ultimas tres
décadas, sobre todo en lo que concierne a gran parte de la gente.
En mi memoria agradecida
han ocupado nichos vecinos, y muy altos, las películas de Akira
Kurosawa entre 1943 y 1993 y los ocho discos de Led Zeppelin entre 1969 y
1979. Representan algo así como la perfección en su arte. Uno se puede
poner quisquilloso y reparar en este o aquel detalle, pero se necesitan
ganas. Si detenemos una película de Kurosawa (hoy tan fácil y casero) en
cualquier instante, en el cuadro que sea, la imagen será perfecta en
términos plásticos, fotográficos y dramáticos, Brueghel, John Ford,
neoexpresionismo y teatro Noh. Del mismo modo, si uno se clava en
cualquier pasaje o rola del zepelín, escucha los
sonidos prístinos del rock puro (que es puro blues) en una unidad
instrumental básica, como los cuartetos de Brahms o Schubert en lo suyo.
Disculpe el lector las comparaciones un tanto gruesas; como sea aquí se
hace referencia a dos artes bastardas –el cine y el rock–, que además
en el siglo XXI ya despiertan pocas reticencias
culturales.
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