7/04/2012

Enmienda de EU contra Rusia: la "línea Magnitsky"

Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
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La policía contiene una manifestación contra Vladimir Putin cerca del KremlinFoto Ap
 
En la reciente reunión del Grupo Bilderberg en Chantilly (Virgina, Estados Unidos, EU) prevaleció el apoyo a los disidentes rusos de proclividad neoliberal, según la amplia cobertura que le proveyó el sitio Infowars, que dirige Alex Jones.
Siempre fui muy reticente a tomar en serio las deliberaciones y alcances del Grupo Bilderberg, que concentra a la crema y nata de personalidades de la muy pasada de moda Comisión Trilateral (cuyo primer director fue el geoestratega Zbigniew Brzezinski) y que llegué a calificar de reliquia de la guerra fría.
El lituano Daniel Estulin es autor del best seller La verdadera historia del Grupo Bilderberg, de corte conspiracionista, y que es libro de cabecera de varios mandatarios.
Llama la atención la profusa receptividad de la prensa rusa –desde Russia Today hasta Pravda– a las deliberaciones ocultas del Grupo Bilderberg. Como se trata de cónclaves ultrasecretos de la supuesta elite noratlantista (con uno que otro asiático nipón y ningún latinoamericano) que supuestamente maneja la agenda global, resulta imposible evaluar sus objetivos y decisiones, salvo en forma tangencial.
Si bien el Grupo Bilderberg existe, mantengo mi postura, hasta prueba en contrario, de que constituye una reliquia del caduco orden mundial unipolar que no toma en cuenta la nueva configuración del incipiente reordenamiento multipolar (ascenso de los BRICS), lo cual no obsta para que conspiren (literalmente) contra la estabilidad rusa durante la tercera gestión del zar geoenergético global Vlady Putin, puesto a prueba tanto al interior como al exterior por los noratlantistas nostálgicos de la unipolaridad neoliberal.
¿Cual será la capacidad de daño del Grupo Bilderberg contra Rusia? Mucho dependerá de la influencia que ejerzan sobre los tomadores de decisiones a ambos lados del nor-Atlántico, hoy sumido en una grave crisis financiera.
El investigador Wayne Madsen reporta que el Grupo Bilderberg invitó este año a prominentes políticos anti-Putin –Anatoly Chubais, Garry Kasparov y Boris Nemtsov– y proyecta fomentar mayores disturbios en Rusia (The 4th Media, 14/6/12).
Chubais fue quien abrió las puertas del infierno de la privatización en Rusia en la etapa de Boris Yeltsin, la cual desembocó en la polución financiera de los vilipendiados oligarcas (unos encarcelados y otros exiliados en Gran Bretaña e Israel).
Madsen señala que Chubais, Kasparov y Nemtsov representan la ideología política neoliberal apoyada por George Soros y que gozan de contactos privilegiados con el polémico embajador de EU en Moscú, Michael McFaul, quien enarbola abiertamente la causa opositora a Putin.
En forma interesante, los contestatarios de Occupy Wall Street y miembros del Partido del Té se manifestaron en las afueras del cónclave secreto del Grupo Bilderberg.
Días después del cónclave secreto del Grupo Bilderberg, Valentina Matviyenko, jefa del Consejo de la Federación Rusa, arremetió contra la Enmienda Magnitsky, promovida en el Congreso de EU, como barbárica y de abierta interferencia en los asuntos internos de otro país, lo cual amerita represalias de Rusia (Russia Today, 28/6/12).
De forma ominosa, Matviyenko advirtió que la polémica Enmienda Magnitsky podría provocar una ruptura en las relaciones de EU y Rusia que podrían dañar al mundo entero (¡supersic!): Ningún Estado que se respete puede digerir este gesto hostil. Según la importante parlamentaria Matviyenko, Rusia no iba a ofrecer la otra mejilla ante la afrenta del Congreso de EU.
Fustigó que la Enmienda Magnitsky resguarda los intereses de ciertas fuerzas estadunidenses, que no cita, y que se oponen al arreglo de una cooperación constructiva entre EU y Rusia.
Consideró que como relevantes actores en la política y economía mundiales, la situación del mundo como un todo depende de las relaciones normales entre EU y Rusia. Como que suena muy holística Matviyenko y, a mi juicio, los facciosos unimundialistas estadunidenses no le harán el menor caso.
La Enmienda Magnitsky, que ha causado furor en Rusia, fue aprobada por el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara e impone prohibiciones de visas y el congelamiento de cuentas a los rusos que EU acusa viola los derechos humanos.
De forma más específica, la enmienda va dirigida a quienes están vinculados con el abogado de Hermitage Capital –misteriosa empresa británica (¡ojo!) de inversiones–, Sergey Magnitsky, quien murió por maltrato durante su inhumana custodia carcelaria en 2009.
La Enmienda Magnitsky para ser operativa requiere de su aprobación por el pleno del Congreso, así como de la rúbrica de Obama (quien la podría vetar eventualmente para no entorpecer más las relaciones).
El lamentable asesinato del abogado Sergey Magnitsky es condenable, pero es una deplorable situación que sucede a diario y desde hace mucho en la frontera sur estadunidense sin levantar muchas cejas en el Congreso. Incluso, EU cobija en la Universidad de Yale a Zedillo, presunto etnocida de Acteal y Aguas Blancas.
¿Qué existe de fondo para que el Congreso de EU, después de la Unión Europea, tome en forma tan personal el caso de Sergey Magnitsky? ¿Necesita EU una coreografía de guerra fría bajo la cobertura de los muy explotados derechos humanos con el fin de desestabilizar a Rusia al interior, al unísono de las manifestaciones teledirigidas de la oposición, además de presionar al exterior con el despliegue del escudo misilístico antibalístico, en una clásica operación de pinzas?
El Ministerio del Exterior ruso ha reaccionado en forma airada a lo que consideran una injerencia en su sistema judicial y en su soberanía (tan preciada por Medvedev y Putin). Rusia ha replicado con su interdicción al ingreso de funcionarios de EU bajo sospecha de violar los derechos humanos, tema que se ha vuelto veneno puro para desestabilizar a Moscú, como sucedió en la etapa de la guerra fría con Brejnev.
El mismo día de la vigorosa reacción de funcionarios rusos por el asunto Magnitsky, Putin alertó a graduados de academias y universidades militares que el ejército debe responder rápida y adecuadamente a cualquier amenaza de uso de la fuerza (Russia Today, 28/6/12), lo cual puede ser interpretado como una advertencia velada al injerencismo foráneo.
Xavier Lerma, de English Pravda (11/6/12), confronta al presidente ruso y al grupo secreto de marras: Vladimir vs Bilderberg. Lerma arremete contra el embajador de EU McFaul y los miembros del Grupo Bilderberg, como George Soros. Acusa a McFaul de estar detrás de las protestas callejeras en Moscú y cita la confesión de su intervencionismo en las revoluciones multicolores de Georgia y Ucrania, las cuales, a juicio del hiperactivo embajador de EU, no violan más (¡súpersic!) las normas internacionales.
Lerma exalta las dotes de ajedrecista político de Putin, quien puede proteger a Rusia. A su juicio, el problema yace en que el Grupo Bilderberg subestima a Putin, a quien intentaron asesinar (sic) este año donde Doku Umarov, un terrorista apoyado por EU (¡súpersic!), está implicado. ¡Esto es muy grave y no se conoce lo suficiente!
A semejanza de añejo Rubicón, Rusia ha trazado nítidamente la frontera de la línea Magnitsky con EU, de la que difícilmente existe vuelta atrás.
http://alfredojalife.com
Twitter: @AlfredoJalife

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