“Impacto devastador” en mujeres y niñas durante las guerras
ONU-Mujeres
y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) pusieron en
marcha la “Guía de Orientación del Secretario General de Naciones
Unidas para la reparación del daño a sobrevivientes de violencia sexual
en zonas de conflicto”, enmarcada en la visión de género.
La Guía, ahora sólo disponible en inglés, es resultado de la Primera
Cumbre Mundial para la Prevención de la Violencia Sexual en Zonas de
Conflicto, realizada en Londres, Inglaterra, del 10 al 13 de junio, y
con ella se hace un llamado urgente a que se creen programas integrales
de reparación del daño a mujeres y niñas víctimas de violencia durante
las guerras.
Al presentar la Guía, la directora ejecutiva de ONU-Mujeres, Phumzile
Mlambo-Ngcuka, urgió a las naciones garantizar la adecuada reparación
del daño en este tipo de delitos, pues es la medida más centrada en las
víctimas y no obstante para la que menos fondos se destinan una vez que
han terminado los conflictos bélicos.
Señaló que la indignación mundial ha crecido por los “sombríos
informes” sobre el “impacto devastador” que tiene en las mujeres y
niñas la utilización de la violencia sexual como un arma de guerra en
medio de conflictos en países como Nigeria, Siria o Afganistán.
En el documento de 20 páginas se definen ocho principios rectores para
cumplir el compromiso de detener la violencia sexual en zonas de
conflicto y atender de manera adecuada a las víctimas.
El primero de ellos es adecuar la reparación para las víctimas de este
tipo de delitos, lo que conlleva a una combinación de diferentes formas
de reparación.
Agrega que las reparaciones judiciales y administrativas deben estar
disponibles para todas las sobrevivientes, como parte de su derecho a
obtener un pronto y adecuado remedio, así como que las reparaciones
individuales y colectivas se complementen y refuercen entre ellas.
En ese sentido, las reparaciones deben ser transformadoras del contexto e incidir en la eliminación de estas violaciones.
Como otro de los principios rectores se establece que las naciones
quedan obligadas a garantizar la participación y la consulta a las
víctimas en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las
reparaciones.
Además se deben crear medidas de reparación provisionales ante
necesidades inmediatas, para evitar un daño irreparable. En la Guía se
pide a los países crear protocolos adecuados para investigar la
violencia sexual y que incluyan formas de reparación del daño.
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
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