Son muchos y muy
poderosos los enemigos de la Cuarta Transformación (4T). Entre éstos los
hay embozados y los hay abiertos. Los hay en tanto en el campo de la
economía, como en el de la política. Pero hasta ahora esos adversarios
no han conseguido éxitos ni en la economía ni en la política.
En el
ámbito los enemigos abiertos más belicosos, constantes y estridentes se
puede contar a los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón. Pero es obvio
que desde el encarcelamiento en Estados Unidos de Genaro García Luna,
estrecho colaborador de ambos ex presidentes, la actividad beligerante
de éstos ha sufrido una notoria caída.
El caso del ex policía
acusado de narcotráfico ha puesto en evidencia pública la luenga
historia y el carácter criminal de Fox y de Calderón, lo que
necesariamente los invalida como críticos honrados, sinceros y de buena
fe.
Y más o menos puede decirse lo mismo del Partido Acción
Nacional (PAN). Su antigua fama de institución noble y honesta ha sido
sepultada por las evidencias de la desaforada corrupción de sus cuadros
más destacados, como por ejemplo Guillermo Padrés, ex gobernador de
Sonora, y Miguel Ángel Yunes Linares, ex director general del ISSSTE.
También
más o menos lo mismo puede decirse del Partido de la Revolución
Democrática (PRD), formación política de derecha que durante largos años
navegó con bandera de izquierda, y en la cual igualmente la corrupción
de sus dirigentes alcanzó cotas monumentales, como en los casos de Jesús
Ortega, Miguel Ángel Mancera y Alejandra Barrales. ¡Cómo criticar desde
el fondo del pantano! Y cómo presentarse como opción electoral viable
en futuros comicios, sobre todo los presidenciales.
Por lo que
toca al Partido Revolucionario Institucional (PRI) es evidente que se
trata de un enemigo embozado, agazapado y a la espera de mejores tiempos
políticos y electorales. Pero es tal su mala fama y desprestigio que se
antoja imposible que pudiera disputar con alguna posibilidad de triunfo
cualquier posición política relevante.
En consecuencia no se
observa en el horizonte ningún adversario electoral de la Cuarta
Transformación. Y el asunto se mira más desbalanceado si se considera la
extremadamente exitosa gestión del líder de la 4T, el Presidente López
Obrador.
Y más desbalanceada se ve la correlación de fuerzas si a
las insuficiencias y casi inexistencia de la oposición partidaria se
suman los éxitos conseguidos por la 4T y sus previsibles nuevos logros
políticos y económicos.
Blog del autor: www.economiaypoliticahoy. wordpress.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario