7/04/2012

PGJEM nunca auxilió a madre de desaparecida

Amparo Vargas no fue escuchada en su demanda de justicia

 Por Gladis Torres Ruiz

México, DF, 3 julio 12 (CIMAC).- Cecilia Pérez Vargas, de 16 años, desapareció el 26 de noviembre de 2011, en Tlalnepantla, Estado de México; su madre, Amparo Vargas, pidió apoyo al ex gobernador  de la entidad Enrique Peña Nieto, sin ser escuchada. 

 Cuarenta días después, el cuerpo de Cecilia fue encontrado debajo de un puente del Circuito Exterior Mexiquense, en la zona de Tultitlán. La última vez que la adolescente fue vista con vida fue cuando subió al microbús que conducía César Armando Librado Legorreta, alias “El Coqueto” –feminicida detenido en febrero pasado–.

En entrevista con Cimacnoticias, Amparo afirma que no descansará hasta encontrar la justicia que el gobierno de Peña Nieto le negó. “Le mandamos cartas pidiendo ayuda cuando desapareció mi hija y nunca contestó. Nada más cuando quieren el voto te buscan, luego nadie se preocupa”, reclama.

Vargas cuenta que su hija estudiaba en el Colegio de Bachilleres de Ciudad Satélite y estaba a punto de obtener la certificación para dar clases de natación.

Ella desapareció el 26 de noviembre de 2011, pero el acta la levantaron hasta el día siguiente porque en ese momento se les cayó el sistema, según dijeron las autoridades judiciales.

“Tenían una libreta donde te anotabas; antes que yo había otras 50 personas que iban a levantar denuncias por diferentes causas”, relata Amparo.

“Como no había sistema, yo salí a buscarla; me acompañaron mis  otros dos hijos y mi esposo, mi abogada y vecinas y vecinos. Las y  los amigos del Bachilleres de Cecilia organizaron brigadas de búsqueda en el recorrido de los microbuseros de la Ruta 2”.

Cecilia fue vista por última vez por su novio, quien la dejó al subir  a un microbús de la Ruta 2, de color verde y gris, en la vía José López Portillo, rumbo a Ciudad Satélite. Su novio recuerda que el microbús tenía un cristal roto del lado donde suben los pasajeros.

Amparo explica que todos estos detalles se los dijeron al agente del Ministerio Público (MP) de Tlalnepantla, sin que se investigara la ruta del microbús, ya que las autoridades insistían en que el novio de la joven tenía que ver con su desaparición.

Tres días después, el agente del MP —de quien Amparo no recuerda su nombre— “de plano me dijo que si quería encontrar a mi hija que la buscara yo, porque ellos no tenían ni cómo apoyarme. Yo insisto y le digo: ‘Vámonos sobre el chofer de la ruta’, y me contestó: “Hágalo usted porque nosotros  no tenemos ni medios ni nada”, denuncia la mujer.

Ante mi insistencia, agrega Amparo, logré que el MP aceptara tomar declaración a varios jóvenes que habían visto a mi hija subir al microbús.

“Me dijo: ‘Cítelos si quiere que declaren’. Al siguiente día llevé a cinco jóvenes que habían estado con mi hija y el MP nunca estuvo. Esto sucedió dos veces y nunca les tomaron declaración. Él (el MP) aseguraba que el novio tenía a mi hija, cuando yo sabía que no tenía nada que ver; el joven siempre estuvo dispuesto a declarar y anduvo con nosotros investigando”.

Amparo recuerda que ella dijo a las autoridades que quien plagió a su hija podría estar en la ruta de microbuses, ya que la última vez que se le vio fue al abordar la unidad de la Ruta 2 que, después se supo, manejaba “El Coqueto”. Los ministeriales nunca investigaron esa hipótesis.

La mamá de Eva Cecilia cuenta que para la búsqueda de su hija la Procuraduría de Justicia estatal le asignó dos agentes, a quienes les pagó la gasolina y en ocasiones también el crédito de sus celulares.

Los ministeriales “la acompañaban” a las direcciones donde podría estar su hija, sin embargo la esperaban en el auto y ella era quien entraba a las casas a buscarla arriesgando su seguridad.

“Cuando salía, los agentes únicamente me preguntaban: ‘¿Qué pasó? ¿La encontró?’”, narra Amparo Vargas. Por ello, advierte, decidió integrarse a la lucha de las madres de niñas y mujeres desaparecidas en el Estado de México, para exigir justicia.

La madre de Cecilia afirma que el expediente de su hija fue cambiado de agencia en varias ocasiones. “Un día llegué y me dijeron: ‘Lo mandamos a Barrientos; me voy para ese lugar y me dicen que no lo tienen; luego otra vez voy a Tlalnepantla y me dicen que estaba extraviado. A los ocho días resultó que la Fiscalía de Personas Desparecidas lo tenía.

“Al mes que volví a ver el expediente me di cuenta que estaba igual que cuando levante el acta, no tenía nada (nuevo)”, critica.

Amparo Vargas señala que el cuerpo de su hija permaneció por varios días en la PGJEM sin ser identificada, y que nadie le notificó que había un cuerpo. Fue ella quien por iniciativa propia accedió a la Unidad de Homicidios e identificó a su hija.

Era irreconocible pero traía puesta la misma ropa del día en que desapareció, por lo que después de pruebas periciales de identidad el cuerpo de Cecilia fue entregado a su familia y sepultada el 29 de diciembre de 2011.

Entre 2005 y 2011, durante la gubernatura del virtual candidato ganador a la Presidencia por el PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, fueron asesinadas 922 mujeres, según reportes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

La mayoría de los crímenes ocurrieron en los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Chimalhuacán, Naucalpan, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Cuautitlán.

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