El comunicado del subcomandante Moisés,
el pasado 31 de diciembre, contiene mensajes significativos y no
comunes respecto a otros que han emitido. Requiere un análisis
cuidadoso, a diferencia de quienes en redes, supuestos morenistas, se
apresuraron a montar una campaña descalificadora. Incluso falsa contra
el EZLN y en especial contra el hoy subcomandante Galeano. Está
claro que han sido solidarios con las madres y los padres de los
estudiantes de Ayotzinapa, que recolectaron alimentos para el magisterio
chiapaneco movilizado contra la reforma educativa, entre muchas
actividades solidarias en que se han hecho presentes. Otros afirman la
derrota zapatista porque no está con los que ganaron las elecciones.
Sin embargo, las razones que significan al zapatismo están basadas en
sus hechos, en la construcción de autonomías a través de las juntas de
buen gobierno, en sus principios, en la convicción anticapitalista. El
EZLN se defiende por sí mismo. Regresando al comunicado, en un primer
momento me llamó la atención el énfasis en afirmar
estamos solos, estamos solos como hace 25 años. Y recordar cuantos esfuerzos han realizado para dejar de estarlo con tan escasos resultados. Señaló:
Salimos a despertar al pueblo de México y al mundo, solos, y hoy 25 años después vemos que estamos solos, pero sí fuimos a decirles, muchos encuentros lo hicimos, ustedes lo saben, compañeros, ustedes fueron testigos, fuimos a despertar, fuimos a decirles a los pobres de México, del campo y la ciudad. Muchos no nos hicieron caso, algunos sí están organizándose, esperemos que sigan organizándose, la mayoría no nos hicieron caso. Luego observé que se estaban dirigiendo sólo a su estructura: a los compañeros bases de apoyo zapatistas, a las autoridades autónomas zapatistas, los comités y responsables regionales y locales, a las milicianas y milicianos, a los insurgentes. Por mi voz, dijo el subcomandante Moisés,
habla la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Les hablo como vocero de todos ustedes, es mi trabajo ser su voz y su mirada. De forma contundente expresaron su rechazo al llamado Tren Maya, el Corredor Transístmico, la siembra de plantaciones forestales industriales en la selva Lacandona y su disposición a pelear con todo para impedirlos. Aclaró que el EZLN no pide
a los hermanos de allá afuera que agarren un arma. A lo largo de 25 años no lo hemos ganado con balazos, con bombazos, es con resistencia y rebeldía. Vamos a defendernos, vamos a pelear si es necesario. Algo sabrán para agrupar sus fuerzas y mandos y declarar, implícitamente, una suerte de alerta roja al insistir:
vienen por nosotros.
Ni una mención al Congreso Nacional Indígena; sin embargo, el CNI-CIG
se sumó de inmediato a la postura zapatista y advirtió a los malos
gobiernos que cualquier agresión en su contra es también contra el
CNI-CIG, por lo que hicieron un llamado a las redes de apoyo en todo el
país y a las redes de resistencia y rebeldía en México y en el mundo a
estar atentos y organizados para accionar de manera conjunta.
La respuesta del Presidente de la República, de aparente
condescendencia frente a los fuertes reclamos e imputaciones zapatistas,
reafirma su postura de tomar decisiones respecto a megaproyectos en
territorios indígenas, ignorando los derechos de los pueblos. Y ellos no
sólo se reducen a la consulta que de entrada ha sido vulnerada. Ese es
el fondo del reclamo y es el horizonte ausente. Son prioritarios los
pueblos, ha reafirmado, si para obtener apoyos individuales, con lo cual
el reclamo colectivo queda mediatizado. Esa postura confirma la
convicción que expresó el EZLN, si los proyectos van porque van, la
ofensiva se está preparando contra ellos, contra su férrea resistencia,
hace sentido entonces el llamado a sus fuerzas propias, a su estructura y
mandos.
La amenaza entraña una responsabilidad en un gobernante que ha dicho
que no reprimirá. El asunto rebasa con mucho el enfoque del derecho a la
libertad de expresión. Respecto a la soledad del EZLN habría que
reconocer que mucho de razón existe. Sin embargo, yo distingo las
posibilidades reales de las comunidades indígenas en el país para
organizarse y replicar a sus modos las formas propias de autonomía,
inmersos como están en un clima de violencia que cuenta con la
complicidad o la incapacidad del Estado para detenerla. Por ello no es
que todos crean que el nuevo gobierno les ofrece salidas, aun cuando si
existe un conjunto de autoliderazgos que están activos y a la caza de
recursos públicos sin que necesariamente correspondan a decisiones de
asambleas comunitarias. Hay soledad también producto de una suerte de
paso atrás dado por sectores que ahora prodigan incondicionalidad al
nuevo gobierno: ¿habrá complicidad aun de quienes en otros momentos han
señalado que están con los pueblos indígenas?
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