Violencia de género & Neomachismo
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La autora describe los distintos tipos de violencia ante las argumentaciones de los partidos políticos de la derecha y extrema derecha española que buscan eliminar el concepto de violencia de género en la legislación española bajo estrategias neomachistas. |
- La violencia intrafamiliar en la que ahora quieren poner el foco Vox y PP ya está tipificada en el Código Penal; en ocho años fueron asesinadas más de 500 mujeres y 67 hombres por sus parejas o exparejas
- La violencia de género es la que se ejerce por "una diferencia subjetiva entre sexos". Englobarlo junto a la violencia doméstica sería "encubrir las cifras que ha costado tanto evidenciar", explican desde Themis
- "La doméstica sitúa el problema en el escenario, en lugar de hacerlo en la construcción de género que da lugar a la violencia contra las mujeres", argumenta el exdelegado del Gobierno Miguel Lorente
El PP de Pablo Casado se ha plegado a Vox y le ha ofrecido comprometerse a aportar ayudas a los hombres que sufran "violencia doméstica".
El líder del partido lleva, desde que Vox comenzó a hacer campaña
contra las leyes sobre lo que ellos llaman "ideología de género",
evitando en ocasiones referirse a la violencia machista como tal. El día
3 de enero, Casado habló de la joven asesinada por su novio en
Cantabria como de "la primera víctima de violencia doméstica de este
año".
Entre 2008 y 2016, más de 500 mujeres y 67 hombres fueron asesinados
por sus parejas o exparejas. Hasta que se implantó la Ley de Violencia
de Género en 2004, con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en
España se juzgaba la violencia contra las mujeres por parte de sus
parejas o exparejas bajo el paraguas de la violencia doméstica o
familiar que ahora pretenden recuperar Casado y Abascal. María Durán
Febrer, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis,
recuerda que lograr esa denominación fue un "caballo de batalla": "En la
violencia doméstica no hay una carga histórica de dominación y creencia
de poder sobre la mujer. Esa es la diferencia".
Desde ese año 2004, el consenso para que se le llame
violencia de género se ha ido ampliando, y de hecho desde el feminismo
hay voces –también lo ha defendido Podemos desde su creación– que abogan
por que el término que se generalice sea 'violencia machista'. También
por que se amplíe el concepto a la violencia ejercida fuera de la pareja.
En 2015, Ciudadanos hizo un intento en su programa electoral de
eliminar las penas específicas por violencia de género que tuvo que
retirar de cara a los comicios del 26-J.
La violencia doméstica ya está protegida
La violencia doméstica es aquella que se produce en un entorno de
convivencia entre los miembros de un núcleo familiar. Durán Febrer
recuerda en conversación con eldiario.es que ese tipo de violencia
contra los hombres ya está protegida por el Código Penal: el artículo
173.2 castiga a aquel que "habitualmente ejerza violencia física o
psíquica sobre quien sea o haya sido su cónyuge o sobre persona que esté
o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun
sin convivencia" o sobre una persona con la que tenga "cualquier otra
relación por la que se encuentre integrada en el núcleo de su
convivencia familiar", con especial foco en personas vulnerables por ser
dependientes.
La violencia de género, según la describe el Instituto de la Mujer,
"ha sido y sigue siendo una de las manifestaciones más claras de la
desigualdad, subordinación y de las relaciones de poder de los hombres
sobre las mujeres". "Se basa y se ejerce por la diferencia subjetiva
entre los sexos. Las mujeres sufren violencia por el mero hecho de ser
mujeres", continúan. La ONU también se centra específicamente en la
violencia contra la mujer, y estima que el 35% de las mujeres de todo el
mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero
sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su
compañero sentimental.
Por ello, volver a apostar por
mezclar términos, en opinión de Durán Febrer, sería "encubrir las
cifras que ha costado tanto evidenciar. Volver a tenerlo como algo que
se queda en el entorno de la familia".También lo explica así en un extenso artículo Miguel Lorente,
forense y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género. Para él,
el primer problema que planteaba englobar la violencia machista dentro
de la doméstica es que, antes de 2004, "muchos de los homicidios de
mujeres en parejas sin convivencia –novios o exparejas– no se
contabilizaban". Esos argumentos, escribe, forman parte de "estrategias"
del machismo para mantener su "status y privilegios".
Hay dos consecuencias de recalcar una y otra vez la idea de que "toda
violencia es violencia, o que los hombres también sufren violencia",
incide Lorente. El primero, "ocultar la violencia contra las mujeres
entre otras violencias para que no se conozca bien su dimensión y
consecuencias, tal y como sucedía en 2003 antes de la LIVG". El segundo,
"ocultar la construcción del machismo y esa normalización que existe
detrás de ella. Hablar de violencia doméstica o familiar, además de
mezclar y confundir las distintas violencias, sitúa el problema en el
escenario, ese ambiente familiar o doméstico, en lugar de hacerlo en la
construcción de género que da lugar a la violencia contra las mujeres".
Por otra parte, Durán Febrer también se refiere al argumento de las denuncias falsas. A lo largo del 2016, la Fiscalía no probó que se hubiera producido ninguna en el ámbito de la violencia de género.
En los 8 años anteriores, de las 1.055.912 denuncias presentadas solo
en 79 casos hubo sentencias por falsedad (0,0075 %). Lo que recuerda la
vicepresidenta de Themis es que esa cifra, además de mínima, es "ínfima
en relación con las denuncias falsas sobre accidentes de tráfico o sobre
objetos o inmuebles asegurados. Es decir, son muchas más las denuncias
falsas cuando hay que cobrar de la compañía de seguros que por violencia
de género".
Foto: Concentración en Laredo a raíz del asesinato machista de Rebeca Alexandra del pasado 2 de Enero 2019
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