Mario Campos
A la distancia todas las elecciones parecen iguales: propaganda por todas partes, políticos en la búsqueda del poder y ciudadanos apenas interesados en la batalla por su atención. No obstante, el proceso electoral en marcha tiene elementos que lo hacen particularmente atractivo. Comparto mis principales preguntas.
1.— ¿Habrá un nuevo efecto Peña? Hace tres años la duda era cuántos puntos le daría el entonces candidato a su partido. Hoy la pregunta es cuántos le puede costar. No hay encuesta que diga que al Presidente le va bien con la opinión pública. Por mencionar sólo tres datos: el 70% de los mexicanos considera que el país va por el rumbo equivocado (Parametría), menos del 20% de los que el diario Reforma considera líderes aprueban su gestión, y en la encuesta de BGC publicada apenas ayer en Excélsior, sólo el 36% está de acuerdo con su manera de gobernar.
No sorprende, por tanto, que la identidad de los electores que se dicen priístas, esté en una clara tendencia a la baja. Si en enero el 31% se identificaba con el PRI, en marzo sólo lo hace el 18%. (Parametría).
2. —¿Renacerá el PAN? De ser la tercera fuerza en 2012, hoy no está tan lejos del PRI. Si bien la distancia varía entre 3 y 10 puntos, según la encuesta que se mire, todas las mediciones coinciden en que los panistas muestran una mejoría en su imagen comparada con lo que tenían hace tres años.
3.— ¿Qué pasará con el PRD? El partido del Sol Azteca enfrenta dos grandes preguntas: qué tan lejos quedará del segundo lugar, y la más importante, qué tan arriba (¿?) quedará del cuarto. Porque, si bien es cierto que ya ha tenido porcentajes bajos en elecciones intermedias, nunca había enfrentado la amenaza de una fuerza de izquierda como Morena, que todo indica que tendrá un debut interesante en esta elección.
4.— ¿Pagarán las trampas del Verde? Sin duda ha sido el protagonista noticioso de esta elección por sus recurrentes violaciones a la ley. La gran pregunta es si al final, se quedará, como dicen sus dirigentes, con el 10% de la Cámara de Diputados. De ser así, sería un terrible precedente que invitará a todos los partidos a jugar sucio bajo la premisa de que las multas de hoy se pagarán con los triunfos de mañana. Con cargo, claro, a la credibilidad del nuevo Instituto Nacional Electoral.
5.— ¿Qué partidos llegarán al 2018? Dado que los-partidos-de-siempre permitieron que sólo se creen partidos cada 6 años, sólo aquellos que lleguen al 3% en esta contienda podrán jugar en la elección presidencial. ¿Mi quiniela? El PT y Movimiento Ciudadano verán que no basta con hacer fichajes de última hora y terminarán, una vez más, bajo el cobijo de López Obrador; el Partido Humanista no llegará al segundo semestre; Nueva Alianza podría sobrevivir con su política de alianzas, y tal vez la sorpresa sea el Partido Encuentro Social, que según algunas mediciones podría librar la aduana del 7 de junio.
6.— ¿Qué pasará con los candidatos y votantes independientes? ¿Qué rol tendrán personajes como El Bronco en Nuevo León o Arne Aus Den Ruthen en la Miguel Hidalgo? La respuesta es importante, pues de acuerdo al último estudio de Parametría (marzo 2015), aquellos que no se identifican con ningún partido representan 47%, 16 puntos arriba que en enero de este año. ¿Esos millones de electores terminarán por no ir a votar, anularán, votarán por el “menos malo”? O ¿a partir del 8 de junio serán la eventual base para una candidatura independiente en el 2018?
Todavía se pueden mover muchas variables en los meses por venir, pero por lo pronto, quedan registradas estas preguntas que quizá nos permitan entender lo que vale la pena mirar en las 10 semanas que nos separan de la próxima elección.
Politólogo y periodista.
@mariocampos
Facebook: MarioCamposCortes
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