Conferencia conjunta entre Ricardo Anaya y Alejandra Barrales. Foto: Octavio Gómez |
Por
Pablo Gómez
(apro).- El proyecto de “frente opositor” o “frente
democrático”, promovido por las direcciones ejecutivas del PAN y el PRD,
tiene varias contradicciones dignas de ser analizadas.
1. La alianza pretende ser la expresión de una “gran corriente
ciudadana”, además de partidos y otras organizaciones. Esta
característica no se podría conseguir porque no existe ningún proceso
espontáneo entre la ciudadanía a favor de un frente regenteado por ambos
partidos, ni por otros.
2. Se ha dicho que ese “frente” estará abierto a cualesquiera
partidos que deseen adherirse, excepto el PRI, naturalmente. Este
planteamiento es falso por cuatro elementos:
a. El llamamiento no ha estado dirigido en realidad a Morena porque
se sabe de sobra que ese partido de ninguna manera podría participar en
un frente con el PAN;
b. La alianza PRD-PAN no podría admitir al PVEM porque éste ya estuvo
en coalición con Acción Nacional (Fox), traicionaría una nueva alianza,
es peón de brega del PRI y una de las formaciones políticas bonsái más
corruptas y cínicas que han existido, por todo lo cual sería
contraproducente;
c. El PT marchará al lado de Morena, mientras que varios otros
partidos lo harán con el PRI. El MC no ha definido su política, excepto
de no aliarse al PAN. El único partido que podría ir con Acción Nacional
es el PRD, aunque sólo por decisión de la dirigencia de éste.
d. Las organizaciones sociales de izquierda no podrían participar en
una alianza donde aparezca el PAN porque sus bases no lo permitirían.
3. La dirección del PRD, en coincidencia con algunas frases del líder
del PAN, ha dicho que para construir un frente entre ambos partidos
sólo hace falta un planteamiento sobre la violencia que corroe al país,
una definición en contra de la corrupción y un pacto a favor del
crecimiento económico. Sin embargo, nadie ha planteado contenido alguno,
sino sólo temas, ciertamente muy importantes, pero sin definiciones. El
PAN comisionó a Gustavo Madero para redactar dos proyectos, uno para el
partido y otro para el frente, mientras que el PRD no tiene a nadie en
esa tarea, por lo cual es de esperarse que el exlíder panista sea
ponente de ambas direcciones. Ya se puede anticipar el texto redactado
por uno de los más entusiastas autores de la privatización petrolera.
4. La inclinación de la dirigencia del PRD hacia una alianza
programática y electoral con el PAN carece de memoria activa. Acción
Nacional es el partido más neoliberal y uno de los dos menos laicos del
país; ha apoyado todas las privatizaciones, tanto de empresas y bienes
públicos como de recursos naturales y secundó el gran fraude del
Fobaproa (100 mil millones de dólares).
Además, protegió a los ladrones de las administraciones anteriores;
recicló el sistema de corrupción y sigue en eso (hay varios destacados
panistas en la cárcel pero aún no caen los principales); “declaró” la
“guerra” contra el “narco” con su secuela de violencia y contravención
de derechos humanos; y ha apoyado en casi todo al gobierno de Peña.
Incluso, sus gobernadores jamás cumplieron sus propias “promesas” y
ni siquiera conformaron coaliciones de gobierno con sus aliados, como lo
habían pactado; ha repudiado siempre las principales propuestas de la
izquierda, pues las considera “populistas”, aunque no se conozca el
significado preciso de esta palabra. Nadie ha explicado qué elementos
podrían unir a un partido con el otro.
5. La dirección del PAN va a definir pronto el procedimiento para la
designación de su propio candidato o candidata, sobre el cual tiene tres
opciones: votación, asamblea o encuestas. Todo conduce, sin embargo, a
tener aspirante propio y buscar el apoyo del PRD a través de un llamado
“frente opositor”.
6. Una parte de la dirección del PRD (Mancera-ADN) sostiene que el
“frente” tendría que postular un candidato sin militancia de partido.
Miguel Ángel Mancera se considera a sí mismo un candidato ciudadano, lo
cual es falso, pues no existe un movimiento en tal dirección en el país
ni en la Ciudad de México y, por ahora, él es el personaje más
influyente en la dirección del PRD, la cual le podría postular a la
Presidencia de la República, sin alianza, en un virtual acuerdo con el
PRI para combatir separadamente la candidatura de López Obrador.
Otra parte de la dirección del partido (NI), la más proclive al PAN,
está dispuesta a apoyar al candidato presidencial panista, al que sea,
aunque tiene su preferencia. En este marco, el PRD es cada día menos un
partido político propiamente dicho.
7. Entre las tareas hacia la conformación del “frente” no se
encuentran las relacionadas con el método para decidir las candidaturas
en alianza y ni siquiera se sabe cuáles podrían ser éstas.
8. Sería imposible que, en escasos tres meses, una coalición entre el
PAN y el PRD pudiera construir una candidatura común ubicada al margen
de los dos partidos. No se puede improvisar un aspirante con liderazgo
popular sin afiliación de partido. El último que tuvimos en México fue
Cuauhtémoc Cárdenas, hace ya 30 años.
9. El PRD está cerca de que caduquen su Consejo Nacional y todas sus
direcciones locales (7 de septiembre de 2017). Se les está terminando el
tiempo para el que fueron elegidos pero no quieren convocar a nuevos
comicios, a pesar de resoluciones del Tribunal Electoral, a las cuales
no les hacen caso.
Para adoptar la decisión legal de ir a una alianza general con el
PAN, se requiere un Congreso Nacional debido a que se encuentra vedada
por el anterior cónclave, sin embargo, los actuales delegados también
caducarán el mismo 7 de septiembre. Dentro de poco, serán ilegales todas
las resoluciones que se lleguen a adoptar en el PRD.
Si no hay convocatoria a elecciones estatutarias, el Tribunal
Electoral tendría que resolver la realización de las mismas, mediante un
fallo adoptado en plena jurisdicción, a menos que los magistrados y
magistradas se hagan cómplices de un fraude a la ley. La crisis del PRD
es tan profunda que ni siquiera hay ahora elecciones internas y su
destino está en manos de los tribunales.
10. En el PAN, el actual presidente tendrá que retirarse para
intentar ser postulado como candidato, pero, entonces, su compromiso con
el proyecto de “frente opositor” podría quedar en la cuerda floja
porque la autoridad política competente de ese partido no ha tomado al
respecto resolución alguna.
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