6/26/2014

Los periodistas pal café. . . .


No es sólo ella. Ni su caso es el peor. Ha escandalizado por su condición de legisladora de ‘‘izquierda’’ que hacía punta en la lucha desde el Congreso contra los retorcimientos que de la mano de Los Pinos buscan favorecer al máximo poder televisivo, el de la empresa de Emilio Azcárraga, que históricamente ha frenado el desarrollo cívico y cultural de los mexicanos y se ha constituido en hiperactivo factor de poder que ayuda a la consolidación de los intereses de las cúpulas (ayudando y promoviendo a determinados personajes en busca de la Presidencia de la República y acallando y distorsionando las luchas sociales y electorales que tratan de cambiar ese entramado de complicidades en las alturas). Pero Purificación Carpinteyro es sólo un botón de muestra (imperdonable, vergonzoso, cínico) del grado de corrupción al que ha llegado el ejercicio de los cargos políticos en México y del nefasto entreveramiento de intereses empresariales y políticos en este país de descomposición galopante.
La ávida Purificación, urgida de hacer negocio a como dé lugar, es sólo una parte del complejo mundo de la izquierda mexicana que se ha permitido y promovido, la de las corrientes dominantes en el Partido de la Revolución Democrática, los Chuchos, los Bejaranos y las demás agrupaciones internas que por igual pelean por llegar a cargos y erarios desde los cuales seguir ‘‘haciendo política’’ a partir del dinero y con destino final en el dinero, en un círculo sin fin que perpetúa la corrupción administrativa (como ha sucedido en el Distrito Federal, ocupe quien ocupe la correspondiente jefatura de Gobierno) y excluye de la posibilidad de participación política a quienes carecen de dinero para ‘‘invertir’’. De esa cultura política trastocada no está exenta la construcción de Morena, donde la falta de recursos económicos fundacionales ha llevado a entregar ciertos seccionamientos regionales a patrocinadores que así se convierten en una suerte de franquiciatarios y donde sobreviven formas de la praxis compartida durante décadas con el perredismo que, a fin de cuentas, es su punto de referencia.
Del panismo es sabida su consustancial vocación por los negocios, con ejemplos extremos como el del llamado Jefe Diego, un abogado que ha utilizado sus relaciones políticas para promover personajes en la estructura del Poder Judicial y de la procuraduría federal de justicia, donde de manera agradecida son beneficiados los asuntos que promueve Fernández de Cevallos a través de su bufete divino, ganador muy frecuente de litigios a partir de la información privilegiada y los criterios jurisdiccionales bien aceitados. El más reciente escándalo de corrupción sabida entre panistas se dio en el caso de los moches que legisladores de esa formación de derecha exigían a presidentes municipales para conseguirles apoyos presupuestales federales. Y ni qué decir de los negocios de Vicente Fox, su esposa Marta y la avispada parentela del par de enamorados del enriquecimiento súbito y fácil. Memorables también son las camisas azules y las manos negras (es el título de un revelador libro, ya clásico, de Ana Lilia Pérez) de la pandilla encabezada por Felipe Calderón, el funesto personaje que ha dicho que de la ‘‘guerra’’ contra el narcotráfico que desató no se arrepiente (él sigue con vida para decidir si se arrepiente o no, mientras 100 mil mexicanos fallecieron, la mayoría en condiciones terribles y sin merecer siquiera procesos judiciales de esclarecimiento de esas muertes).
Del PRI no hay mucho que insistir en el tema. Las más recientes reformas constitucionales son un banquete insano para voracidades sin fondo. La redacción de muchos de esos rubros se ha hecho pensando en la manera en que se reflejarán en ‘‘oportunidades’’ de negocio para inversionistas ‘‘amigos’’ que sabrán encontrar la forma (nada difícil de imaginar, en realidad) de compensar, por los favores recibidos, a los políticos complacientes. El peñismo, como el salinismo en su momento, tiene la vista tendida hacia el futuro y busca la manera de afianzar poderíos económicos, dependientes o asociados al poder político actual, que financien y apoyen a través de sus vertientes mediáticas (sobre todo Televisa, Televisión Azteca y los futuros receptores de las cadenas de transmisión abierta, con la alianza entre Grupo Toluca, Prisa, Grupo Mac y Reporte Índigo en espera del ‘‘milagro’’) la continuidad transexenal de este mismo grupo mexiquense-hidalguense que a su vez será garante de la continuidad de los negocios cedidos a capitales nacionales y extranjeros.
En ese viscoso contexto, el expediente Carpinteyro ayuda a los poderes mediáticos que en el tramo de las leyes reglamentarias de la reforma a las telecomunicaciones buscan acrecentar sus privilegios. Grave responsabilidad histórica de la diputada pillada urdiendo negocios relacionados con los temas sobre los que debe legislar, pero también de su partido, que ha pretendido refugiarse en la treta insuficiente de sacar del foro a la ex calderonista grabada en confesión de conflicto de intereses. No basta con una excusa en un escenario de excusados. Tampoco es suficiente enderezar las baterías contra las telebancadas y el villano propicio, el panista Javier Lozano (los legisladores llevados a curules y escaños por las televisoras para defender sus intereses es una aberración altamente dañina para el interés nacional, pero no sirve en este caso de excusa de la putrefacción exhibida por Purificación). El propio PRD debería anunciar el inicio de un proceso de separación de su bancada de esta diputada externa, nunca de izquierda, y demostrar con hechos que la propia postura de ese partido no está ya negociada, como en otros ámbitos, aparentando disidencias de cartón que finalmente dejan el paso libre a los triunfadores que luego generosamente pagarán esos servicios con tiempo en pantalla, comentarios amables en espacios ‘‘de opinión’’ y efectivo subterráneo para campañas y cuentas personales.
Y, mientras la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, llega de refuerzo para tratar de aparentar un marcador económico menos desastroso en México, ¡hasta mañana!
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Las mexicanas y mexicanos tienen derecho a estrenar automóvil y los fabricantes quieren vender más. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, ¿cuántas unidades pueden venderse –arriba del millón y pico que ya se comercializan actualmente cada año? De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, 60 por ciento de las personas que tienen una ocupación sólo ganan entre uno y tres salarios mínimos. No tienen capacidad económica para comprar un vehículo ni son sujetos de crédito. Hay que agregar a 7 por ciento que trabajan sin remuneración, a veces con su familia. Y también a un sector no especificado que representa 11 por ciento adicional. Total: 78 por ciento no cuenta para venderle un coche. Sólo 7 por ciento gana más de cinco salarios mínimos. Por otro lado, el Inegi habla en esta encuesta de personas con ocupación y empleo. Todavía faltaría considerar a las desempleadas. Es lamentable que las autoridades del Distrito Federal y entidades vecinas endurezcan el Hoy no circula para ver si aumenta la venta de automóviles nuevos –la pantalla es descontaminar el medio ambiente– cuando la estadística gubernamental muestra que los potenciales clientes están listos para vender su voto, no para estrenar automóvil.
Una década de la Marcha de Blanco
Mañana se cumplirán 10 años de la histórica marcha contra la delincuencia que congregó a más de un millón de manifestantes vestidos de blanco en Paseo de la Reforma. En aquel entonces, poco se imaginaban quienes participaron que el país atravesaría por una década marcada por una violencia aún mayor. Tampoco imaginaron que surgirían los grupos de autodefensa, o vigilantes, ante el fracaso gubernamental. De acuerdo con Causa en Común, una de las organizaciones que impulsaron la marcha, el número de homicidios dolosos aumentó 58 por ciento, al pasar de 11 mil 658 en 2004 a 18 mil 388 en 2013. En cuanto al secuestro, las cifras son todavía peores: en 2004 se registraron 323 denuncias, mientras que en 2013 fueron mil 698, un incremento de 426 por ciento. En la marcha participaron funcionarios y empleados de corporaciones y bancos, que incluso pusieron el transporte. Sin embargo, Vicente Fox y Marta Sahagún trataron de desvirtuarla y ponerla en contra del entonces jefe de Gobierno, López Obrador. Se llevaron la sorpresa de que los manifestantes protestaban también contra el gobierno federal. De cualquier modo, hicieron un daño enorme; otra manifestación que se realizó tiempo después ya no tuvo el mismo éxito. Causa en Común subraya que el empeoramiento de las condiciones de seguridad para los mexicanos se da a pesar de que el gobierno duplicó los recursos destinados para este propósito. El Sistema Nacional de Seguridad Pública gastaba en 2004 un total de 4 mil 656 millones de pesos, contra 9 mil 797 millones que gastó durante 2013. El gobierno también incrementó el número de policías federales en el territorio nacional 136 por ciento en términos absolutos. En 2004 había 21 policías por cada cien mil habitantes, mientras que el año pasado había 44. ¿Qué es lo que está fallando? Posiblemente la respuesta esté en nuestros altos índices de corrupción e impunidad. De acuerdo con el ranking de la organización Transparencia Internacional, en materia de corrupción México ocupó el año pasado la posición 64 de 115 países.
No a la exportación
Aunque está en vías de convertirse en potencia petrolera, Estados Unidos mantiene la prohibición de exportar petróleo crudo. La Casa Blanca aclaró reportes sobre una decisión del Departamento de Comercio respecto de las ventas al exterior de un tipo de petróleo ultraligero que agitó al sector. Se trató de permisos para exportarlo, pero había pasado por un proceso de refinación, lo que le quitó lo crudo. En los años que vienen, nuestros descendientes verán cómo gracias a la reforma energética México acabó con sus reservas y tendrá que importar no sólo gasolina y gas, sino también petróleo crudo para mover sus escasas refinerías.



Por segundo año consecutivo el gobierno mexicano augura que la otra mitad de este 2014 traerá consigo un muy buen resultado económico para el país, pues espera mayor crecimiento en el vecino del norte, lo que sería el principal factor de impulso para la recuperación interna. Esa fue su apuesta en 2013, pero el vaticinio falló y todo apunta a que en el presente año también.
Atornillado a lo que allá suceda, las veladoras gubernamentales se mantienen encendidas en espera de que la economía mexicana –que va de recorte en recorte– reciba respiración artificial y una que otra transfusión del vecino del norte. Logrado ese objetivo, la reactivación sería cuestión de horas, y lo demás peccata minuta, siempre de acuerdo con la versión de los neocientíficos instalados en Hacienda.
Pero más allá de ese acto de fe, el problema real es que la economía estadunidense (salvadora de la mexicana y motor mundial) recién registra su peor comportamiento desde el terremoto económico-financiero de 2009, al retroceder 2.9 por ciento en el primer trimestre del año, es decir casi tres veces más de lo originalmente estimado por el Departamento de Comercio de aquella nación.
A finales de mayo, esa institución del gobierno estadunidense estimó que el producto interno bruto de su país reportaría un descenso de uno por ciento en el primer trimestre de 2014, el peor desempeño desde igual lapso de 2011. Sin embargo, en una revisión más profunda el organismo aceptó que la caída real resultó mucho mayor (2.9 por ciento) a la originalmente prevista, la peor desde el periodo enero-marzo de 2009, algo que a todas luces no contribuye, ni tantito, a que se haga realidad la cábala del ministro del año y amigos que le acompañan.
Sirva de contexto que en el último trimestre de 2013 la economía del vecino del norte registró un avance de 2.3 por ciento; tres meses después se canceló cualquier posibilidad y el registro fue de una caída de 2.9 por ciento. No es gratuito, pues, que dos semanas atrás el propio Fondo Monetario Internacional recortara su estimación sobre el crecimiento estadunidense (de 2.8 a 2 por ciento). De hecho, el organismo recomendó al gobierno estadunidense a implementar reformas estructurales que apuntalen su maquinaria productiva para reponer su capacidad de generación de empleos, y a aumentar el salario mínimo por estar rezagado desde la crisis.
Lo anterior, desde luego, tuvo efectos inmediatos para el de por sí enclenque futuro económico mexicano: la citada caída estadunidense motivó al Bank of America Merrill Lynch a recortar la estimación sobre el comportamiento del producto interno bruto nacional para 2014. Lo revisamos a la baja: de 3 a 2.6 por ciento, debido al recorte de nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para Estados Unidos de 2.3 a 2 por ciento, exportaciones petroleras menores a las esperadas (-12 por ciento interanual en el primer trimestre de 2014), y un impacto ligeramente más negativo de lo esperado de la reforma fiscal (La Jornada, Roberto González Amador).
De cualquier forma, nada de lo citado altera a los neo científicos de Hacienda ni empaña los anteojos color de rosa que utiliza el ministro del año. Aquí, dicen, todo funciona de maravilla y, por lo mismo, pronostican un futuro promisorio, y si la realidad indica lo contrario, pues ella es la equivocada.
Sin embargo, la lectura no es la misma en otras latitudes. La Jornada informa que el frenón de la economía mexicana se extendió más allá de marzo, y prácticamente concluida la primera mitad del año, el panorama se ha deteriorado, consideraron analistas financieros, en un momento en que continúa la revisión a la baja de la previsión de crecimiento para 2014, por parte de analistas y especialistas del sector privado. La economía mexicana mostró signos de deterioro en el primer semestre del año, que el pasado 6 de junio llevaron al banco central a reducir la tasa de referencia de 3.5 a 3 por ciento anual, dado que se prevé un periodo prolongado en que la economía crezca por debajo de su potencial.
En una encuesta de expectativas económicas realizada por Banamex, en la que participan 27 grupos financieros nacionales y extranjeros, la previsión de crecimiento para 2014 fue reducida a 2.7 por ciento. Al comienzo de año, ese mismo grupo de expertos situaba el pronóstico en 3.8 por ciento. Con una pausa en febrero, la previsión promedio de crecimiento económico para este año ha sido reducida por los expertos que participan en la encuesta elaborada cada mes por Banamex. En la última muestra la cifra más baja es la de Monex, que prevé para 2014 un aumento del PIB de 1.9 por ciento, y la más alta de CIBanco, que la sitúa en 3.2 por ciento. A corto plazo nuestra perspectiva para la economía mexicana se ha deteriorado, por lo cual reducimos nuestro pronóstico de crecimiento del PIB de 2.9 a 2.6 por ciento en 2014, expuso Isaac Velasco, de Ve por Más”.



La Legislatura ejerce facultades de fiscalización de las cuentas de municipios y órganos autónomos, pero ¿qué debe ocurrir para que estas sean realmente públicas? No hay órganos que traduzcan la información de la contabilidad gubernamental en indicadores claros para todos. Se nos debe informar sobre la calidad y confiabilidad del sistema de cuentas, porque si el ejercicio de revisión de la cuenta pública se limita al envío de información contable a la Cámara de Diputados, queda en una revisión de oficina que nunca se convertirá en un mecanismo de utilidad social para mejorar sus procesos. Deberíamos contar con un órgano autónomo que traduzca la información para comparar costos comunes en diferentes municipios y medir la eficiencia en el ejercicio del gasto, además de recibir una exposición clara de la evaluación del ciclo hacendario completo. En suma, una evaluación del desempeño de los gobiernos.
Con ello, los ciudadanos tendríamos claridad sobre la calidad del control de los gastos que realiza cada unidad responsable de ejercer recursos públicos. Así no habría sólo un ejercicio contable interno entre los poderes y esotérico para los ciudadanos, sino una verdadera evaluación ciudadana. Existen algunos ejercicios académicos para evaluar las cuentas públicas, pero no llegan a los ciudadanos.



Luego de la filtración de una conversación telefónica en que se le escucha planeando negocios en telecomunicaciones con un empresario, la diputada por el PRD Purificación Carpinteyro, a la sazón secretaria de la Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados, anunció su decisión de retirarse del proceso de discusión en curso sobre las leyes secundarias en la materia, aunque reiteró que no tiene ningún vínculo de negocios o comercial con inversionistas del ramo.

Se manifiestan contra la privatización del agua
No conformes con pretender privatizar el petróleo, ahora buscan privatizar el agua. En distintas entidades de la República, incluido el DF, se impulsan iniciativas tendientes a privatizar el vital líquido.

A la memoria de Lynn Williams y de Napoleón Gómez Sada
Hace unos días, el pasado 21 de junio, se rindió un extraordinario y sensible homenaje en Toronto, Canadá, a Lynn Russell Williams, el primer presidente internacional canadiense de los United Steelworkers (USW), que marcó un cambio profundo en la mentalidad y la lucha sindical de Norteamérica en la búsqueda de mayor democracia y justicia social.

Pues nada, que La Bestia tiene dueño. El ferrocarril que increíblemente ha transportado migrantes centroamericanos pertenece o perteneció al consorcio estadunidense Genesee & Wyoming Inc, que obtuvo una concesión para operar en México por 30 años. Hoy hay dudas sobre el dueño. Quizá es la propia SCT del gobierno federal.

La señora Bárbara Bruns es la economista líder del Banco Mundial, responsable de educación para América Latina y la región del Caribe. Invitada por la SEP para orientar los Foros de Consulta Nacional, vino a decirnos que a los maestros hay que pagarles de acuerdo con su desempeño. Los profesores deben ser tratados de manera diferente, y su compensación económica debe estar ligada a su desempeño, enfatizó Bruns. Asimismo, se tiene que destacar la labor de los profesores excelentes que hay en cada escuela, puntualizó… Hay profesores que logran captar la atención de los estudiantes y otros profesores donde (sic) la anarquía impera en el horario escolar, no obstante, ambos maestros reciben la misma compensación económica” (nota del portal Educación Futura, 16 de junio).

Es casi imposible observar las andanzas del público futbolero nacional en Brasil sin repasar en la memoria La fenomenología del relajo, ese ensayo de Jorge Portilla que abrió la necesidad de mirar al mexicano en su cotidianeidad, allí donde lo prohibido acude como recurso para suspender la seriedad, cuestionando los valores mediante el valemadrismo, una forma de acción que invoca, con su ruidosa irresponsabilidad, la futilidad de las normas establecidas. A eso nos remite el grito famoso de la afición mexicana que ha causado tanta polémica dentro y fuera de México y que todos los lectores conocen. Pero más que el grito en sí, que me parece torpe y rudimentario, sin gracia y montonero, resultan increíbles las explicaciones que intentan justificarlo en nombre de la tradición nacional, la diversión a toda costa o la libertad de expresión. Para ello, con el fin de limarle los filos homofóbicos, se han echado a andar las interpretaciones instantáneas más inverosímiles y acomodaticias, desde aquellas que aprueban el coro como una inocua forma de presión deportiva, hasta aquellas que lo asimilan a un modo de ser idiosincrásico, esencial del mexicano, sin dejar de recurrir a las etimologías griegas y latinas para descubrir que si puto fue denigrante ya no lo es, todo en el afán de no admitir que hay un problema de fondo, pues (aunque inconscientemente muchos no lo adviertan) el asunto trasciende a los estadios y al futuro futbolístico que tantas promesas encierra.

Cuesta trabajo hablar de monarquías en el mundo actual. El espectáculo de una coronación a principios del siglo XXI se antoja insólito. Afortunadamente el pasado jueves en España nos ahorraron ese espectáculo pero sí proclamaron al nuevo rey, Felipe VI, hijo de Juan Carlos, quien había abdicado. El Congreso de los Diputados había acelerado el proceso legislativo para reglamentar el proceso de abdicación.

La interminable y multidimensional guerra de Estados Unidos por controlar los hidrocarburos, otros recursos naturales estratégicos y los fondos financieros de otros países lo ha conducido a utilizar prácticas de una ferocidad y ausencia de escrúpulos sin límites.

Poco después del maremoto que desató el desastre en la central de Fukushima, en curso desde marzo de 2011, uno de los encargados de la salvaguardia nuclear en México, en entrevista radiofónica, desestimó sin más, la magnitud del trance. Parecía más preocupado por el negocio de la nucleoelectricidad una forma cara y muy peligrosa de calentar agua para mover una turbina y generar electricidad, como dice Barry Commoner, que por la salud de la población. No es algo nuevo, ni sólo local. El encubrimiento de lo intenso y extenso del daño ocasionado y de los riesgos generalizados a la salud por la radiactividad diseminada sobre humanos, animales y vegetales, ha acompañado a los grandes accidentes de Three Miles Island (1979), Chernobil (1986) y el de Fukushima, con efectos potencialmente devastadores sobre la vida en el Océano Pacífico y el planeta.

Recuerdo un libro ya convertido en clásico: La vida a plazos de don Jacobo Lerner.

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