Niñas, una de cada cinco víctimas, la mayoría con fines de explotación sexual, alerta informe de la ONU
La trata de personas sigue teniendo como principales
objetivos a las mujeres y a las niñas. Siete de cada 10 víctimas de este
delito en el mundo son del género femenino, y la mayoría con fines de
explotación sexual.
Así lo asienta el Informe global sobre la trata de personas 2018
elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), que remarca que en 2016 se
reportó el número más alto de víctimas de esa práctica a escala
internacional, con 24 mil casos identificados, 40 por ciento más que en
2011.
El reporte muestra que 72 por ciento de las víctimas de la trata de
personas en el mundo son mujeres (49 por ciento adultas y 23 menores de
edad), en tanto que 28 por ciento corresponde a los hombres (21 por
ciento mayores de 18 años y 7 por ciento niños). Las mujeres menores de
edad representan una de cada cinco víctimas de este delito, y el número
va en ascenso.
Desde 2003, año en que entró en vigor el Convenio contra la
Delincuencia Organizada Transnacional, la UNODC ha recopilado datos
sobre las víctimas de la trata; en este periodo ha detectado alrededor
de 225 mil casos.
El informe, que se presentó ayer en Viena, Austria, refiere que la
explotación sexual aún es el principal fin de la trata de personas,
representando 59 por ciento, mientras los trabajos forzados equivalen a
34 por ciento de los casos.
En cuanto a los menores de edad esta oficina del organismo
multilateral identificó patrones distintos: 72 por ciento de los casos
detectados de niñas y adolescentes mujeres fueron víctimas de
explotación sexual y 21 por ciento de trabajos forzados; en tanto que
entre los niños varones, 50 por ciento sufrieron trabajos forzados, 27
por ciento explotación sexual y el resto de otros abusos como mendicidad
forzada, reclutados para las fuerzas armadas en países en conflicto y
actividades criminales forzadas.
América y algunas partes de Asia son las regiones que reportan las
cifras más altas de víctimas. Centroamérica y el Caribe es la zona con
el mayor número de niñas agraviadas, con más de 50 por ciento de los
casos reportados en la región.
Se documenta que los grupos armados alrededor del mundo utilizan la
trata de personas como estrategia para financiar sus actividades o para
incrementar su fuerza laboral. En África Central y Medio Oriente se
recluta a menores soldados; en otras regiones se explota a niños y
adultos para actividades mineras o en la industria de la extracción o
para infundir miedo para el control de poblaciones locales. Las mujeres y
las niñas son utilizadas como
esclavas sexualespara incrementar las tasas de reclutamiento y recompensar a los soldados”.
El reporte también muestra datos en torno a las llamadas víctimas
domésticas (personas explotadas dentro de su propio país). El número se
ha duplicado, en 2010, 27 por ciento de los casos eran de personas
victimizadas en sus naciones, mientras en 2016 se llegó a 58 por ciento.
En contraparte, la mayoría de las víctimas detectadas en regiones que
no son su país de origen provienen de Asia del Este y del África
Subsahariana. Las naciones con mayor riqueza, remarca el informe, son
los más proclives a ser zonas de destino para la explotación de
personas.
Aun cuando estamos lejos de terminar con la impunidad, los esfuerzos internacionales y nacionales para implementar de manera efectiva el Protocolo contra la Trata de Personas sí han marcado una diferencia. En los pasados 10 años, el número de países que no contaban con ninguna sentencia se redujo de 15 a 9 por ciento, y algunas naciones registraron las primeras condenas en el periodo 2014-2016, aseveró el director ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov.
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
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