Recibirán hasta $4.6 millones los cuatro consejeros que dejan el IFE
1. Que existen las clases sociales y que la lucha de clases es a
muerte, es una verdad evidente. Marx decía hace 160 años que la
historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases y que
esta confrontación entre ellas sólo acabará cuando los trabajadores
entierren a quienes los explotan y oprimen. Parece un grito de
desesperación, pero es una verdad indiscutible que el moderno
capitalismo trata de enmascarar. ¿Cómo va a ser natural que un puñado
de jóvenes que luchan a favor del pueblo, sean perseguidos, torturados
en las mazmorras, asesinados, mientras a otro puñado de funcionarios
–con salarios mensuales de medio millón de pesos, que sirven al
gobierno- después de laborar apenas 6 años estén siendo agasajados con
más de 4.6 millones de pesos cada uno?
2. Se dice que aunque el Instituto Federal Electoral (IFE) no tiene previsto otorgar un
ono de marcha los cuatro consejeros que concluirán su gestión el próximo miércoles, de acuerdo con las disposiciones del organismo, las prestaciones que tiene el personal más las posibilidades de ahorro durante el periodo de gestión, con aportaciones similares de la institución y otras, cada uno de los salientes podría recibir 4.6 millones de pesos, antes de impuestos. ¿Puede olvidarse que cada uno de los miembros del IFE –organismo nada independiente que vigila a nombre del gobierno las elecciones- representa a uno de los partidos que ocupan el poder? ¿No se recuerda que al terminar su gestión cada uno se afilia y se hace funcionario del partido a que sirvió?
3. Es una mentada
de madre de gobierno y empresarios contra los trabajadores que en
México –los que tienen derecho de jubilación- después de trabajar 30
años y cuyo salario mensual es de 1,800 pesos, reciben cuando mucho el
equivalente de un mes. ¿Quién entonces que no sea un imbécil puede
decir que las clases sociales no existen y que todos somos iguales?
Como han dicho los jóvenes calificados de anarquistas: es necesario
profundizar la lucha de clases y hacer entender a los trabajadores que
si se quedan en sus casitas a ver televisión, si sólo escuchan los
consejos del cura y sólo piensan en el futbol, los seguirán engañando,
explotando, manipulando por el gobierno y los empresarios y jamás se
liberarán de esa terrible carga que llevan en la espalda como animales.
4. Denuncian jóvenes: “Armas paralizantes se han utilizado
contra algunos de los presos y presas políticas del 2 de octubre. Nueve
activistas por los derechos estudiantiles en la UNAM y/o en los CCH
fueron detenidos antes de llegar a la marcha del 2 de octubre y
acusados de ataques contra la paz pública”. ¿Será que la gente insulsa
cree a los medios de información que tachan a estos jóvenes de vándalos
y delincuentes? Hasta la fecha ninguna autoridad ha dado la cara para
explicar cómo estos jóvenes podrían ser culpables de ataques que nunca
ocurrieron. Las y los nueve activistas fueron sometidos a torturas y
tratos crueles, inhumanos o degradantes durante cinco días, tanto por
los policías preventivos, granaderos y de investigación del Distrito
Federal así como por los custodios de los penales.
5. Se
ha querido engañar a los trabajadores diciendo que todos somos iguales
ante dios y ante las leyes; que la existencia de miserables y
multimillonarios no debe preocuparnos porque son problemas humanos
naturales. Dicen que incluso ha desaparecido el imperialismo porque
ahora la economía es mundial y está globalizada; que el capitalismo
desapareció para dar paso a la “economía de mercado”. La gente no se
deja engañar fácilmente con cambio de palabras o de nombre porque ve a
diario en el campo y la ciudad que el desempleo crece y los salarios
tienen menos capacidad de compra. No se organiza, pero no deja de
demostrar su descontento; por eso los gobiernos y los empresarios
descargan su furia represiva contra los jóvenes rebeldes, hoy
“anarquistas”.
6. Frenemos el saqueo del presupuesto
público en gigantescos salarios, pensiones y regalos a funcionarios del
Estado. Pongamos un alto a la tortura, los encarcelamientos y
asesinatos de dirigentes sociales. No debemos permitir que nos sigan
viendo la cara de tontos. Como luchadores sociales y trabajadores
tenemos la obligación de profundizar el trabajo de convencimiento del
pueblo (obreros, campesinos, estudiantes, empleados, amas de casa) para
que comprenda que los altos políticas, empresarios y medios de
información no son sus amigos y menos sus servidores porque están al
servicio de los hombres del dinero y del poder. Exijamos la libertad de
todos los presos políticos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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